/ miércoles 4 de marzo de 2020

Tabasco político | Termómetro infalible

Realmente será muy complicado para los mandatarios federal, estatal y municipal reconocer abiertamente que son más sus desaciertos que sus aciertos, que son más las pifias cometidas que sus logros.

Lo ocurrido el pasado viernes, sábado y domingo, durante la gira en Tabasco del presidente de Andrés Manuel López Obrador, es como para darse contra la pared, y duro, sin lástima.

Y más tratándose de la tierra del inquilino de Palacio Nacional.

En la que se supone que viene a cargarse de energía buena. En la que se supone que todo “va viento en popa”.

Ni a sus más acérrimos adversarios les paso por la cabeza que el tepetitico iba a ser abucheado, junto con sus acompañantes, de la forma en que lo fue, y sobre todo en Macuspana.

Como lo prueba fehacientemente el que parte de la concurrencia lo haya sacado literalmente de sus casillas, al grado tal, que amenazó con abandonar el evento, si no cesaban las protestas en contra “del bueno para nada” alcalde Roberto Villalpando Arias.

Si Andrés Manuel López Obrador quería llevarse una radiografía política, social y económica de lo que está ocurriendo a todo lo largo y ancho del territorio tabasqueño, definitivamente lo logro.

No hay mejor termómetro que el de la gente, y más cuando se trata de los de a pie, de los que por años le han guardado lealtad, fidelidad -en las malas y en las buenas.

Una y otra vez he sostenido, que la decepción y el desencanto de los gobernados (en sus tres niveles de gobierno) va más rápida que la que se dio en los nefastos regímenes de Enrique Peña Nieto y Arturo Núñez Jiménez.

Debido a que localmente el triunfo avasallador de Adán Augusto López Hernández levantó más expectativas -en todos los sentidos- que la victoria apabullante en el 2012 del peor gobernador que haya tenido la entidad en las últimas décadas, me refiero obviamente a Núñez Jiménez.

Expectativas y esperanzas que se fueron a las nubes a causa de la victoria arrolladora de Andrés Manuel López Obrador.

Empero, la ecuación no ha funcionado: ni López Obrador ni López Hernández han estado a la altura de las actuales y complicadísimas circunstancias y condiciones que desde hace años están exigiendo los tabasqueños, y avecindados aquí.

Y eso que son “hermanos”, aunque no sabemos si se vaya a repetir el pasaje bíblico en donde Caín mató a Abel.

El caso es que Andrés Manuel López Obrador tuvo motivos más que suficientes para irse irritado y encabronado, pues nunca pensó, que, en su propia tierra, la 4T no esté cabalmente funcionando, como ayer lo reconoció el propio mandatario.

Lo acontecido en Centla, Centro, Nacajuca y Macuspana demuestra de que la situación estatal es más delicada de lo que se observa.

¡Ya!, para que ni la presencia del gurú máximo haya calmado los ánimos calientes de los que asistieron a sus actos, es porque los escenarios están más delicados y álgidos de lo que uno cree.

Si con lo sucedido, no “les cae el veinte” a los que mandan, pues que Dios los agarre confesados o, mejor dicho, nos agarre confesados, ya que, los que pagamos los platos rotos, somos nosotros: ¡usted y yo!


“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI”

(LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)


Como que no sería muy acuerdo que del Seguro Popular brincará a la Contraloría del Instituto Electoral de Participación Ciudadana (IEPC), la licenciada en Comercio Exterior, Gabriela Tello Maglioni, y no por ser ex militante panista ni crítica acérrima de Andrés Manuel López Obrador, sino porque su perfil está muy lejos de ser la persona idónea para la encomienda en el instituto electoral.

Ahí, se requiere a un administrador, contador, y de preferencia a profesionales con maestrías o doctorados en fiscalización, auditoría gubernamental…pero no a una especialista en Comercio Exterior.

Como que su licenciatura no va con el cargo que busca, aunque si ya fue palomeada arriba, esto es lo que menos importa.

Después de todo, hay cientos de casos como estos, en los que el perfil no concuerda con el puesto, verbigracia, el titular de Ordenamiento Territorial y Obras Públicas, Luis Romeo Gurría.

Si no estamos mal por casualidades del destino, sino porque el gabinete no da para más, salvo sus contadísimas excepciones.

El programa “Adiós a tu Deuda” que celebró con bombos y platillos el gobierno de la 4T: trono.

Fue un rotundo y contundente fracaso.

Realmente será muy complicado para los mandatarios federal, estatal y municipal reconocer abiertamente que son más sus desaciertos que sus aciertos, que son más las pifias cometidas que sus logros.

Lo ocurrido el pasado viernes, sábado y domingo, durante la gira en Tabasco del presidente de Andrés Manuel López Obrador, es como para darse contra la pared, y duro, sin lástima.

Y más tratándose de la tierra del inquilino de Palacio Nacional.

En la que se supone que viene a cargarse de energía buena. En la que se supone que todo “va viento en popa”.

Ni a sus más acérrimos adversarios les paso por la cabeza que el tepetitico iba a ser abucheado, junto con sus acompañantes, de la forma en que lo fue, y sobre todo en Macuspana.

Como lo prueba fehacientemente el que parte de la concurrencia lo haya sacado literalmente de sus casillas, al grado tal, que amenazó con abandonar el evento, si no cesaban las protestas en contra “del bueno para nada” alcalde Roberto Villalpando Arias.

Si Andrés Manuel López Obrador quería llevarse una radiografía política, social y económica de lo que está ocurriendo a todo lo largo y ancho del territorio tabasqueño, definitivamente lo logro.

No hay mejor termómetro que el de la gente, y más cuando se trata de los de a pie, de los que por años le han guardado lealtad, fidelidad -en las malas y en las buenas.

Una y otra vez he sostenido, que la decepción y el desencanto de los gobernados (en sus tres niveles de gobierno) va más rápida que la que se dio en los nefastos regímenes de Enrique Peña Nieto y Arturo Núñez Jiménez.

Debido a que localmente el triunfo avasallador de Adán Augusto López Hernández levantó más expectativas -en todos los sentidos- que la victoria apabullante en el 2012 del peor gobernador que haya tenido la entidad en las últimas décadas, me refiero obviamente a Núñez Jiménez.

Expectativas y esperanzas que se fueron a las nubes a causa de la victoria arrolladora de Andrés Manuel López Obrador.

Empero, la ecuación no ha funcionado: ni López Obrador ni López Hernández han estado a la altura de las actuales y complicadísimas circunstancias y condiciones que desde hace años están exigiendo los tabasqueños, y avecindados aquí.

Y eso que son “hermanos”, aunque no sabemos si se vaya a repetir el pasaje bíblico en donde Caín mató a Abel.

El caso es que Andrés Manuel López Obrador tuvo motivos más que suficientes para irse irritado y encabronado, pues nunca pensó, que, en su propia tierra, la 4T no esté cabalmente funcionando, como ayer lo reconoció el propio mandatario.

Lo acontecido en Centla, Centro, Nacajuca y Macuspana demuestra de que la situación estatal es más delicada de lo que se observa.

¡Ya!, para que ni la presencia del gurú máximo haya calmado los ánimos calientes de los que asistieron a sus actos, es porque los escenarios están más delicados y álgidos de lo que uno cree.

Si con lo sucedido, no “les cae el veinte” a los que mandan, pues que Dios los agarre confesados o, mejor dicho, nos agarre confesados, ya que, los que pagamos los platos rotos, somos nosotros: ¡usted y yo!


“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI”

(LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)


Como que no sería muy acuerdo que del Seguro Popular brincará a la Contraloría del Instituto Electoral de Participación Ciudadana (IEPC), la licenciada en Comercio Exterior, Gabriela Tello Maglioni, y no por ser ex militante panista ni crítica acérrima de Andrés Manuel López Obrador, sino porque su perfil está muy lejos de ser la persona idónea para la encomienda en el instituto electoral.

Ahí, se requiere a un administrador, contador, y de preferencia a profesionales con maestrías o doctorados en fiscalización, auditoría gubernamental…pero no a una especialista en Comercio Exterior.

Como que su licenciatura no va con el cargo que busca, aunque si ya fue palomeada arriba, esto es lo que menos importa.

Después de todo, hay cientos de casos como estos, en los que el perfil no concuerda con el puesto, verbigracia, el titular de Ordenamiento Territorial y Obras Públicas, Luis Romeo Gurría.

Si no estamos mal por casualidades del destino, sino porque el gabinete no da para más, salvo sus contadísimas excepciones.

El programa “Adiós a tu Deuda” que celebró con bombos y platillos el gobierno de la 4T: trono.

Fue un rotundo y contundente fracaso.