Entorno | Histeria colectiva tabasqueña

Alrededor de cinco estadounidenses observaban extasiados por el ambiente imperante el inicio del desfile de carros alegóricos en su antigua ruta por el malecón Villahermosa -después de estar suspendidos desde la pandemia y posteriormente por la lentísima remodelación multimillonaria de ese recinto que a casi tres meses de inaugurada presenta múltiples vicios, pero esa es otra historia- el agobiante calor, la ingesta de bebidas alcohólicas por parte de mujeres y hombres provocó lo que se esperaba, desinhibir a más de uno.

Los movimientos de caderas, sudor copioso y la música estridente pusieron a bailar a mujeres, a la par, los estadounidenses imitaban el ritmo mientras los tabasqueños con porras, gritos y más bailadores los incitaban a continuar con sus movimientos corporales.

Más adelante, en la esquina de Méndez y Malecón, “la diabla” el porrista de los Olmecas de Tabasco hacía su movimiento elíptico frente a los asistentes para inmediatamente pedir después con un grito repetido “agua, agua” un grupo de chicas le da cerveza, de un brinco sube a la batea de la camioneta y repite su baile ahora con movimientos frenéticos de cadera, le dan otra lata, la termina de un sorbo y continúa su camino.

El desfile que inició a las cinco en punto, media hora después, el último –carro alegórico- pasó la calle Eusebio Castillo donde se encuentra la sede del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana donde esa noche se realizaría el debate de los cuatro candidatos al gobierno de Tabasco, después de librar esa vía; el pandemónium.

Historias virales y las no conocidas:

A lo largo de la avenida Méndez desde el cruce de Pagés Llergo hasta Mario Brown Peralta decenas de camionetas y algunos automóviles fueron aparcados en ambos sentidos, en la mayoría venta de micheladas “sin alcohol” pero evidentemente lo contenían, los depósitos del perímetro reportaron ventas inesperadas, un par de ellos entre Paseo Tabasco y Usumacinta cerraron por desabasto del producto.

Con el efecto del alcohol en el cuerpo, bailes sensuales y hasta intentos de despojos de prendas y en muchos lugares pleitos inesperados, casi siempre, peleando por el mejor sitio para ver el paso del contingente.

En las redes circularon por lo menos cinco peleas a puños y jaloneos cuatro de ellas ocurrieron entre mujeres y una de hombres.

¿Qué le pasó a nuestra sociedad?

Sin falsas posturas, eso no ocurría antes, al menos con esa intensidad, entre conocidos, familiares y otros testimonios se dio cuenta de disputas por coches mal estacionados, invadiendo espacios de entrada a casas y negocios, para todo, gritos, insultos, como si el tabasqueño anduviese buscando riña ante el mínimo reclamo.

Se habla de una asistencia histórica de casi 500 mil tabasqueños, en realidad, es probable que asistieron no más de 100 mil, aun así es una cifra importante, turistas sinaloenses, entrevistados en la zona de Atasta dijeron que –probablemente por el punto donde estuvieron- este evento parecía superior al Carnaval de Mazatlán.

¿Y la inseguridad?

Los tabasqueños de algún modo, tenemos una tendencia a exagerar ciertos hechos, la concurrencia al desfile se estimaba sería mínima, por los “irresponsables dichos de algunos” quienes esparcieron una especie de rumor de que ante los últimos acontecimientos violentos, algo podría pasar, afortunadamente no sucedió.

Sin embargo, la pandemia, la suspensión del desfile por cuatro años consecutivos en su tradicional ruta y su reactivación provocó que muchos salieran sin importar las condiciones imperantes, ni el extenuante calor y pese a todo, la algarabía tabasqueña volvió.

CONTORNO

¿Quién ganó el debate?

En realidad se perdió no solo en singular sino en general la población ante la exigua audiencia alcanzada, se estima que no más de 20 mil personas lo vieron completo –sin asegurarlo por falta de elementos- de lo mismo que carecen todos para emitir una conclusión al respecto.

Faltaron propuestas y no el recurso de siempre, más empleo, mejores sueldos a burócratas, más seguridad, bla, bla, bla.

Ojalá y el siguiente debate posea elementos de mayor interés para los tabasqueños…

Tabasco y la Villahermosa del recuerdo y el futuro

Con una presentación llena de anécdotas históricas de la fundación de la actual Villahermosa y de Tabasco en su conjunto, Miguel Ángel Valdivia de Dios presentó el libro de su autoría, “una ciudad para las nuevas generaciones”.

Con invitados de lujo como presentadores del libro, Norma Domínguez, Ricardo de la Peña Marshall este último historiador quien realizó un recorrido fantástico por la ciudad y su desarrollo, quien destacó que su desordenado crecimiento ha tenido sus consecuencias en el que se perdió parte de su esencia, no existen más antiguas construcciones, parques, mercados, a diferencia de otras ciudades de México y el mundo que aún se conservan.

El libro de rápida lectura, plantea una reconstrucción y crecimiento ordenado de la capital hasta el año 2030 que permita ensancharla con el resto del país y devolverle su referente estratégico que permita la generación de nuevas empresas y un desarrollo sostenido.

javiermarinhdez@hotmail.com