Una vez que el propio Presidente ha reconocido al paisano y secretario de Gobernación, Adán Augusto López, como un posible candidato a la Presidencia de la República muchos y muchas se han puesto nerviosos/as. Y es que las cosas son así: Sheinbaum no levanta y Ebrard no ilusiona.
La primera tiene buenos números en determinadas encuestas que la muestran, artificialmente, en el primer lugar de las preferencias entre la militancia de MORENA. Es evidente que la mayoría no conecta con ella pero apoyan su candidatura porque hasta ahora AMLO había manifestado de forma inequívoca que era su preferida.
Pero, mañosamente, nadie se pregunta lo qué ocurriría, quien se beneficiaría en las encuestas, si finalmente AMLO se diera por vencido en su aspiración de heredar la Silla del Águila a su más querida seguidora, la Jefa del Gobierno de la CDMX, cuando se dé cuenta de que es inviable su triunfo. Solo hay una respuesta: Adán Augusto. A Ebrard se le reconoce su capacidad y profesionalismo pero no su militancia “morenista-izquierdista” que se nota que es obligada pero no apasionada.
Si, como se espera, Claudia decide apartarse cuando sea muy notable la imposibilidad de ganar, la mayor parte de esos votos y preferencias se trasladarían de forma automática a AALH, quien es “el segundo favorito” de AMLO.
El paisano, el hermano, el que entiende al Presidente porque sabe leer entre sus pensamientos, interpretar con exactitud sus gestos y diagnosticar en segundos lo que le agrada al presidente y lo que espera de él. No podemos decir lo mismo de ningún otro aspirante. Y no nos engañemos: Se harán las encuestas, pero para para darle elementos de decisión al Presidente que, finalmente, con su voto de calidad indiscutible, será el que señale al o la ungido/a.
Claudia ya se ha dado cuenta de que Adán es el que realmente va detrás de ella y nota el aliento en su nuca y está cometiendo errores. Recientemente un periodista muy cercano a Claudia, Álvaro Delgado, ha publicado una extraña, conspiradora y malévola biografía de uno de los colaboradores más cercanos de Adán Augusto que, por su forma, -rupestre políticamente hablando y periodísticamente ingenuamente utilizada-, permite de forma inmediata descubrir el fondo que no era otro que descalificar y hacer daño a su jefe.
Estuvo tan mal hecho el fuego amigo que, apenas a unos minutos de difundirse en las redes sociales, a través de cuentas relacionadas con la Jefa de Gobierno, el veneno se había disuelto como un azucarillo en un vaso de “café caliente”. Da la sensación de que la Sheinbaum ya sospecha su destino y este tipo de iniciativas solo son los últimos coletazos de quien no tiene suficiente aire para respirar y solo pretende salir con bien de su actual encargo mientras que espera se le de forma oficial a su fracaso. De Santa Teresa se cuenta que la sorprendieron sus monjas bordando con gran entusiasmo. Para disculparse, les dijo: “Son estas, cosas para entretener la espera”.
En México, donde evidentemente el número de pícaros es muy superior al de místicos, las partes desean que se acabe la intriga. Que gane el que gane, pero que su victoria llegue cuanto antes. Por lo menos a tiempo de no cantar derrota. Como Marcelo sigue teniendo vocación de estatua, Adán, que era un desconocido para el electorado nacional, y casi nadie sabía quién era hasta hace un año, ha tenido el indudable mérito de empinarse sobre su buen desempeño en el cargo de secretario de Gobernación. La altura de cualquier dirigente depende del tamaño de los demás. Todos persiguen el éxito, pero el éxito corre más que ellos.
NADA NOS ES AJENO
Una de las desventajas que supone haber andado algo por el mundo es que nada en él puede parecernos ajeno. Somos un planeta de segunda o tercera regional en la Liga sidérea galáctica, pero Tabasco es también mi patria. Era una tierra hermosa y rica, lo que no deja de ser una redundancia. Nos jugamos el futuro, que a nadie le quepa duda, porque el presente es incierto y se ha mostrado como demoledor de esperanzas y decepción de propios y extraños. Me estremece que este hermoso pedazo del mapa mundi, Tabasco, esté como está y ya se habla de hambre. No sólo de hambre y sed de justicia, sino de hambre. Hay muchas miradas puestas en la Refinería Olmeca de Dos Bocas. El mundo es un pañuelo mojado de lágrimas. Vaya este comedido llanto mío por esta tierra hermosa donde lo paso bien y mal, como en todas, pero que no olvido a ninguna hora del día porque el olvido es cosa para después. Cuando “la muerte se lleve nuestros ojos”. Que sepan que la refinería tiene una buena parte de nuestro futuro, el de todos, en sus manos.
