A casi seis meses de haber iniciado el mandato del gobernador Adán Augusto López Hernández, el pilar que explica cómo se proyectará el destino de Tabasco en los próximos seis años es la visión del gobierno federal.
Nadie niega el liderazgo del presidente Andrés Manuel López Obrador y su influencia en Tabasco, pero el éxito de un líder y de un proyecto no solo depende de su habilidad para construir una base de seguidores leales, sino también capaces y el desarrollo de nuestro estado no debe centralizarse ni rendirse a la inercia política como en gobiernos anteriores.
El gobierno federal no puede sustituir las responsabilidades de gobiernos estatales. Cuando se asumen compromisos ambos órdenes de gobierno, los resultados son positivos. En Tabasco es condición esencial impulsar políticas públicas que mejoren las condiciones de vida de los ciudadanos, erradicar la corrupción, mitigar la desigualdad y restaurar la convivencia pacífica.
Los programas productivos más importantes para Tabasco son de infraestructura del gobierno federal, como el Tren Maya y la refinería en Dos Bocas, pero son proyectos a largo plazo; urge impulsar acciones de apoyo a la diversificación de la economía local.
Hay que reforzar políticas públicas de apoyo a pequeñas y medianas empresas (Pymes) y pequeños productores, pues tienen un fuerte contenido social. La informalidad crece en Tabasco con una tasa de 60.3 por ciento y por si fuese poco, las empresas existentes no crecen y cada vez más negocios cierran en la entidad ante la crisis económica. La economía tabasqueña está paralizada y la esperanza de vida de micro y medianas empresas es baja, el 30% no duran ni un año.
Estas acciones deben estar previstas en el Plan Estatal de Desarrollo 2019-2024 (PLED). De conformidad a la Ley de Planeación del Estado de Tabasco, el PLED, debe elaborarse, aprobarse y publicarse en un plazo de seis meses contados a partir de la fecha en que toma posesión el gobernador. El pasado 3 de junio fue presentado a los diputados de LXIII Legislatura, el documento que debe ser analizado y en su caso aprobado por el Poder Legislativo como fecha límite 30 de junio.
Seguramente será aprobado por unanimidad antes del vencimiento del plazo legal. Sin embargo, el proceso de planeación es una oportunidad para revitalizar la participación del Poder Legislativo en esta importante actividad. Por ello, propongo una reforma a la Ley de Planeación del Estado, con la finalidad de establecer: 1) Que el gobernador envíe el proyecto de PLED en un plazo de cinco meses contados a partir de su toma de posesión y esta medida entre en vigencia en el 2025 y; 2) Se establezca un plazo de 30 días para que los diputados locales analicen el documento.
En la actualidad no se establece ningún plazo para que el Legislativo emita sus comentarios u observaciones al Plan Estatal que presenta el Ejecutivo. En este sentido, considero positivo realizar las adecuaciones a la ley vigente, para poder emitir sus opiniones sobre las acciones consideradas por la administración estatal y sea un procedimiento más abierto y transparente a la sociedad tabasqueña.
El PLED 2019-2024 debe fomentar el crecimiento económico y tener como prioridades la recuperación del campo, el replanteamiento a fondo de la relación con la industria petrolera, la diversificación y modernización de la estructura productiva de Tabasco.
