/ lunes 29 de julio de 2019

Un viejo lobo de mar

Aparentemente la senadora Mónica Fernández Balboa, no tiene obstáculos para que en agosto sea la próxima presidenta de la MesaDirectiva en la Cámara Alta del Congreso de la Unión, no sólo por su paisanaje con el titular del Poder Ejecutivo Federal, Andrés Manuel López Obrador, sino porque sus credenciales de presentación son mayores que las que tienen sus pares y correligionarias con las mismas aspiraciones.

Me refiero a Imelda Castro Castro, Mary Bell Villegas Canche, y AnaLilia Rivera Rivera.

El peligro real lo representa su homólogo y viejo lobo de mar, Martí BatresGuadarrama, quien busca reelegirse en la titularidad de la Mesa Directiva del Senado.

Si no fuera por éste astuto político consumado, la experimentada ex diputada federal por el VI distrito electoral, literalmente:tendría el camino libre.

Su unción fuera cuestión de tiempo, como la del presidente de la Junta deCoordinación Política en la Cámara de Diputados, Mario Delgado Carrillo.El mismo que destapó Adán Augusto López Hernández, para ser el relevo dela perniciosa Yeidckol Polevnsky Gurwitz.

Y no estoy diciendo que la conspicua tabasqueña no lo pueda vencer en buena lid, ya que tampoco “se cuece en el primer hervor”. Ya tiene sus añitos en las lides políticas.

Tiene a su favor que 36 de los 62 senadores de Morena son mujeres. 10 más que los hombres. Y en las otras fracciones parlamentarias del PAN, PRI, MC,PRD, PT, PVEM y PES, también hay un gran número de féminas que, con toda seguridad, van a apoyarla, para que se convierta en la próxima líder de la MesaDirectiva del Senado.

Para ello, claro está, primero tendrá que vencer dentro de su fracción parlamentaria a sus adversarios, a través de un trabajo a fondo de mucho cabildeo, para convencer a sus compañeros de Morena, del porqué ella debe suceder al ex dirigente nacional.

Si lo consigue, como algunos afirman, la mayoría simple que necesita para arribar a la Mesa Directiva, la obtendría con el voto de sus propios compañeros.

Martí Batres Guadarrama va a ser un gallo dificilísimo de pelar, no nada más por su colmillo retorcido y conocidas alianzas políticas, sino porque tiene más que perder que ganar.

Una derrota en el Senado de ese calibre, mermaría sus expectativas políticas en la lucha por el gobierno de la Ciudad de México.

La posibilidad no está lejos, pues tiene enemigos más poderosos que la paisana, aunque puestos en una balanza los pros y contras de uno y otro y pensando en el futuro, Batres Guadarrama: respira.

Estoy convencido, de que Andrés Manuel López Obrador va a decir la última palabra, tal y como ocurrió con el grueso de los candidatos que participaron en la pasada elección de julio, y como sucedió cuando eligió como líderes camerales a Mario Delgado Carrillo y Ricardo Monreal Ávila.Y como siempre pasa cuando se trata de Morena.

Entonces no veo el por qué ahora, vaya a ser la excepción, y más cuando el año que entra se van a caldear los ánimos políticos -más de lo que de por sí ya están-, ya que la elección intermedia estará a la vuelta de la esquina.

De que los tires y aflojes van a ir subiendo de tono dentro del Senado, conforme se vaya acercando el día de la elección, ni duda cabe.

Aparentemente la senadora Mónica Fernández Balboa, no tiene obstáculos para que en agosto sea la próxima presidenta de la MesaDirectiva en la Cámara Alta del Congreso de la Unión, no sólo por su paisanaje con el titular del Poder Ejecutivo Federal, Andrés Manuel López Obrador, sino porque sus credenciales de presentación son mayores que las que tienen sus pares y correligionarias con las mismas aspiraciones.

Me refiero a Imelda Castro Castro, Mary Bell Villegas Canche, y AnaLilia Rivera Rivera.

El peligro real lo representa su homólogo y viejo lobo de mar, Martí BatresGuadarrama, quien busca reelegirse en la titularidad de la Mesa Directiva del Senado.

Si no fuera por éste astuto político consumado, la experimentada ex diputada federal por el VI distrito electoral, literalmente:tendría el camino libre.

Su unción fuera cuestión de tiempo, como la del presidente de la Junta deCoordinación Política en la Cámara de Diputados, Mario Delgado Carrillo.El mismo que destapó Adán Augusto López Hernández, para ser el relevo dela perniciosa Yeidckol Polevnsky Gurwitz.

Y no estoy diciendo que la conspicua tabasqueña no lo pueda vencer en buena lid, ya que tampoco “se cuece en el primer hervor”. Ya tiene sus añitos en las lides políticas.

Tiene a su favor que 36 de los 62 senadores de Morena son mujeres. 10 más que los hombres. Y en las otras fracciones parlamentarias del PAN, PRI, MC,PRD, PT, PVEM y PES, también hay un gran número de féminas que, con toda seguridad, van a apoyarla, para que se convierta en la próxima líder de la MesaDirectiva del Senado.

Para ello, claro está, primero tendrá que vencer dentro de su fracción parlamentaria a sus adversarios, a través de un trabajo a fondo de mucho cabildeo, para convencer a sus compañeros de Morena, del porqué ella debe suceder al ex dirigente nacional.

Si lo consigue, como algunos afirman, la mayoría simple que necesita para arribar a la Mesa Directiva, la obtendría con el voto de sus propios compañeros.

Martí Batres Guadarrama va a ser un gallo dificilísimo de pelar, no nada más por su colmillo retorcido y conocidas alianzas políticas, sino porque tiene más que perder que ganar.

Una derrota en el Senado de ese calibre, mermaría sus expectativas políticas en la lucha por el gobierno de la Ciudad de México.

La posibilidad no está lejos, pues tiene enemigos más poderosos que la paisana, aunque puestos en una balanza los pros y contras de uno y otro y pensando en el futuro, Batres Guadarrama: respira.

Estoy convencido, de que Andrés Manuel López Obrador va a decir la última palabra, tal y como ocurrió con el grueso de los candidatos que participaron en la pasada elección de julio, y como sucedió cuando eligió como líderes camerales a Mario Delgado Carrillo y Ricardo Monreal Ávila.Y como siempre pasa cuando se trata de Morena.

Entonces no veo el por qué ahora, vaya a ser la excepción, y más cuando el año que entra se van a caldear los ánimos políticos -más de lo que de por sí ya están-, ya que la elección intermedia estará a la vuelta de la esquina.

De que los tires y aflojes van a ir subiendo de tono dentro del Senado, conforme se vaya acercando el día de la elección, ni duda cabe.