/ martes 4 de febrero de 2020

Los otros datos | Adiós a tu Deuda, ¿Realidad o Mentira?

Muchos son las promesas que el hoy partido gobernante Morena hizo a los electores durante la pasada campaña electoral, y recordarlas, ante su evidente incumplimiento, nos da la razón a quienes creemos en la sabiduría popular que reza: “Ofrecer no empobrece, el dar es lo que aniquila”.

Para Andrés Manuel López Obrador, el tema de la “resistencia civil” en Tabasco, fue no sólo una bandera electoral sino el principal elemento que catapultó su carrera política nacional, y que años después, le permitió ser presidente de la república.

Sólo por precisión histórica habría que apuntar que el inédito llamamiento que el hoy inquilino de Palacio Nacional hizo a sus seguidores en 1994, consistía, no solamente en el no pago de servicio de energía eléctrica, sino incluso en dejar de pagar impuestos al gobierno, así como créditos a los bancos.

Incluso, el político que años después cancelaría la construcción del más moderno aeropuerto del país, por considerar que era un modelo de negocio que sólo favorecía a un grupo de empresas cercanas al ex presidente Enrique Peña Nieto, pretendía en aquellos años que sus simpatizantes dejaran de comprar en comercios propiedad de “empresarios ligados a la mafia del poder”.

Desde luego, el llamado encontró eco en los ciudadanos únicamente por cuanto a dejar de pagar por la luz, sobre todo por el bajo ingreso de la mayoría de la población y por la actitud de la CFE, que de siempre ha incurrido en abusos y en excesos en contra de los usuarios, a los que cobra de manera discrecional y desordenada el precio del servicio, incluso sin importar cuánto en realidad hayas consumido.

La promesa electoral y desde luego la propuesta política del hoy presidente, fue que si algún día ganaba la elección federal, ordenaría que se aplicaran las tarifas más baratas en Tabasco.

Por eso, cuando AMLO gana la elección presidencial, miles de tabasqueños echaron las campanas al vuelo festejando que por fin tendríamos un presidente tabasqueño que sería una especie de “rey Midas”, y que este político impulsaría el renacimiento de nuestro estado, empezando por el asunto de las tarifas de luz.

A mediados del año pasado, el gobernador Adán Agusto López Hernández anuncio la suscripción del convenio entre el Gobierno de Estado y la CFE llamado “Adiós a Tu Deuda” y afirmó con ello que se estaba haciendo realidad la promesa de una sola tarifa de luz todo el año para Tabasco.

¿Se resolvió el problema? Los recibos que recibimos las familias tabasqueñas nos indican que no. Y si hacemos una revisión minuciosa del convenio, tiene serias deficiencias y cláusulas sumamente cuestionables que violentan procedimientos jurídicos y legislativos y que ponen en riesgo no sólo la propiedad de los usuarios, que ahora sirven como garantía de pago, como en las tiendas comerciales tipo Coppel, sino incluso las finanzas públicas.

Los negociadores del gobernador fueron a la mesa con CFE sin el conocimiento a fondo de la complejidad del tema y sin pensar en cumplir el compromiso contraído con los ciudadanos; por eso se pusieron abiertamente del lado de la CFE. Ahora, los vemos exigiendo que la gente pague sus adeudos, incluso como si fueran los cobradores de la dependencia.

En resumen, el tema de la carestía de las tarifas eléctricas es un asunto pendiente que sólo podrá resolverse con voluntad política. Creer que ya está resuelto es autoengañarse. Y ya lo dice también la sabiduría popular: “La soberbia y la mentira no conducen a nada bueno”.

Muchos son las promesas que el hoy partido gobernante Morena hizo a los electores durante la pasada campaña electoral, y recordarlas, ante su evidente incumplimiento, nos da la razón a quienes creemos en la sabiduría popular que reza: “Ofrecer no empobrece, el dar es lo que aniquila”.

Para Andrés Manuel López Obrador, el tema de la “resistencia civil” en Tabasco, fue no sólo una bandera electoral sino el principal elemento que catapultó su carrera política nacional, y que años después, le permitió ser presidente de la república.

Sólo por precisión histórica habría que apuntar que el inédito llamamiento que el hoy inquilino de Palacio Nacional hizo a sus seguidores en 1994, consistía, no solamente en el no pago de servicio de energía eléctrica, sino incluso en dejar de pagar impuestos al gobierno, así como créditos a los bancos.

Incluso, el político que años después cancelaría la construcción del más moderno aeropuerto del país, por considerar que era un modelo de negocio que sólo favorecía a un grupo de empresas cercanas al ex presidente Enrique Peña Nieto, pretendía en aquellos años que sus simpatizantes dejaran de comprar en comercios propiedad de “empresarios ligados a la mafia del poder”.

Desde luego, el llamado encontró eco en los ciudadanos únicamente por cuanto a dejar de pagar por la luz, sobre todo por el bajo ingreso de la mayoría de la población y por la actitud de la CFE, que de siempre ha incurrido en abusos y en excesos en contra de los usuarios, a los que cobra de manera discrecional y desordenada el precio del servicio, incluso sin importar cuánto en realidad hayas consumido.

La promesa electoral y desde luego la propuesta política del hoy presidente, fue que si algún día ganaba la elección federal, ordenaría que se aplicaran las tarifas más baratas en Tabasco.

Por eso, cuando AMLO gana la elección presidencial, miles de tabasqueños echaron las campanas al vuelo festejando que por fin tendríamos un presidente tabasqueño que sería una especie de “rey Midas”, y que este político impulsaría el renacimiento de nuestro estado, empezando por el asunto de las tarifas de luz.

A mediados del año pasado, el gobernador Adán Agusto López Hernández anuncio la suscripción del convenio entre el Gobierno de Estado y la CFE llamado “Adiós a Tu Deuda” y afirmó con ello que se estaba haciendo realidad la promesa de una sola tarifa de luz todo el año para Tabasco.

¿Se resolvió el problema? Los recibos que recibimos las familias tabasqueñas nos indican que no. Y si hacemos una revisión minuciosa del convenio, tiene serias deficiencias y cláusulas sumamente cuestionables que violentan procedimientos jurídicos y legislativos y que ponen en riesgo no sólo la propiedad de los usuarios, que ahora sirven como garantía de pago, como en las tiendas comerciales tipo Coppel, sino incluso las finanzas públicas.

Los negociadores del gobernador fueron a la mesa con CFE sin el conocimiento a fondo de la complejidad del tema y sin pensar en cumplir el compromiso contraído con los ciudadanos; por eso se pusieron abiertamente del lado de la CFE. Ahora, los vemos exigiendo que la gente pague sus adeudos, incluso como si fueran los cobradores de la dependencia.

En resumen, el tema de la carestía de las tarifas eléctricas es un asunto pendiente que sólo podrá resolverse con voluntad política. Creer que ya está resuelto es autoengañarse. Y ya lo dice también la sabiduría popular: “La soberbia y la mentira no conducen a nada bueno”.