/ jueves 6 de octubre de 2022

Rincón de luz | Toma de decisiones ante el dolor de una perdida

Año 2019, un año especial: iba a volver a mi casa, contaba los meses, los días para volver a aquella calmada rutina que había dejado justamente 9 años antes. Pensaba y recreaba los reencuentros, las risas, los planes que estaban por reiniciar… Era tanta la emoción que incluso organicé un fiestón de “bienvenida” yo misma: era la hora de volver con la tarea hecha pero a lo grande, había que celebrarlo.

Diversos estudios han constatado que una mudanza causa depresión, ansiedad y estrés, y constituyen la tercera causa de desequilibrio emocional por estrés, después del duelo familiar y el despido laboral, sin embargo yo me mudaba nuevamente a “casa” así que aunque dejaba atrás un maravilloso país en el cual fui muy feliz y tenía que despedirme de grandes amistades nada empañaba mi emoción idealizada de volver a lo de antes. ¡Oh, sorpresa!…yo había cambiado, la ciudad había cambiado, mis amistades y familiares habían cambiado. Lo primero que tuve que asumir es que ya no volvería a tener aquella lejana rutina anterior, pase por todas las etapas del duelo.

Hay quienes creen que lo dejado era mejor y otros que idealizan el nuevo destino. Entender la tristeza como un paso necesario y natural puede hacer la diferencia entre el éxito y el fracaso, yo estaba a punto de descubrirlo, pasé meses y meses sin entender ese dolor por aquella perdida, no comprendía nada, pasaron las semanas y con ella llego la pandemia, estuvimos confinados dos largos meses que me hicieron reflexionar y decidir que no quería quedarme en la melancolía. Yo tenía aproximadamente un año estudiando tanatología, que fue la solución que encontré ante la dolorosísima pérdida de mi padre. Ya era entonces un área que me apasionaba pero que solo había pensado descubrir como desarrollo personal, es decir, para vivir mi propio y difícil duelo. Recuerdo aquella mañana de marzo en donde tome la decisión de que no me iba a seguir regodeando en las perdidas que había tenido que si había regresado y todo era diferente entonces yo tenía que buscar hacer algo por mi que fuera diferente pero que me apasionara. Esa mismo día me apunte a la formación para Terapeuta Gestalt. La psicología siempre había marcado mi vida con gran pasión. No he parado de formarme en este mundo y tengo una enorme satisfacción que haya gente que confíe en mi propuesta y me deje humildemente acompañarla en sus duelos, perdidas o despedidas.

Hago énfasis en la decisión tomada porque en las diferentes perdidas que tenemos a través de nuestra vida ya sean pequeñas o grandes llega el maravilloso momento de la aceptación y es ahí el momento clave en el que si queremos tener cambios positivos debemos tomar decisiones para encontrar salidas creativas.

“La decisión de atravesar “el túnel” del duelo o esquivarlo”

Yo tenía que aprender a vivir en este lugar con personas que ya no estaban presentes en mi vida o al menos no como antes por compromisos nuevos, trabajos, hijos, cambio de ciudad, etc, si estás viviendo un duelo por la pérdida de un ser querido, ¿te has planteado que, pese a todo y sin ganas, tienes que hacer algo para salir de ese bucle de perdida?. El presente y la realidad se imponen.

El duelo migratorio existe y hay un doble duelo que es el duelo por volver todo pese a que “debería de sentirme feliz” en aquel momento.

Como leí en Eldiario.es, “Viveka admite que efectivamente hay “una romantización” pero que, tras el choque cultural inverso, se empieza a ver que aunque tiene una parte de fantasía y tópico, otra parte está basada en cosas reales, que se van redescubriendo durante el proceso de adaptación. Viveka no está hoy en el mismo punto que hace tres meses. “En un principio estaba muy absorbida por pensamientos negativos y sí lo sentía como un retroceso o como si no hubiese ido a ninguna parte en la vida a ciertos niveles, siendo el profesional uno de ellos, pero esta es una visión excesivamente pesimista”, explica. “La realidad es que al final todo depende del enfoque que se le de a la experiencia y a la voluntad de hacer de esta un nuevo capítulo que puede aportar cosas nuevas, diferentes y buenas. Principalmente lo reencaucé centrándome en la maravillosa comunidad de personas que me rodean aquí y en ir construyendo una nueva realidad poco a poco”

Elaborar una nueva rutina que me atrapara significó tomar decisiones en las que a veces me veía dividida entre el pasado y el presente y que al día de hoy no me arrepiento, agradezco enormemente que la incomodidad me haya obligado a empezar un nuevo y feliz camino. Agradezco sincera y profundamente a quienes llegaron, a quienes han permanecido, a quienes se fueron por diversosy justificados motivos, todo tiene su porque y está bien.

Me despido esta semana citando a Jorge Bucay:

LA FELICIDAD ES LA CERTEZA DE NO SENTIRSE PERDIDO”, es decir , proponernos alcanzar la felicidad nos ayuda a tener un camino a seguir.

Hasta la próxima vez, Ileana Bolio Tanatóloga

Citas por WhatsApp (+52) 9933 117879

Año 2019, un año especial: iba a volver a mi casa, contaba los meses, los días para volver a aquella calmada rutina que había dejado justamente 9 años antes. Pensaba y recreaba los reencuentros, las risas, los planes que estaban por reiniciar… Era tanta la emoción que incluso organicé un fiestón de “bienvenida” yo misma: era la hora de volver con la tarea hecha pero a lo grande, había que celebrarlo.

Diversos estudios han constatado que una mudanza causa depresión, ansiedad y estrés, y constituyen la tercera causa de desequilibrio emocional por estrés, después del duelo familiar y el despido laboral, sin embargo yo me mudaba nuevamente a “casa” así que aunque dejaba atrás un maravilloso país en el cual fui muy feliz y tenía que despedirme de grandes amistades nada empañaba mi emoción idealizada de volver a lo de antes. ¡Oh, sorpresa!…yo había cambiado, la ciudad había cambiado, mis amistades y familiares habían cambiado. Lo primero que tuve que asumir es que ya no volvería a tener aquella lejana rutina anterior, pase por todas las etapas del duelo.

Hay quienes creen que lo dejado era mejor y otros que idealizan el nuevo destino. Entender la tristeza como un paso necesario y natural puede hacer la diferencia entre el éxito y el fracaso, yo estaba a punto de descubrirlo, pasé meses y meses sin entender ese dolor por aquella perdida, no comprendía nada, pasaron las semanas y con ella llego la pandemia, estuvimos confinados dos largos meses que me hicieron reflexionar y decidir que no quería quedarme en la melancolía. Yo tenía aproximadamente un año estudiando tanatología, que fue la solución que encontré ante la dolorosísima pérdida de mi padre. Ya era entonces un área que me apasionaba pero que solo había pensado descubrir como desarrollo personal, es decir, para vivir mi propio y difícil duelo. Recuerdo aquella mañana de marzo en donde tome la decisión de que no me iba a seguir regodeando en las perdidas que había tenido que si había regresado y todo era diferente entonces yo tenía que buscar hacer algo por mi que fuera diferente pero que me apasionara. Esa mismo día me apunte a la formación para Terapeuta Gestalt. La psicología siempre había marcado mi vida con gran pasión. No he parado de formarme en este mundo y tengo una enorme satisfacción que haya gente que confíe en mi propuesta y me deje humildemente acompañarla en sus duelos, perdidas o despedidas.

Hago énfasis en la decisión tomada porque en las diferentes perdidas que tenemos a través de nuestra vida ya sean pequeñas o grandes llega el maravilloso momento de la aceptación y es ahí el momento clave en el que si queremos tener cambios positivos debemos tomar decisiones para encontrar salidas creativas.

“La decisión de atravesar “el túnel” del duelo o esquivarlo”

Yo tenía que aprender a vivir en este lugar con personas que ya no estaban presentes en mi vida o al menos no como antes por compromisos nuevos, trabajos, hijos, cambio de ciudad, etc, si estás viviendo un duelo por la pérdida de un ser querido, ¿te has planteado que, pese a todo y sin ganas, tienes que hacer algo para salir de ese bucle de perdida?. El presente y la realidad se imponen.

El duelo migratorio existe y hay un doble duelo que es el duelo por volver todo pese a que “debería de sentirme feliz” en aquel momento.

Como leí en Eldiario.es, “Viveka admite que efectivamente hay “una romantización” pero que, tras el choque cultural inverso, se empieza a ver que aunque tiene una parte de fantasía y tópico, otra parte está basada en cosas reales, que se van redescubriendo durante el proceso de adaptación. Viveka no está hoy en el mismo punto que hace tres meses. “En un principio estaba muy absorbida por pensamientos negativos y sí lo sentía como un retroceso o como si no hubiese ido a ninguna parte en la vida a ciertos niveles, siendo el profesional uno de ellos, pero esta es una visión excesivamente pesimista”, explica. “La realidad es que al final todo depende del enfoque que se le de a la experiencia y a la voluntad de hacer de esta un nuevo capítulo que puede aportar cosas nuevas, diferentes y buenas. Principalmente lo reencaucé centrándome en la maravillosa comunidad de personas que me rodean aquí y en ir construyendo una nueva realidad poco a poco”

Elaborar una nueva rutina que me atrapara significó tomar decisiones en las que a veces me veía dividida entre el pasado y el presente y que al día de hoy no me arrepiento, agradezco enormemente que la incomodidad me haya obligado a empezar un nuevo y feliz camino. Agradezco sincera y profundamente a quienes llegaron, a quienes han permanecido, a quienes se fueron por diversosy justificados motivos, todo tiene su porque y está bien.

Me despido esta semana citando a Jorge Bucay:

LA FELICIDAD ES LA CERTEZA DE NO SENTIRSE PERDIDO”, es decir , proponernos alcanzar la felicidad nos ayuda a tener un camino a seguir.

Hasta la próxima vez, Ileana Bolio Tanatóloga

Citas por WhatsApp (+52) 9933 117879