/ martes 13 de febrero de 2024

Asesor Jurídico | La reconstrucción nacional de México

Uno de los temas más importantes en los últimos días ha sido el de las reformas propuestas por el Presidente de la República y es que se ha metido a la campaña presidencial al imponer sus temas mediáticos en medio del proceso electoral.

En la agonía de su mandato constitucional, el presidente Andrés Manuel López Obrador le apuesta a seguir polarizando a la sociedad mexicana para asegurar la victoria en las elecciones de 2024, al presentar un paquete de iniciativas que buscan centralizar el poder en la figura del Ejecutivo, reducir el Congreso, revertir las últimas reformas al sistema de pensiones, la elección por voto popular de los magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y la eliminación de los reguladores y autónomos constitucionales.

Paradójicamente, el “segundo piso” del proyecto de la 4T contradice la pluralidad en la representación política, un pilar en la democratización histórica donde la verdadera izquierda ha tenido un papel significativo.

Las reformas que impulsa el presidente serán rechazadas, porque en su caso, para aprobar reformas constitucionales, se debe tener la aprobación de dos tercios de los legisladores y aunque la mayoría son de MORENA y de partidos aliados en ambas Cámaras, no son suficientes para aprobar reformas constitucionales.

Ante la tibieza del Instituto Nacional Electoral (INE) y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), López Obrador seguirá interviniendo en el proceso electoral, intensificando su discurso polarizador y descalificaciones a quienes tengan posturas de oposición al partido gobernante y al propio presidente.

Es imprescindible abordar la reconstrucción de México tras las elecciones de 2024 con una propuesta integral que abarque economía, legalidad, política y gobernanza. Esta iniciativa debe evitar la polarización partidista, promoviendo la inclusión de todos los mexicanos en un nuevo proyecto nacional.

Lamentablemente, de cara a las elecciones del domingo 2 de junio, se evidencia uno de los problemas más graves que socavan la legitimidad del sistema político mexicano: la escasa participación ciudadana en los espacios donde se toman las decisiones cruciales para la sociedad.

Las candidaturas que los partidos postulan siguen la misma tendencia de siempre: incluyen a los políticos tradicionales, a quienes buscan impunidad y a aquellos que priorizan la lealtad partidista sobre el bien común.

Las candidaturas que llevarán los partidos en su búsqueda de espacios ejecutivos y legislativos, siguen la misma tendencia de siempre: incluyen a los políticos tradicionales, a quienes buscan impunidad y a aquellos que priorizan la lealtad partidista sobre el bien común.

La clase política se recicla así misma y este fenómeno alcanza a todos los partidos políticos, independientemente de sus ideologías y Tabasco no es la excepción, con candidatos impresentables y los ciudadanos desinteresados de los asuntos públicos, y cada vez más expuestos a la manipulación del partido gobernante.

Por eso, la elección de 2024 será decisiva para el futuro, por la concurrencia inédita de elecciones locales junto con las federales.

Uno de los temas más importantes en los últimos días ha sido el de las reformas propuestas por el Presidente de la República y es que se ha metido a la campaña presidencial al imponer sus temas mediáticos en medio del proceso electoral.

En la agonía de su mandato constitucional, el presidente Andrés Manuel López Obrador le apuesta a seguir polarizando a la sociedad mexicana para asegurar la victoria en las elecciones de 2024, al presentar un paquete de iniciativas que buscan centralizar el poder en la figura del Ejecutivo, reducir el Congreso, revertir las últimas reformas al sistema de pensiones, la elección por voto popular de los magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y la eliminación de los reguladores y autónomos constitucionales.

Paradójicamente, el “segundo piso” del proyecto de la 4T contradice la pluralidad en la representación política, un pilar en la democratización histórica donde la verdadera izquierda ha tenido un papel significativo.

Las reformas que impulsa el presidente serán rechazadas, porque en su caso, para aprobar reformas constitucionales, se debe tener la aprobación de dos tercios de los legisladores y aunque la mayoría son de MORENA y de partidos aliados en ambas Cámaras, no son suficientes para aprobar reformas constitucionales.

Ante la tibieza del Instituto Nacional Electoral (INE) y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), López Obrador seguirá interviniendo en el proceso electoral, intensificando su discurso polarizador y descalificaciones a quienes tengan posturas de oposición al partido gobernante y al propio presidente.

Es imprescindible abordar la reconstrucción de México tras las elecciones de 2024 con una propuesta integral que abarque economía, legalidad, política y gobernanza. Esta iniciativa debe evitar la polarización partidista, promoviendo la inclusión de todos los mexicanos en un nuevo proyecto nacional.

Lamentablemente, de cara a las elecciones del domingo 2 de junio, se evidencia uno de los problemas más graves que socavan la legitimidad del sistema político mexicano: la escasa participación ciudadana en los espacios donde se toman las decisiones cruciales para la sociedad.

Las candidaturas que los partidos postulan siguen la misma tendencia de siempre: incluyen a los políticos tradicionales, a quienes buscan impunidad y a aquellos que priorizan la lealtad partidista sobre el bien común.

Las candidaturas que llevarán los partidos en su búsqueda de espacios ejecutivos y legislativos, siguen la misma tendencia de siempre: incluyen a los políticos tradicionales, a quienes buscan impunidad y a aquellos que priorizan la lealtad partidista sobre el bien común.

La clase política se recicla así misma y este fenómeno alcanza a todos los partidos políticos, independientemente de sus ideologías y Tabasco no es la excepción, con candidatos impresentables y los ciudadanos desinteresados de los asuntos públicos, y cada vez más expuestos a la manipulación del partido gobernante.

Por eso, la elección de 2024 será decisiva para el futuro, por la concurrencia inédita de elecciones locales junto con las federales.