/ viernes 11 de diciembre de 2020

Tabasco político | Sin coalición, derechito al matadero

Si el PRI, PRD y PAN, deciden ir solos a las elecciones intermedias de 2021, delo usted por hecho, que van derechito al matadero.

Si bien es cierto, de que recuperaran en las urnas algunos de los cargos públicos que en el 2018 perdieron apabullantemente, no tendrán los márgenes de maniobra política que podrían alcanzar si compiten coalicionados.

Por separados, el partido en el gobierno va a pasarle encima. Si no con la gravedad y radicalidad de la jornada electoral en el que “el efecto andresmanuelista” los aplastó, sí, de manera contundente y rotunda.

Por la sencilla y simple razón: de que cuentan con los recursos económicos, humanos y materiales para hacerlo. Mientras que la oposición “no tiene donde caerse muerto”.

En su conjunto carece de liderazgo, no nada más local, sino nacional. A ello, se debe fundamentalmente su manifiesta desorganización, división y polarización.

De nada sirve de que por ahora las condiciones económicas y sociales estén jugando en contra de Morena, si sus adversarios y contrincantes andan enfrentados, perdidos, desanimados, desorientados, como perros sin dueños, pues.

Lo mejor que puede hacer el PRI, PRD y PAN, es concretizar la alianza partidista, si no están fritos.

Y, sobre todo, porque Morena no va a ir solo a la próxima contienda electoral, sino con las demás entidades políticas que corren el inminente riesgo de desaparecer, entre ellos, el PVEM.

El emblemático partido que se vende al mejor postor.

El mismo que negocia con el Diablo y con Dios, con tal de seguir viviendo a expensa de los mexicanos que rigurosamente pagan sus impuestos.

Si finalmente sus dirigencias nacionales no son cooptadas por el poder político y económico emanado de la presidencia, y aprueba la coalición en el estado de Tabasco, aunque sea de manera parcial, la justa política-electoral puede ser interesante, de lo contrario va a resultar anodina.

No está demás recordar que las elecciones intermedias no despiertan el mismo interés entre la ciudadanía que las que se celebran en el relevo presidencial y del Congreso de la Unión y de la mayoría de los gobernadores y alcaldes.

La alianza partidista va desde luego a causar inconformidades, berrinches y renuncias de la militancia en sus partidos, pero es preferible esto, con todo y los riesgos políticos que implica, que ir cada uno por su lado, a una batalla en la que, de antemano, no hay grandes posibilidades de triunfar.

En pocas palabras: no tienen otro camino. Así de sencillo y fácil.

“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI”

(LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)

Si el Director General de la CFE, Manuel Bartlett Díaz, es un incompetente, su par en Pemex, Octavio Romero Oropeza, es un cero a la izquierda, tal y como sucede también con el secretario de Bienestar, Javier May Rodríguez.

De los tres, no se hace un servidor público eficiente y eficaz, y capitalmente decente, honrado.

Ahí les va:

La organización México Elige, acaba de publicar los resultados de una encuesta, sobre la opinión que tienen los mexicanos sobre la corrupción en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

Y en ella, aparecen, quiénes creen, Romero Oropeza y May Rodríguez, los mismos que aspiran ansiosamente relevar en el 2024 a Adán Augusto López Hernández.

No solo como corruptos, sino que encabezan los primeros lugares.

Octavio Romero Oropeza en el tercero y Javier May Rodríguez en el octavo. Más del 50 por cientos de los ciudadanos en el país los tienen tachados de sinvergüenzas, pillos.

¡Qué chuladas de paisanos!

Hay que rendirles homenajes por poner el nombre de Tabasco en tan privilegiado lugar.

Si el PRI, PRD y PAN, deciden ir solos a las elecciones intermedias de 2021, delo usted por hecho, que van derechito al matadero.

Si bien es cierto, de que recuperaran en las urnas algunos de los cargos públicos que en el 2018 perdieron apabullantemente, no tendrán los márgenes de maniobra política que podrían alcanzar si compiten coalicionados.

Por separados, el partido en el gobierno va a pasarle encima. Si no con la gravedad y radicalidad de la jornada electoral en el que “el efecto andresmanuelista” los aplastó, sí, de manera contundente y rotunda.

Por la sencilla y simple razón: de que cuentan con los recursos económicos, humanos y materiales para hacerlo. Mientras que la oposición “no tiene donde caerse muerto”.

En su conjunto carece de liderazgo, no nada más local, sino nacional. A ello, se debe fundamentalmente su manifiesta desorganización, división y polarización.

De nada sirve de que por ahora las condiciones económicas y sociales estén jugando en contra de Morena, si sus adversarios y contrincantes andan enfrentados, perdidos, desanimados, desorientados, como perros sin dueños, pues.

Lo mejor que puede hacer el PRI, PRD y PAN, es concretizar la alianza partidista, si no están fritos.

Y, sobre todo, porque Morena no va a ir solo a la próxima contienda electoral, sino con las demás entidades políticas que corren el inminente riesgo de desaparecer, entre ellos, el PVEM.

El emblemático partido que se vende al mejor postor.

El mismo que negocia con el Diablo y con Dios, con tal de seguir viviendo a expensa de los mexicanos que rigurosamente pagan sus impuestos.

Si finalmente sus dirigencias nacionales no son cooptadas por el poder político y económico emanado de la presidencia, y aprueba la coalición en el estado de Tabasco, aunque sea de manera parcial, la justa política-electoral puede ser interesante, de lo contrario va a resultar anodina.

No está demás recordar que las elecciones intermedias no despiertan el mismo interés entre la ciudadanía que las que se celebran en el relevo presidencial y del Congreso de la Unión y de la mayoría de los gobernadores y alcaldes.

La alianza partidista va desde luego a causar inconformidades, berrinches y renuncias de la militancia en sus partidos, pero es preferible esto, con todo y los riesgos políticos que implica, que ir cada uno por su lado, a una batalla en la que, de antemano, no hay grandes posibilidades de triunfar.

En pocas palabras: no tienen otro camino. Así de sencillo y fácil.

“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI”

(LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)

Si el Director General de la CFE, Manuel Bartlett Díaz, es un incompetente, su par en Pemex, Octavio Romero Oropeza, es un cero a la izquierda, tal y como sucede también con el secretario de Bienestar, Javier May Rodríguez.

De los tres, no se hace un servidor público eficiente y eficaz, y capitalmente decente, honrado.

Ahí les va:

La organización México Elige, acaba de publicar los resultados de una encuesta, sobre la opinión que tienen los mexicanos sobre la corrupción en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

Y en ella, aparecen, quiénes creen, Romero Oropeza y May Rodríguez, los mismos que aspiran ansiosamente relevar en el 2024 a Adán Augusto López Hernández.

No solo como corruptos, sino que encabezan los primeros lugares.

Octavio Romero Oropeza en el tercero y Javier May Rodríguez en el octavo. Más del 50 por cientos de los ciudadanos en el país los tienen tachados de sinvergüenzas, pillos.

¡Qué chuladas de paisanos!

Hay que rendirles homenajes por poner el nombre de Tabasco en tan privilegiado lugar.