/ lunes 20 de enero de 2020

Los Otros Datos | Los negacionistas, una nueva corriente de funcionarios públicos 

Los mexicanos necesitamos pensar y repensar a nuestro país, más allá de temas ideológicos o partidistas, necesitamos identificar dónde estamos, qué queremos hacer, y hacia dónde queremos ir, de manera objetiva, pensando siempre en el bienestar de nuestras familias y en el impacto de nuestro entorno inmediato. Necesitamos tener claridad en cuál es nuestra responsabilidad como ciudadanos y actuar en consecuencia.

A veces cuando escuchamos o leemos que se invoca el bien del país o del estado, a muchos ciudadanos les resulta un tema distante que no les interesa o no les afecta. Sin embargo las decisiones o los eventos nacionales o estatales, siempre terminan impactando en el núcleo familiar o laboral, siempre nos repercute en nuestra cotidianidad, en ello estriba la importancia de no mantenernos ajenos al acontecer nacional y estatal.

Los ciudadanos necesitamos estar atentos y muy pendientes del trabajo que desempeñan quienes hoy gobiernan el país y desde luego nuestro estado, ya que ellos son empleados de todos nosotros, pues fueron contratados mediante el voto para desempeñar el trabajo de administrar correctamente los recursos públicos y tomar las decisiones que garanticen mejores condiciones de bienestar para sus gobernados.

Específicamente en nuestro estado tenemos muchos temas de qué preocuparnos, ya que están alterando y perturbando nuestro entorno inmediato y poniendo en riesgo el futuro de nuestras familias.

Hoy las asignaturas pendientes en materia de Seguridad, salud, empleo y educación, son temas que sin duda nos preocupan a todos los ciudadanos, ya que nos afectan directamente en muchos sentidos porque quienes hoy gobiernan, no nos están dando los resultados que nos prometieron y que necesitamos

Lo grave de estos asuntos es que quienes toman las decisiones tienen un espíritu y una actitud Negacionista de la realidad, lo cual es inaceptable para los ciudadanos pues no podemos permitir que avance esa corriente de funcionarios que están actuando como si todo estuviera bien y como si ellos, quienes gobiernan estuvieran tomando las decisiones correctas.

Está actitud de servidores públicos nos hace pensar que vivimos en mundos o planetas diferentes, pues para la versión oficial todo está bien, y los problemas son resultado de percepciones erróneas y que todo se reduce los complots de la oposición.

Lo que resulta de esta actitud negacionista es una evidente sordera. Quienes nos gobiernan, no se detienen ni por un momento a escuchar las voces que cada vez son más fuertes y que les estamos exigiendo resultados.

La negación de la realidad es una actitud defensiva de quienes se sienten atacados porque se empiezan a dar cuenta de sus limitaciones. Por eso, alzar la voz es un veneno letal para los gobiernos autoritarios y antidemocráticos.

Frente a la difícil realidad que hoy vivimos, ante la ineficiencia y la negación de la realidad, lo único que no le está permitido hacer los ciudadanos, es guardar silencio. El mejor antídoto para los negacionistas es la verdad.

Los mexicanos necesitamos pensar y repensar a nuestro país, más allá de temas ideológicos o partidistas, necesitamos identificar dónde estamos, qué queremos hacer, y hacia dónde queremos ir, de manera objetiva, pensando siempre en el bienestar de nuestras familias y en el impacto de nuestro entorno inmediato. Necesitamos tener claridad en cuál es nuestra responsabilidad como ciudadanos y actuar en consecuencia.

A veces cuando escuchamos o leemos que se invoca el bien del país o del estado, a muchos ciudadanos les resulta un tema distante que no les interesa o no les afecta. Sin embargo las decisiones o los eventos nacionales o estatales, siempre terminan impactando en el núcleo familiar o laboral, siempre nos repercute en nuestra cotidianidad, en ello estriba la importancia de no mantenernos ajenos al acontecer nacional y estatal.

Los ciudadanos necesitamos estar atentos y muy pendientes del trabajo que desempeñan quienes hoy gobiernan el país y desde luego nuestro estado, ya que ellos son empleados de todos nosotros, pues fueron contratados mediante el voto para desempeñar el trabajo de administrar correctamente los recursos públicos y tomar las decisiones que garanticen mejores condiciones de bienestar para sus gobernados.

Específicamente en nuestro estado tenemos muchos temas de qué preocuparnos, ya que están alterando y perturbando nuestro entorno inmediato y poniendo en riesgo el futuro de nuestras familias.

Hoy las asignaturas pendientes en materia de Seguridad, salud, empleo y educación, son temas que sin duda nos preocupan a todos los ciudadanos, ya que nos afectan directamente en muchos sentidos porque quienes hoy gobiernan, no nos están dando los resultados que nos prometieron y que necesitamos

Lo grave de estos asuntos es que quienes toman las decisiones tienen un espíritu y una actitud Negacionista de la realidad, lo cual es inaceptable para los ciudadanos pues no podemos permitir que avance esa corriente de funcionarios que están actuando como si todo estuviera bien y como si ellos, quienes gobiernan estuvieran tomando las decisiones correctas.

Está actitud de servidores públicos nos hace pensar que vivimos en mundos o planetas diferentes, pues para la versión oficial todo está bien, y los problemas son resultado de percepciones erróneas y que todo se reduce los complots de la oposición.

Lo que resulta de esta actitud negacionista es una evidente sordera. Quienes nos gobiernan, no se detienen ni por un momento a escuchar las voces que cada vez son más fuertes y que les estamos exigiendo resultados.

La negación de la realidad es una actitud defensiva de quienes se sienten atacados porque se empiezan a dar cuenta de sus limitaciones. Por eso, alzar la voz es un veneno letal para los gobiernos autoritarios y antidemocráticos.

Frente a la difícil realidad que hoy vivimos, ante la ineficiencia y la negación de la realidad, lo único que no le está permitido hacer los ciudadanos, es guardar silencio. El mejor antídoto para los negacionistas es la verdad.