/ miércoles 2 de octubre de 2019

En lugar de incentivarlos, los desalientan

Si de por sí, la mayoría de los policías y de los tránsitos reciben un salario indigno, todavía la alcaldesa de Jalapa, Asunción Silván Méndez, se atrevió a quitarle los 500 pesos que quincenalmente recibían de compensación.

En lugar de incentivarlos para que cumplan con sus responsabilidades, los desalientan con el cuento de que tiene que pagar laudos laborales, energía eléctrica, aguinaldos, etcétera, etcétera.

Por qué mejor no se bajó el sueldo ella, regidores y demás funcionarios municipales, que inmerecidamente ganan hasta diez veces más que a los que arbitrariamente decidió descontarles mil pesos al mes.

Está visto y comprobado de sobra, que la austeridad republicana que tanto pregona Andrés Manuel López Obrador y el propio gobernador Adán Augusto López Hernández -cuantas veces pueden- es selectiva, a modo, pues.

Mientras los cuerpos policiacos y las demás autoridades que existen para combatir la delincuencia en cualesquiera de sus vertientes, no reciban un salario que vaya de acuerdo a sus necesidades y se les dé más capacitación e incentivos de toda índole, como ocurre con otras policías, verbigracia, las de Campeche y Yucatán, la inseguridad pública seguirá exponencialmente creciendo, como hasta ahora.

Cómo se le ocurre a la presidenta municipal Asunción Silván Méndez, y más en estos momentos, en que la delincuencia está desatada e imparable, dañar los bolsillos de los trabajadores.

Porque una cosa es que ella ande protegida con guaruras armados hasta los dientes; mientras los gruesos de sus descontentos gobernados están en la total indefensión.

Que quede claro, que no es el único presidente municipal insensible y soberbio que está actuando de esta manera.

Por desgracia, más de uno está en la misma frecuencia.

Así qué los jalapanecos, ya saben que Asunción Silván Méndez, es la responsable, si comienzan a dispararse los índices delictivos en la demarcación que maneja como si fuera de su propiedad.

“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI” (LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)

Si bien es cierto, que la mayoría de los aspirantes a dirigir el PRI estatal, se inclinan por una consulta a las bases, por Estatutos, es el Consejo Político, priista quien tiene la última palabra.

Todo indica que habrá elección, aunque la candidatura de unidad, es otra opción, que también se está analizando en el bunker de Insurgentes norte.

Desde luego, que están buscando la alternativa, que internamente divida menos.

Creo que la candidatura de unidad, puede ser la mejor solución, siempre y cuando haya el oficio político no solo para tejerla, sino capitalmente, para que el CEN y los interesados, cumplan a carta cabal los acuerdos.

Y es que compaginar la gama de intereses políticos de los grupos políticos que quieren la dirigencia para los próximos cuatro años, no es tan sencillo, y más cuando la elección intermedia, está a la vuelta de la esquina.

En fin, en unas semanas más, se sabrá el método elegido para la renovación del PRI.

De qué va a ver, dimes y diretes, los habrá.

La dirigencia lo vale, a pesar de lo disminuido que está.

Si de por sí, la mayoría de los policías y de los tránsitos reciben un salario indigno, todavía la alcaldesa de Jalapa, Asunción Silván Méndez, se atrevió a quitarle los 500 pesos que quincenalmente recibían de compensación.

En lugar de incentivarlos para que cumplan con sus responsabilidades, los desalientan con el cuento de que tiene que pagar laudos laborales, energía eléctrica, aguinaldos, etcétera, etcétera.

Por qué mejor no se bajó el sueldo ella, regidores y demás funcionarios municipales, que inmerecidamente ganan hasta diez veces más que a los que arbitrariamente decidió descontarles mil pesos al mes.

Está visto y comprobado de sobra, que la austeridad republicana que tanto pregona Andrés Manuel López Obrador y el propio gobernador Adán Augusto López Hernández -cuantas veces pueden- es selectiva, a modo, pues.

Mientras los cuerpos policiacos y las demás autoridades que existen para combatir la delincuencia en cualesquiera de sus vertientes, no reciban un salario que vaya de acuerdo a sus necesidades y se les dé más capacitación e incentivos de toda índole, como ocurre con otras policías, verbigracia, las de Campeche y Yucatán, la inseguridad pública seguirá exponencialmente creciendo, como hasta ahora.

Cómo se le ocurre a la presidenta municipal Asunción Silván Méndez, y más en estos momentos, en que la delincuencia está desatada e imparable, dañar los bolsillos de los trabajadores.

Porque una cosa es que ella ande protegida con guaruras armados hasta los dientes; mientras los gruesos de sus descontentos gobernados están en la total indefensión.

Que quede claro, que no es el único presidente municipal insensible y soberbio que está actuando de esta manera.

Por desgracia, más de uno está en la misma frecuencia.

Así qué los jalapanecos, ya saben que Asunción Silván Méndez, es la responsable, si comienzan a dispararse los índices delictivos en la demarcación que maneja como si fuera de su propiedad.

“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI” (LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)

Si bien es cierto, que la mayoría de los aspirantes a dirigir el PRI estatal, se inclinan por una consulta a las bases, por Estatutos, es el Consejo Político, priista quien tiene la última palabra.

Todo indica que habrá elección, aunque la candidatura de unidad, es otra opción, que también se está analizando en el bunker de Insurgentes norte.

Desde luego, que están buscando la alternativa, que internamente divida menos.

Creo que la candidatura de unidad, puede ser la mejor solución, siempre y cuando haya el oficio político no solo para tejerla, sino capitalmente, para que el CEN y los interesados, cumplan a carta cabal los acuerdos.

Y es que compaginar la gama de intereses políticos de los grupos políticos que quieren la dirigencia para los próximos cuatro años, no es tan sencillo, y más cuando la elección intermedia, está a la vuelta de la esquina.

En fin, en unas semanas más, se sabrá el método elegido para la renovación del PRI.

De qué va a ver, dimes y diretes, los habrá.

La dirigencia lo vale, a pesar de lo disminuido que está.