A cientos de priistas los volvieron a dejar “colgados de la brocha”.
El gobierno de Adán Augusto López Hernández aplicó la misma receta que le dio el inepto exgobernador de Arturo Núñez Jiménez, quien los usó y manipuló para ganar la elección de 2012, y una vez en el poder se olvidó de los compromisos adquiridos con ellos, que no era otro, que el de colocarlos en su administración en algún cargo de relevancia o, de perdis: “becarlos”.
En el 2018 volvieron a hacer campaña, algunos abierta y otros subrepticiamente, a favor de los candidatos de Morena. Y a un año del mandato constitucional del titular del Poder Ejecutivo y de los alcaldes, continúan desempleados.
Ahora, como en su momento lo hicieron en el pasado reciente, se la pasan despotricando, no les queda de otra, de café en café en contra de quienes vilmente los engañaron.
Principalmente, en contra de su ex correligionario Adán Augusto López Hernández, a quien le desean todos los males del mundo.
Se ha convertido en el personaje por excelencia de sus acidas críticas. Algunas tienen razón de ser, otras definitivamente no.
A como transcurre el tiempo, ha ido subiendo el tono de sus denotaciones y descalificaciones
Cómo no, si ya pasó un año, y siguen fuera de la nómina federal, estatal y municipal. Echan chispas por todos los costados.
Me temo, que seguirán haciéndolo, pues no se ve para cuándo los llamen. Sobre todo, después del enojo que dentro de Morena causaron los nombramientos de priistas en puestos claves del actual gobierno.
Creo que Gina Trujillo Zentella o Gerardo Gaudiano Rovirosa habrían equilibrado más su gabinete que el actual mandatario, quien a la postre resultó más papista que el Papa, ya que, a más de uno, nunca se le vio haciendo campaña a favor de los abanderados morenistas.
Que es la causa capital de que militantes de Morena estén súper enojados, pues a diferencia de aquellos, estos sí trabajaron día y noche, para que ganaran holgadamente en las urnas.
El meollo del asunto, es que, a los vivales, oportunistas y pérfidos priistas, volvieron “a darles atole con el dedo”.
No aprendieron la magnífica lección que les dio Arturo Núñez Jiménez, y otra vez se fueron de bruces.
Pobrecitos, aunque viéndolo, está bien que les haya pasado por pasarse de vivos.
Por lo menos hoy, anduvieran con la frente en alto, no que andan todos avergonzados, chiveados.
¡¡Dan pena ajena!!
“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI”
(LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)
Ya está usted avisado, vaya apartando del aguinaldo, para el año que entra 850 pesos, que es la cantidad que indolentemente decidió cobrar el gobierno para las nuevas placas vehiculares.
Y recuerde, que es a principios de 2020 cuando hay que desembolsarlo.
Otro golpe más, a los bolsillos de los tabasqueños, y avecindados aquí.
