La pérdida de un ser querido nos cambia para siempre, a veces llega por sorpresa y otras veces no, pero nunca nos deja indiferentes o al menos en la mayoría de los casos es así.
Hay muchas y diversas teorías sobre como elaborar el duelo y de cada teoría se desprende un cúmulo de tareas dependiendo de la etapa o del proceso del doliente.
Hoy me gustaría compartir una de las tareas que todo doliente tiene que comprometerse a cumplir de forma consciente y deliberada según el modelo del Dr. Hugo Castelblanco.
LA IMPORTANCIA DE EXPRESAR NUESTRAS EMOCIONES:
A lo largo de los años como terapeuta de duelo he comprobado que “vivir el duelo” o, en otras palabras, expresar nuestras emociones nos permite asimilar el estado que se está atravesando.
Se recomienda expresar todas las emociones a lo largo de un proceso de duelo de la manera en que más cómodo se sienta: reprimir las emociones puede generar mayores malestares a futuro.
“Mi mejor amiga falleció recientemente y si bien el proceso de duelo lo llevé mucho mejor de lo que jamás hubiera imaginado, mis sentimientos, al poco tiempo de su fallecimiento, pueden resumirse en un texto que quise escribirle para el que hubiera vuelto a ser el día de su cumpleaños. No fue necesario pensar, encontré fácilmente las palabras apropiadas para que mi corazón hablara”, me dijo Diana. La decisión que tomó ella a la hora de escribirle una carta a su mejor amiga recién fallecida le facilitó expresar sus sentimientos de forma escrita,
¿Qué conseguimos con esto? Es fundamental el hecho de transmitir todo lo que se siente hacia esa persona compartiendo esos sentimientos de amor y cariño de tal manera que en próximas etapas puedan llegar otros tipos de recuerdos agradables, pero para eso, repito: hay que expresarlo. Diana escogió la escritura pero además de la forma oral ya sea con amigos, terapeutas, familiares, etcétera hay un sinnúmero de formas de expresar nuestro dolor ante una pérdida importante.
Por lo general no solemos darle demasiada importancia a expresar lo que sentimos y tendemos a guardar nuestros sentimientos, algunas veces con la intención de no revivir el dolor y la añoranza. El problema es que poco a poco vamos acumulando nuestras emociones y estas pueden acabar apoderándose de nuestros pensamientos de forma permanente o, al menos, alargar nuestro propio duelo al ser consciente de la importancia de aquello que no queremos expresar y que nos duele y que además queremos que deje de doler.
“Expresa tu desconcierto y tu desesperanza” y no simplemente como expresión de total desamparo o desconfianza de encontrar una salida. Si alguien se acerca a decirte que no llores, porque “eso te hace daño” o “perjudica la paz de tu ser querido que ha muerto”, agradécele su buena intención y explícale respetuosamente que opinas diferente. Que llorar equilibra tus emociones y limpia tu alma. Invítalo, si desea ayudarte, a acompañarte a llorar.
Agradécele cuando te ofrezca un pañuelo o un abrazo para limpiar y respetar tus lágrimas y finalmente decir juntos: Sí a la Vida.
Eso se llama Llorar con esperanza” Puntualiza Castelblanco.
Recuerda, hay infinidad de formas de expresarte: Pinta, Escribe, Habla, Dialoga, Ora, Grita, Quéjate, Corre, Camina, etc.
Hasta la próxima vez,
Ileana Bolio
Tanatóloga
Citas y Terapias online (+52) 9933 11 78 79.
