/ lunes 8 de abril de 2024

Carta Abierta | Xóchitl se deja buena parte de la Presidencia en el primer debate

Hasta los más acérrimos críticos de Claudia Sheinbaum han coincidido en que Xóchitl Gálvez ha sido un desastre en el primer debate presidencial, decretando su virtual derrota electoral el 2 de junio. Los múltiples errores de la candidata opositora han dejado ir viva a su oponente, sembrando el desencanto entre sus simpatizantes.

Xóchitl tuvo la oportunidad de endosar a Sheinbaum las inconsistencias de la 4T en temas como salud, educación, combate a la corrupción, transparencia, grupos vulnerables y violencia contra las mujeres. Pero en vez de eso se hundió en una atropellamiento de ideas que la hicieron ver nerviosa y le impidieron dar esa puntilla que los descontentos del oficialismo esperaban con ansiedad.

Mal asesorada, Xóchitl exhibió su falta de estatura política para ser una mujer de Estado, incapaz de conectar sus ideas y pasando de un tema a otro sin lograr aterrizar uno que diera la nota del debate.

Con una falta de narrativa convincente, Xóchitl perdió el domingo la oportunidad de acortar distancia con Sheinbaum, sabiendo además que el tiempo se acaba cuando ha pasado ya la tercera parte de la campaña. El búnker de Xóchitl ha fracasado en la estrategia, hundiendo la campaña en una severa crisis que necesita de una sacudida.

Olvidándose que era un debate transmitido por televisión ante millones de personas y que la imagen cuenta mucho, se le vio con las manos nerviosas, empapelada con documentos, con un semblante a veces descompuesto y viendo a menudo a Sheimbaum cuando esta hablaba, en una señal de respeto y sumisión. Para colmo, reconoció el carisma de López Obrador al decir que su adversaria no es como él. Sorprendió igual que haya olvidado al presidente en sus críticas a la autollamada Cuarta Transformación, dejando pasar la oportunidad de capitalizar el descontento de una parte de los mexicanos.

Terminar con la bandera mexicana al revés fue el colofón de una noche desastrosa para la candidata de Fuerza y Corazón por México, vertiendo un balde de agua fría en sus seguidores. Y lo que son las cosas. Su mejor momento fue en la conferencia de prensa postdebate, cuando declaró que en otro país Sheinbaum no sería candidata por su culpa en las tragedias del Rébsamen y la Línea 12, ya que tendría que ser enjuiciada en los tribunales.

Sin salirse del guión de mimetizarse con López Obrador, Sheinbaum salió bien librada del debate, no enganchándose con los ataques de Xóchitl.

Ecuánime, fría, con su habitual cara de piedra, a la abanderada oficial le salió bien el plan de actuar, hablar y verse como presidenciable, mostrando la confianza de su ventaja en las encuestas. Como parte de su estrategia, evitó llamar a Xóchitl por su nombre, refiriéndose a ella siempre como “la candidata del PRIAN”.

Todos estos elementos han llevado a que hasta sus más fuertes críticos la hayan reconocido como la triunfadora del primero de los tres debates organizados por el INE, dejando en la zozobra a la oposición con una candidata vista como incapaz, corta de estatura política y falta de capacidad de aglutinar el descontento de una parte de los mexicanos.

Álvarez Maynez exhibió su papel de esquirol, atacando siempre más a Xóchitl que a Sheinbaum y consolidando su rol de candidato testimonial, con la misión de fragmentar el voto opositor.

Habrá que ver cómo se refleja el resultado del primer debate en las encuestas, aunque con seguridad Claudia agrandará su ventaja. Hasta en la mesa de análisis de Latinus, un medio muy crítico de la 4T, Loret de Mola ha llegado a sugerir que “este arroz ya se coció”.

Hasta los más acérrimos críticos de Claudia Sheinbaum han coincidido en que Xóchitl Gálvez ha sido un desastre en el primer debate presidencial, decretando su virtual derrota electoral el 2 de junio. Los múltiples errores de la candidata opositora han dejado ir viva a su oponente, sembrando el desencanto entre sus simpatizantes.

Xóchitl tuvo la oportunidad de endosar a Sheinbaum las inconsistencias de la 4T en temas como salud, educación, combate a la corrupción, transparencia, grupos vulnerables y violencia contra las mujeres. Pero en vez de eso se hundió en una atropellamiento de ideas que la hicieron ver nerviosa y le impidieron dar esa puntilla que los descontentos del oficialismo esperaban con ansiedad.

Mal asesorada, Xóchitl exhibió su falta de estatura política para ser una mujer de Estado, incapaz de conectar sus ideas y pasando de un tema a otro sin lograr aterrizar uno que diera la nota del debate.

Con una falta de narrativa convincente, Xóchitl perdió el domingo la oportunidad de acortar distancia con Sheinbaum, sabiendo además que el tiempo se acaba cuando ha pasado ya la tercera parte de la campaña. El búnker de Xóchitl ha fracasado en la estrategia, hundiendo la campaña en una severa crisis que necesita de una sacudida.

Olvidándose que era un debate transmitido por televisión ante millones de personas y que la imagen cuenta mucho, se le vio con las manos nerviosas, empapelada con documentos, con un semblante a veces descompuesto y viendo a menudo a Sheimbaum cuando esta hablaba, en una señal de respeto y sumisión. Para colmo, reconoció el carisma de López Obrador al decir que su adversaria no es como él. Sorprendió igual que haya olvidado al presidente en sus críticas a la autollamada Cuarta Transformación, dejando pasar la oportunidad de capitalizar el descontento de una parte de los mexicanos.

Terminar con la bandera mexicana al revés fue el colofón de una noche desastrosa para la candidata de Fuerza y Corazón por México, vertiendo un balde de agua fría en sus seguidores. Y lo que son las cosas. Su mejor momento fue en la conferencia de prensa postdebate, cuando declaró que en otro país Sheinbaum no sería candidata por su culpa en las tragedias del Rébsamen y la Línea 12, ya que tendría que ser enjuiciada en los tribunales.

Sin salirse del guión de mimetizarse con López Obrador, Sheinbaum salió bien librada del debate, no enganchándose con los ataques de Xóchitl.

Ecuánime, fría, con su habitual cara de piedra, a la abanderada oficial le salió bien el plan de actuar, hablar y verse como presidenciable, mostrando la confianza de su ventaja en las encuestas. Como parte de su estrategia, evitó llamar a Xóchitl por su nombre, refiriéndose a ella siempre como “la candidata del PRIAN”.

Todos estos elementos han llevado a que hasta sus más fuertes críticos la hayan reconocido como la triunfadora del primero de los tres debates organizados por el INE, dejando en la zozobra a la oposición con una candidata vista como incapaz, corta de estatura política y falta de capacidad de aglutinar el descontento de una parte de los mexicanos.

Álvarez Maynez exhibió su papel de esquirol, atacando siempre más a Xóchitl que a Sheinbaum y consolidando su rol de candidato testimonial, con la misión de fragmentar el voto opositor.

Habrá que ver cómo se refleja el resultado del primer debate en las encuestas, aunque con seguridad Claudia agrandará su ventaja. Hasta en la mesa de análisis de Latinus, un medio muy crítico de la 4T, Loret de Mola ha llegado a sugerir que “este arroz ya se coció”.