/ jueves 23 de marzo de 2023

Ejes Ambientales | Agua y selvas ¿aliadas o amenazas?...230323

“Bosques sanos para mantener poblaciones sanas; Sin duda este 2023 es el año de adquirir compromisos con respecto al uso del agua y su saneamiento”.

Naciones Unidas 2023.

En esta semana, 21 y 22 de marzo se celebraron los días internacionales por los bosques, selvas y del agua. Fechas importantes en la agenda ambiental anual, que nos deben conducir a la reflexión de qué ha sucedido con estos valiosos ecosistemas, qué hemos hecho bien o mal y sobre todo, desde nuestra visión global y local, podamos decidir si tenemos las fortalezas y alianzas entre gobiernos y sectores ciudadanos de la sociedad para convertir retos y nuestras debilidades en oportunidades para frenar el creciente deterioro socioambiental y económico que afecta la biodiversidad, pero en especial ponen en riesgo la sobrevivencia humana y a toda forma de vida.

No debemos ignorar que en el mundo, según la FAO, se han perdido 4.7 millones de hectáreas al año en la década del 2010 al 2020; tampoco debemos de soslayar que México ocupa uno de los primeros lugares en tasas de deforestación en el mundo. Los rangos de las tasas de deforestación fluctúan entre 75,000 ha/año a cerca de 1.98 millones de ha por año; de igual manera, no podemos seguir pasando por alto, que en Tabasco, no existen en la actualidad acciones concretas para frenar la deforestación ni la degradación forestal que ocurrieron desde mediados del siglo pasado hasta nuestros días, cuyos datos al 2022 nos indican los especialistas solo nos queda el 3% de cobertura forestal natural o vegetación forestal original.

Con relación al agua, al igual que en los casos de selvas y bosques, las cifras no dejan de ser críticas a nivel mundial, como los que cito a continuación: 2 000 millones de personas viven en países que sufren escasez de agua (UN 2019). El 90% de los desastres naturales están relacionados con el agua por escasez o abundancia (La Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres, UNISDR). El 80% de las aguas residuales retornan al ecosistema sin ser tratadas o reutilizadas, generando una creciente contaminación en los ecosistemas acuáticos (UNESCO, 2017).

En el caso de México, ya se experimentan los efectos negativos de la falta de agua por la desigual distribución del agua en el norte centro y sur, el otro lado de la moneda nos indica que también existen problemas de abundancia de agua en algunas regiones del país, sobre todo en el trópico húmedo mexicano ocasionando daños a la población y alteración de los ecosistemas por inundaciones. Se estima además que para 2030, la disponibilidad en México descienda debajo de los 3 mil metros cúbicos por habitante al año cuando hace 60 años era del 10 mil metros cúbicos por habitante. Otra amenaza latente son las aguas subterráneas con grave riesgo de sobrexplotación, salinización del suelo e intrusión marina que afectarán el abasto humano directo así como las actividades agropecuarias e industriales lo cual es obvio que eleva los costos e extracción del recurso y ocasiona hundimientos en los terrenos.

Con respecto al agua en territorio tabasqueño, somos testigos la mala calidad del agua pues la mayoría de las fuentes de abasto están contaminadas, pero además la infraestructura de tratamiento de aguas residuales y potabilización son obsoletas, así como los sistemas de drenaje y alcantarillado. Por otro lado, hay que comentar que los ecosistemas acuáticos han sido modificados en sus cauces desde el alto Grijalva hasta la franja costera tabasqueña, han sufrido alteraciones que conllevan casos como la mortandad de manatís y otras especies del 2018 al 2020, y se continúan alterando las aguas al día de hoy con el desazolve de algunos ríos, desconociéndose sus impactos ambientales y alteraciones a dichos cuerpos de agua; la carencia o muy limitada gestión de las cuencas Grijalva Usumacinta y la que viene del Istmo han ocasionado severos problemas en la planicie tabasqueña, a los cuales habrá que sumar el azolvamiento de ríos, arroyos y lagunas por la deforestación de ambas cuencas; existen otros múltiples desafíos relativos al agua, entre ellos, la perdida de la cultura del agua que tenían las anteriores generaciones.

Así podría llenar muchas planas sobre la crisis del agua, selvas y bosques, las amenazas para las actuales y siguientes generaciones, pero estimo que también existen oportunidades para convertir el agua en nuestra aliada, que se transforme para un aprovechamiento integral y sustentable, que deje de ser ignorada por las autoridades y la ciudadanía, pues ambos compartimos responsabilidad para ser parte de la solución para ello, requerimos alianzas estratégicas pues los costos económicos para su remediación son muy altos.

Los gobiernos en sus tres ordenes nos han demostrado por décadas que no tienen la capacidad económica ni técnica para enfrentar los retos de ambos ecosistemas interrelacionados e interdependientes. Pues la inversión en su gestión y manejo del agua requiere de una mejora significativa en el monitoreo del agua con mediciones precisas y no solo por estimaciones de no hacerlo persistirán y crecerán las amenazas; es indispensable desarrollar proyectos dese la perspectiva climática, pues cada vez tenemos evidencias de lo atípico del clima y vivimos con altos costos sus efectos en la vida ecosistémica, productiva y doméstica; no podríamos transitar hacia el aprovechamiento del agua sin evaluar y actualizar la delimitación de los ecosistemas acuáticos con criterios geofísicos en lugar de que sean geopolíticos; además de ello, es fundamental invertir en la modernización y conservación de infraestructura hídrica.

Igual de importante es que se hagan esfuerzos de colaboración con organismos internacionales y nacionales, incluso empresariales, para recuperar nuestros espacios de selvas y bosques, no solo mediante programas de beneficio social y fines electorales, que son muy lejanos a la verdadera reducción de emisiones y recuperación de nuestra riqueza forestal, entre otros beneficios fundamentales para la vida mediante la implementación de actividades de gestión sustentable de bosques y selvas poniendo no solos el valor maderero, sino también los bienes y servicios que aportan a la humanidad.

Entonces podremos hablar que los bosques, selvas y agua dejarán de ser amenazas y se convertirían en aliadas para el desarrollo y bienvivir de la gente en los ámbitos mundial y locales….para lo cual debemos dejar ser meros espectadores y convertirnos en ser parte de la solución de tan complejos e inmensos desafíos.

Villahermosa, Tabasco. A 23 de marzo de 2023.

“Bosques sanos para mantener poblaciones sanas; Sin duda este 2023 es el año de adquirir compromisos con respecto al uso del agua y su saneamiento”.

Naciones Unidas 2023.

En esta semana, 21 y 22 de marzo se celebraron los días internacionales por los bosques, selvas y del agua. Fechas importantes en la agenda ambiental anual, que nos deben conducir a la reflexión de qué ha sucedido con estos valiosos ecosistemas, qué hemos hecho bien o mal y sobre todo, desde nuestra visión global y local, podamos decidir si tenemos las fortalezas y alianzas entre gobiernos y sectores ciudadanos de la sociedad para convertir retos y nuestras debilidades en oportunidades para frenar el creciente deterioro socioambiental y económico que afecta la biodiversidad, pero en especial ponen en riesgo la sobrevivencia humana y a toda forma de vida.

No debemos ignorar que en el mundo, según la FAO, se han perdido 4.7 millones de hectáreas al año en la década del 2010 al 2020; tampoco debemos de soslayar que México ocupa uno de los primeros lugares en tasas de deforestación en el mundo. Los rangos de las tasas de deforestación fluctúan entre 75,000 ha/año a cerca de 1.98 millones de ha por año; de igual manera, no podemos seguir pasando por alto, que en Tabasco, no existen en la actualidad acciones concretas para frenar la deforestación ni la degradación forestal que ocurrieron desde mediados del siglo pasado hasta nuestros días, cuyos datos al 2022 nos indican los especialistas solo nos queda el 3% de cobertura forestal natural o vegetación forestal original.

Con relación al agua, al igual que en los casos de selvas y bosques, las cifras no dejan de ser críticas a nivel mundial, como los que cito a continuación: 2 000 millones de personas viven en países que sufren escasez de agua (UN 2019). El 90% de los desastres naturales están relacionados con el agua por escasez o abundancia (La Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres, UNISDR). El 80% de las aguas residuales retornan al ecosistema sin ser tratadas o reutilizadas, generando una creciente contaminación en los ecosistemas acuáticos (UNESCO, 2017).

En el caso de México, ya se experimentan los efectos negativos de la falta de agua por la desigual distribución del agua en el norte centro y sur, el otro lado de la moneda nos indica que también existen problemas de abundancia de agua en algunas regiones del país, sobre todo en el trópico húmedo mexicano ocasionando daños a la población y alteración de los ecosistemas por inundaciones. Se estima además que para 2030, la disponibilidad en México descienda debajo de los 3 mil metros cúbicos por habitante al año cuando hace 60 años era del 10 mil metros cúbicos por habitante. Otra amenaza latente son las aguas subterráneas con grave riesgo de sobrexplotación, salinización del suelo e intrusión marina que afectarán el abasto humano directo así como las actividades agropecuarias e industriales lo cual es obvio que eleva los costos e extracción del recurso y ocasiona hundimientos en los terrenos.

Con respecto al agua en territorio tabasqueño, somos testigos la mala calidad del agua pues la mayoría de las fuentes de abasto están contaminadas, pero además la infraestructura de tratamiento de aguas residuales y potabilización son obsoletas, así como los sistemas de drenaje y alcantarillado. Por otro lado, hay que comentar que los ecosistemas acuáticos han sido modificados en sus cauces desde el alto Grijalva hasta la franja costera tabasqueña, han sufrido alteraciones que conllevan casos como la mortandad de manatís y otras especies del 2018 al 2020, y se continúan alterando las aguas al día de hoy con el desazolve de algunos ríos, desconociéndose sus impactos ambientales y alteraciones a dichos cuerpos de agua; la carencia o muy limitada gestión de las cuencas Grijalva Usumacinta y la que viene del Istmo han ocasionado severos problemas en la planicie tabasqueña, a los cuales habrá que sumar el azolvamiento de ríos, arroyos y lagunas por la deforestación de ambas cuencas; existen otros múltiples desafíos relativos al agua, entre ellos, la perdida de la cultura del agua que tenían las anteriores generaciones.

Así podría llenar muchas planas sobre la crisis del agua, selvas y bosques, las amenazas para las actuales y siguientes generaciones, pero estimo que también existen oportunidades para convertir el agua en nuestra aliada, que se transforme para un aprovechamiento integral y sustentable, que deje de ser ignorada por las autoridades y la ciudadanía, pues ambos compartimos responsabilidad para ser parte de la solución para ello, requerimos alianzas estratégicas pues los costos económicos para su remediación son muy altos.

Los gobiernos en sus tres ordenes nos han demostrado por décadas que no tienen la capacidad económica ni técnica para enfrentar los retos de ambos ecosistemas interrelacionados e interdependientes. Pues la inversión en su gestión y manejo del agua requiere de una mejora significativa en el monitoreo del agua con mediciones precisas y no solo por estimaciones de no hacerlo persistirán y crecerán las amenazas; es indispensable desarrollar proyectos dese la perspectiva climática, pues cada vez tenemos evidencias de lo atípico del clima y vivimos con altos costos sus efectos en la vida ecosistémica, productiva y doméstica; no podríamos transitar hacia el aprovechamiento del agua sin evaluar y actualizar la delimitación de los ecosistemas acuáticos con criterios geofísicos en lugar de que sean geopolíticos; además de ello, es fundamental invertir en la modernización y conservación de infraestructura hídrica.

Igual de importante es que se hagan esfuerzos de colaboración con organismos internacionales y nacionales, incluso empresariales, para recuperar nuestros espacios de selvas y bosques, no solo mediante programas de beneficio social y fines electorales, que son muy lejanos a la verdadera reducción de emisiones y recuperación de nuestra riqueza forestal, entre otros beneficios fundamentales para la vida mediante la implementación de actividades de gestión sustentable de bosques y selvas poniendo no solos el valor maderero, sino también los bienes y servicios que aportan a la humanidad.

Entonces podremos hablar que los bosques, selvas y agua dejarán de ser amenazas y se convertirían en aliadas para el desarrollo y bienvivir de la gente en los ámbitos mundial y locales….para lo cual debemos dejar ser meros espectadores y convertirnos en ser parte de la solución de tan complejos e inmensos desafíos.

Villahermosa, Tabasco. A 23 de marzo de 2023.