Muchos médicos prohíben el consumo de café en diabéticos, debido a algunos mitos o por el hecho de que hay muchas cosas a tomar en cuenta en su forma consumirlo, lo cierto es que hay alternativas para no privarse de la bebida.
El café es una bebida muy apetecida por sus características organolépticas, o sea que su su sabor, textura, olor, color, son únicos, por lo que la bebida es una de las más consumidas en el mundo. Destaca por su amplia gama de compuestos químicos que influyen tanto en su calidad sensorial como en los efectos fisiológicos que genera.
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Entre estos compuestos se encuentra la cafeína, reconocida como un estimulante del sistema nervioso central que afecta el estado de alerta. A pesar de sus beneficios, el consumo de café a menudo se asocia con hábitos de vida poco saludables, como el tabaquismo y el trasnochar, contribuyendo a una imagen negativa en ciertos contextos.
Además, existen creencias y mitos sobre posibles efectos adversos, aunque no todos están respaldados por evidencia científica. Aquí te proporcionamos a grandes rasgos una actualización de la información más reciente sobre la relación entre el café y la diabetes.
Principalmente se aclara que el café no es un peligro para las personas con diabetes tipo 2, pero se recomienda un consumo moderado de café orgánico, no mezclado con otros ingredientes durante su molienda y optar por alternativas, como el café descafeinado.
¿Por qué descafeinado?
De acuerdo con expertos la cafeína, una de las toxinas presentes en el café es la responsable de generar un efecto desestabilizador en los niveles de glucosa en la sangre que causan fluctuaciones de bajas o altas por lo que debe limitarse su consumo.
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Alternativas como el café descafeinado pueden ser consideradas para aquellos que buscan reducir la ingesta de cafeína. El café descafeinado, que carece de cafeína, no debería afectar la glucosa sanguínea ni la presión arterial, ofreciendo una opción sin comprometer el disfrute de esta popular bebida.
En el contexto de la diabetes tipo 2, algunos estudios sugieren que limitar el consumo de café podría ser beneficioso. Se establece un límite recomendado de cafeína diaria, equivalente a menos de cuatro tazas de café regular.
Sin embargo, se destaca la posibilidad de beneficios a largo plazo derivados de la termogénesis y del gasto energético asociados al consumo de cafeína, especialmente en individuos con sobrepeso u obesidad.
Por ejemplo en un estudio transversal llevado a cabo en España con 1.020 sujetos, las personas que toman habitualmente café (al menos una taza al día) presentan glucemias e insulinemias tras una sobrecarga oral de glucosa inferiores que aquellos que no toman nunca café, es decir al consumir una porción de fruta, aquellos que consumen café regularmente, tuvieron un aumento de glucosa menor al de aquellos que no toman nunca café.
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Además, ciertos componentes del café, como el ácido clorogénico y otros polifenoles, pueden tener efectos positivos en la diabetes al actuar como antioxidantes y contribuir a la salud de las células beta del páncreas.
La absorción intestinal de glucosa también puede ser afectada, resultando en un menor índice glicémico. Extractos de café han demostrado inhibir la formación cortisol-dependiente de enzimas clave, contrarrestando así los efectos agudos de la cafeína.
Cabe destacar que estos estudios se hicieron en pacientes que toman café regularmente de tipo orgánico, es decir café recién molido que no está mezclado con otros ingredientes, este punto es importante porque actualmente en el mercado existen muchas marcas comerciales que contienen azúcar caramelizado, nueces, semillas tostadas, e incluso algunos almidones, que no fueron considerados en estos estudios.
¿Cómo acompañar el café?
Los estudios se realizaron en personas que toman el café habitualmente sin azúcar, pero también se notó que algunos pacientes lo endulzaban, una de las razones que sí generó variaciones en las lecturas de glucosa matutinas.
Pese a esto los investigadores consideran que es posible endulzar el café, siempre y cuando se mantengan los rango de consumo diario de azucares y propusieron que además de azúcar, se puedan considerar opciones de endulzantes para el café, como la stevia y la miel que son alternativas naturales y evitar el uso de azúcar.
Otras opciones incluyen la canela, que no endulza el café como tal pero disminuye el amargor natural de la bebida, es decir, añade dulzor sin perder los matices del café.
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El caso de los café tipo latte con leche se consideró que tomarlo solo era mejor que acompañarlo con leche entera pero según otros estudios realizados es posible tomar un shot aproximadamente 45 mililitros de leche descremada sin alterar demasiado los niveles de glucosa, o usar preferentemente leches vegetales de almendra sin endulzante. Siguiendo estas recomendaciones se puede disfrutar del café sin comprometer la salud de quienes deben cuidar su consumo de azúcares.
