/ sábado 10 de noviembre de 2018

Inseguridad y corrupción, el reto de Adán

Del tamaño de la inseguridad es el reto que tiene enfrente el gobernador electo de Tabasco, Adán Augusto López Hernández; él conoce la necesidad de los tabasqueños en esta área, porque una de las demandas más socorridas de la gente durante la campaña electoral pasada fue inhibir eficazmente la delincuencia.

Por ello, sin haber asumido el cargo de jefe del Ejecutivo, Adán Augusto recorre ya algunos municipios de la entidad, a efecto de dar respuesta al compromiso, con acciones concretas, que producirán estabilidad y, de esa forma, transmitirán tranquilidad a empresarios, obreros, maestros, comerciantes, amas de casa y estudiantes; en fin, al pueblo en general.

Vemos entonces que durante este preámbulo para tomar el mando del gobierno del estado, el futuro gobernante ha encabezado dos actos, en Teapa y Macuspana, en los cuales ha señalado que es necesario dar un golpe de timón para ganar la batalla a la inseguridad, a fin de que haya más inversión y generación de empleos.

Es obvio que si primero no se dan las condiciones de seguridad necesarias, los inversionistas no van a venir a Tabasco (por el contrario, muchos se han ido a otros estados), no arriesgarán su capital, no generarán empleos y la pobreza y la delincuencia en vez de disminuir aumentará.

Eso ya lo vieron y vivieron los tabasqueños en el sexenio que aún no concluye, pues con un nivel estadístico de primer lugar en delincuencia, Tabasco también se logró ubicar en un indiscutible primer lugar en desempleo, convirtiéndose los buenos augurios de hace seis años en una horrible pesadilla.

Otros componentes que han mantenido a Tabasco en el subdesarrollo, los cuales López Hernández pretende combatir con todo, son la corrupción y la impunidad. Esto es algo difícil de abatir porque tiene mucho que ver con la formación del hombre, con la educación que le hayan dado en su casa y con la mentalidad de cada persona que llega al poder.

Por ejemplo, cambiar de partido no renovará la forma de pensar de los políticos, sus principios ni sus viejas costumbres. Los tabasqueños ya vivieron en carne propia una transición con individuos que transmutaron de un partido a otro y los resultados fueron lo que le sigue a pésimos.

Debido a eso, el pasado 1 de julio la gente votó por una nueva opción llamada Morena; sin embargo, por esa vieja forma de pensar que algunos tienen y que va a estar difícil que cambien en los próximos días, vimos a César Yáñez (un hombre que ha caminado con López Obrador durante los últimos 20 años y no le ha aprendido nada acerca de vivir en la justa medianía) realizar una boda en la cual el término “fifi” se quedó absolutamente corto.

Por eso es que considero que combatir la corrupción será una verdadera hazaña para el gobernador electo Adán Augusto López Hernández, pues hay alcaldes, y seguramente futuros funcionarios estatales, que en su mente solo imaginan el botín que representa el presupuesto público y no el bienestar de la gente.

Sassón

No quiero ser chismoso pero el estacionamiento del Congreso del Estado parece una agencia de autos de lujo, ahí se han exhibido el BMW de Julia Pardo, la Silverado nuevecita de Nelson Gallegos Vaca y la Hummer de Charly Valentino, por mencionar algunos modelitos.


Del tamaño de la inseguridad es el reto que tiene enfrente el gobernador electo de Tabasco, Adán Augusto López Hernández; él conoce la necesidad de los tabasqueños en esta área, porque una de las demandas más socorridas de la gente durante la campaña electoral pasada fue inhibir eficazmente la delincuencia.

Por ello, sin haber asumido el cargo de jefe del Ejecutivo, Adán Augusto recorre ya algunos municipios de la entidad, a efecto de dar respuesta al compromiso, con acciones concretas, que producirán estabilidad y, de esa forma, transmitirán tranquilidad a empresarios, obreros, maestros, comerciantes, amas de casa y estudiantes; en fin, al pueblo en general.

Vemos entonces que durante este preámbulo para tomar el mando del gobierno del estado, el futuro gobernante ha encabezado dos actos, en Teapa y Macuspana, en los cuales ha señalado que es necesario dar un golpe de timón para ganar la batalla a la inseguridad, a fin de que haya más inversión y generación de empleos.

Es obvio que si primero no se dan las condiciones de seguridad necesarias, los inversionistas no van a venir a Tabasco (por el contrario, muchos se han ido a otros estados), no arriesgarán su capital, no generarán empleos y la pobreza y la delincuencia en vez de disminuir aumentará.

Eso ya lo vieron y vivieron los tabasqueños en el sexenio que aún no concluye, pues con un nivel estadístico de primer lugar en delincuencia, Tabasco también se logró ubicar en un indiscutible primer lugar en desempleo, convirtiéndose los buenos augurios de hace seis años en una horrible pesadilla.

Otros componentes que han mantenido a Tabasco en el subdesarrollo, los cuales López Hernández pretende combatir con todo, son la corrupción y la impunidad. Esto es algo difícil de abatir porque tiene mucho que ver con la formación del hombre, con la educación que le hayan dado en su casa y con la mentalidad de cada persona que llega al poder.

Por ejemplo, cambiar de partido no renovará la forma de pensar de los políticos, sus principios ni sus viejas costumbres. Los tabasqueños ya vivieron en carne propia una transición con individuos que transmutaron de un partido a otro y los resultados fueron lo que le sigue a pésimos.

Debido a eso, el pasado 1 de julio la gente votó por una nueva opción llamada Morena; sin embargo, por esa vieja forma de pensar que algunos tienen y que va a estar difícil que cambien en los próximos días, vimos a César Yáñez (un hombre que ha caminado con López Obrador durante los últimos 20 años y no le ha aprendido nada acerca de vivir en la justa medianía) realizar una boda en la cual el término “fifi” se quedó absolutamente corto.

Por eso es que considero que combatir la corrupción será una verdadera hazaña para el gobernador electo Adán Augusto López Hernández, pues hay alcaldes, y seguramente futuros funcionarios estatales, que en su mente solo imaginan el botín que representa el presupuesto público y no el bienestar de la gente.

Sassón

No quiero ser chismoso pero el estacionamiento del Congreso del Estado parece una agencia de autos de lujo, ahí se han exhibido el BMW de Julia Pardo, la Silverado nuevecita de Nelson Gallegos Vaca y la Hummer de Charly Valentino, por mencionar algunos modelitos.