/ miércoles 1 de mayo de 2024

Carta abierta I El IEPCT echa a perder los debates

Qué descaro. Por unanimidad, la Comisión Temporal de Debates del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Tabasco (IEPCT) aprobó la evaluación del primer debate entre los abanderados a la gubernatura. Lo cierto es que el acto fue un fracaso, dejando ver a un Tabasco aldeano, tribal, donde es imposible montar una emisión decente, acorde a la modernidad, tal como sí se hizo, por ejemplo, en los debates presidenciales, a la jefatura de Gobierno de la CDMX, o por las gubernaturas de Guanajuato, Jalisco y Veracruz.

A pesar de que el representante electoral de Morena, Javier López Cruz, dijo que el debate del 21 de abril fue un éxito, se sabe que el desfile de los carros alegóricos superó ampliamente la audiencia de ese primer cara a cara entre Javier May, Lorena Beauregard, Minés de la Fuente y Juan Manuel Fócil.

Tabasco tiene un Instituto Electoral tan rudimentario que hasta hoy no cuenta con las cifras exactas de cuántos tabasqueños siguieron ese encuentro en la televisión, la radio y las redes sociales. ¿Por qué ni siquiera han tenido la mínima profesionalidad de contar con esta información? Hay dos respuestas: porque al darlas se sabrá el fracaso de audiencia en la transmisión, lo que se irá en su contra por no promocionar este evento como se debía.

Conociendo las limitaciones del presidente de la Comisión Temporal de Debates del IEPCT, Juan Correa López, es posible que su interés real haya radicado en lograr que el evento fuera seguido por el menor número de personas y así inclinar la balanza del resultado hacia uno de los candidatos o candidatas.

Para mayor vergüenza del IEPCT, el INE acaba de presumir la cifra récord de mexicanos que vieron el debate presidencial, superando en audiencia al del 7 de abril pasado y a todos los del 2018, por lo que se colocó como el “más visto en la historia” al alcanzar a 16.1 millones de espectadores que lo vieron por televisión.

A diferencia de Juan Correa López, la presidenta de la Comisión Temporal de Debates del INE, Carla Humphrey, dijo que el reto del 18 de mayo es elevar este nivel de audiencia. Y es que hay de niveles a niveles.

De nada sirven las quejas del representante del PAN, Erick Jiménez, reclamando la baja audiencia por haberse programado el mismo día del desfile de carros alegóricos, mientras Juan Correa sea quien tome estas decisiones.

Es tanta la incompetencia en el IEPCT que el propio Correa ha aceptado que no tuvieron modo de medir la audiencia en la televisión, aunque en las redes sociales, obtuvieron “muy buenos números”, claro sin decir cifras. Esto por sí mismo revela el poco profesionalismo de los responsables de este apartado electoral.

En cuanto a la emisión, fue algo para olvidar, porque hasta unos estudiantes de la carrera de Comunicación de alguna de las universidades en Tabasco lo hubiera hecho mejor.

A pesar del correcto desempeño de la moderadora Marlene Escandón y de los propios candidatos, las tomas televisivas se vieron similares a las de los inicios de la televisión mexicana, es decir, cutres en todo sentido. Los encuadres fueron infames, casi no hubo tomas abiertas, la escenografía estuvo horrible y la calidad de sonido y la imagen dieron pena.

Y que no digan que no se puede. El IEPCT debería tomar como ejemplo lo sucedido, ya no en el debate presidencial, porque se entiende que allá están en otras ligas, sino los debates en estados como Veracruz, Guanajuato, Jalisco o Puebla.
El caso es que mientras el consejero Juan Correa siga como responsable de este apartado, el formato y la transmisión seguirán patas pa’rriba, haciéndonos ver como un estado tribal, aldeano. Cutre.

Qué descaro. Por unanimidad, la Comisión Temporal de Debates del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Tabasco (IEPCT) aprobó la evaluación del primer debate entre los abanderados a la gubernatura. Lo cierto es que el acto fue un fracaso, dejando ver a un Tabasco aldeano, tribal, donde es imposible montar una emisión decente, acorde a la modernidad, tal como sí se hizo, por ejemplo, en los debates presidenciales, a la jefatura de Gobierno de la CDMX, o por las gubernaturas de Guanajuato, Jalisco y Veracruz.

A pesar de que el representante electoral de Morena, Javier López Cruz, dijo que el debate del 21 de abril fue un éxito, se sabe que el desfile de los carros alegóricos superó ampliamente la audiencia de ese primer cara a cara entre Javier May, Lorena Beauregard, Minés de la Fuente y Juan Manuel Fócil.

Tabasco tiene un Instituto Electoral tan rudimentario que hasta hoy no cuenta con las cifras exactas de cuántos tabasqueños siguieron ese encuentro en la televisión, la radio y las redes sociales. ¿Por qué ni siquiera han tenido la mínima profesionalidad de contar con esta información? Hay dos respuestas: porque al darlas se sabrá el fracaso de audiencia en la transmisión, lo que se irá en su contra por no promocionar este evento como se debía.

Conociendo las limitaciones del presidente de la Comisión Temporal de Debates del IEPCT, Juan Correa López, es posible que su interés real haya radicado en lograr que el evento fuera seguido por el menor número de personas y así inclinar la balanza del resultado hacia uno de los candidatos o candidatas.

Para mayor vergüenza del IEPCT, el INE acaba de presumir la cifra récord de mexicanos que vieron el debate presidencial, superando en audiencia al del 7 de abril pasado y a todos los del 2018, por lo que se colocó como el “más visto en la historia” al alcanzar a 16.1 millones de espectadores que lo vieron por televisión.

A diferencia de Juan Correa López, la presidenta de la Comisión Temporal de Debates del INE, Carla Humphrey, dijo que el reto del 18 de mayo es elevar este nivel de audiencia. Y es que hay de niveles a niveles.

De nada sirven las quejas del representante del PAN, Erick Jiménez, reclamando la baja audiencia por haberse programado el mismo día del desfile de carros alegóricos, mientras Juan Correa sea quien tome estas decisiones.

Es tanta la incompetencia en el IEPCT que el propio Correa ha aceptado que no tuvieron modo de medir la audiencia en la televisión, aunque en las redes sociales, obtuvieron “muy buenos números”, claro sin decir cifras. Esto por sí mismo revela el poco profesionalismo de los responsables de este apartado electoral.

En cuanto a la emisión, fue algo para olvidar, porque hasta unos estudiantes de la carrera de Comunicación de alguna de las universidades en Tabasco lo hubiera hecho mejor.

A pesar del correcto desempeño de la moderadora Marlene Escandón y de los propios candidatos, las tomas televisivas se vieron similares a las de los inicios de la televisión mexicana, es decir, cutres en todo sentido. Los encuadres fueron infames, casi no hubo tomas abiertas, la escenografía estuvo horrible y la calidad de sonido y la imagen dieron pena.

Y que no digan que no se puede. El IEPCT debería tomar como ejemplo lo sucedido, ya no en el debate presidencial, porque se entiende que allá están en otras ligas, sino los debates en estados como Veracruz, Guanajuato, Jalisco o Puebla.
El caso es que mientras el consejero Juan Correa siga como responsable de este apartado, el formato y la transmisión seguirán patas pa’rriba, haciéndonos ver como un estado tribal, aldeano. Cutre.