/ sábado 15 de diciembre de 2018

Desorden bien organizado en Transporte

La administración de Adán Augusto López Hernández heredará un problema grave en el área de trasporte, el cual se ha generado por la anarquía de las autoridades salientes. Los choferes de transbuses y combis hacen lo que quieren, los taxistas imponen sus propias normas, los pochimovileros niegan el servicio, asaltan y hasta violan, y el usuario, indefenso, sufre las consecuencias y se frustra porque no hay autoridad en Tabasco que lo pueda defender de tan organizada mafia.

Tratar con choferes de unidades de transporte público nunca ha sido fácil, quienes tienen la necesidad de subirse a un Transbús, combi, taxi (Amarillos, Radiotaxis, Plus o de plano piratas) o Pochimóvil, saben a lo que se exponen. Los abusos vienen desde transitar a exceso de velocidad y exponer la vida de los usuarios, hasta la negativa del servicio, transgresión de las tarifas, mal trato, insultos, y, en el peor de los casos, asaltos y violaciones.

En la administración de Andrés Granier, bajo la dirección de Adrián Hernández, primero, y luego de Aquiles Domínguez Cerino, se logró la modernización del transporte. En aquellos años se retiraron combis chatarra de las rutas y se dio entrada al servicio de autobuses denominados Transbús y Transmetroplitano. Estas unidades estaban climatizadas y ningún chofer cobraba a la mano ni se salía de la ruta correspondiente porque eran monitoreados por un remozado sistema. De todo ello nada queda.

Los taxistas fueron sometidos a las normas y las unidades debían ser modelos recientes, climatizadas, si negaban el servicio los conductores eran reportados y se les aplicaba la ley, se les practicaban exámenes antidoping para garantizar que no condujeran los vehículos en estado de ebriedad o “mariguanos”; sin embargo, en la actualidad esto es una calamidad.

Entraron los “Uber”, las uniones se inconformaron y para hacerles la competencia abrieron el servicio de “Taxi Plus” y “Taxi Rosa”, estos últimos serían conducidos exclusivamente por mujeres para que las damas que usaran el servicio se sintieran más seguras. Ambos serían “especiales”, porque como todos saben, en Tabasco es el único lugar del mundo donde hay taxis colectivos, aunque la concesión diga otra cosa.

Algunos usuarios han comentado a este escribidor que, por ejemplo, los Transmetropolitanos de la ruta Parrilla-Reclusorio, forzosamente tienen que pasar por la colonia Las Gaviotas; sin embargo, como los choferes siempre van en competencia cortan camino, se desvían de la ruta establecida y se conducen directo por la avenida Usumacinta. Esto provoca que muchos se bajen en Seguridad Pública y tengan qué abordar otra unidad para llegar a su destino, lo cual les provoca gastos extra.

Los pochimóviles, en cualquier colonia, niegan el servicio si la distancia es muy larga y cobran hasta diez pesos por persona si lo abordan a las nueve de la noche. Además, como nadie los controla hay una gran cantidad de unidades piratas conducidas por maleantes que son capaces de asaltar al usuario o violar a las mujeres. El escándalo en esos pequeños vehículos es gratis, porque cuentan con unos aparatos de sonido que ni Obama los tiene, y los llevan a todo volumen. Son una discoteca rodante.

Los taxis “Amarillos” se paran y preguntan a dónde va el usuario, si les conviene los llevan y si no le niegan el servicio; los “Plus”, por ejemplo, empezaron a cobrar una tarifa de 35 pesos por servicio a todo aquel que los abordaba en la calle, ahora cobran servicio especial por sector aunque no se les llame a domicilio; los Rosa ya no son conducidos por mujeres sino por hombres, y, por falta de espacio, no escribo más detalles, pero ese es el transporte que tiene Villahermosa, Tabasco, para que lo tome en cuenta quien vaya a la SCT en la entidad.

La administración de Adán Augusto López Hernández heredará un problema grave en el área de trasporte, el cual se ha generado por la anarquía de las autoridades salientes. Los choferes de transbuses y combis hacen lo que quieren, los taxistas imponen sus propias normas, los pochimovileros niegan el servicio, asaltan y hasta violan, y el usuario, indefenso, sufre las consecuencias y se frustra porque no hay autoridad en Tabasco que lo pueda defender de tan organizada mafia.

Tratar con choferes de unidades de transporte público nunca ha sido fácil, quienes tienen la necesidad de subirse a un Transbús, combi, taxi (Amarillos, Radiotaxis, Plus o de plano piratas) o Pochimóvil, saben a lo que se exponen. Los abusos vienen desde transitar a exceso de velocidad y exponer la vida de los usuarios, hasta la negativa del servicio, transgresión de las tarifas, mal trato, insultos, y, en el peor de los casos, asaltos y violaciones.

En la administración de Andrés Granier, bajo la dirección de Adrián Hernández, primero, y luego de Aquiles Domínguez Cerino, se logró la modernización del transporte. En aquellos años se retiraron combis chatarra de las rutas y se dio entrada al servicio de autobuses denominados Transbús y Transmetroplitano. Estas unidades estaban climatizadas y ningún chofer cobraba a la mano ni se salía de la ruta correspondiente porque eran monitoreados por un remozado sistema. De todo ello nada queda.

Los taxistas fueron sometidos a las normas y las unidades debían ser modelos recientes, climatizadas, si negaban el servicio los conductores eran reportados y se les aplicaba la ley, se les practicaban exámenes antidoping para garantizar que no condujeran los vehículos en estado de ebriedad o “mariguanos”; sin embargo, en la actualidad esto es una calamidad.

Entraron los “Uber”, las uniones se inconformaron y para hacerles la competencia abrieron el servicio de “Taxi Plus” y “Taxi Rosa”, estos últimos serían conducidos exclusivamente por mujeres para que las damas que usaran el servicio se sintieran más seguras. Ambos serían “especiales”, porque como todos saben, en Tabasco es el único lugar del mundo donde hay taxis colectivos, aunque la concesión diga otra cosa.

Algunos usuarios han comentado a este escribidor que, por ejemplo, los Transmetropolitanos de la ruta Parrilla-Reclusorio, forzosamente tienen que pasar por la colonia Las Gaviotas; sin embargo, como los choferes siempre van en competencia cortan camino, se desvían de la ruta establecida y se conducen directo por la avenida Usumacinta. Esto provoca que muchos se bajen en Seguridad Pública y tengan qué abordar otra unidad para llegar a su destino, lo cual les provoca gastos extra.

Los pochimóviles, en cualquier colonia, niegan el servicio si la distancia es muy larga y cobran hasta diez pesos por persona si lo abordan a las nueve de la noche. Además, como nadie los controla hay una gran cantidad de unidades piratas conducidas por maleantes que son capaces de asaltar al usuario o violar a las mujeres. El escándalo en esos pequeños vehículos es gratis, porque cuentan con unos aparatos de sonido que ni Obama los tiene, y los llevan a todo volumen. Son una discoteca rodante.

Los taxis “Amarillos” se paran y preguntan a dónde va el usuario, si les conviene los llevan y si no le niegan el servicio; los “Plus”, por ejemplo, empezaron a cobrar una tarifa de 35 pesos por servicio a todo aquel que los abordaba en la calle, ahora cobran servicio especial por sector aunque no se les llame a domicilio; los Rosa ya no son conducidos por mujeres sino por hombres, y, por falta de espacio, no escribo más detalles, pero ese es el transporte que tiene Villahermosa, Tabasco, para que lo tome en cuenta quien vaya a la SCT en la entidad.