/ viernes 21 de junio de 2019

Refinería contra viento y marea

La manifestación de impacto ambiental que hizo pública la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente, la llamada ASEA, cuyo titular Luis Vera ha sido objeto de graves señalamientos por parte del gobernador, Adán Augusto López Hernández, -corrupto y chantajista, le ha dicho-, generó una andanada contra la refinería en Dos Bocas, pero también la determinación del gobierno federal por defender el proyecto de construcción.

De acuerdo a la legislación ambiental vigente, desde el 2 de marzo de 2015, las obras o actividades del sector hidrocarburos son competencia de la ASEA, ya no de la SEMARNAT, cuya jurisdicción es similar pero en obras y actividades ajenas al sector.

Se resaltó el capítulo de riesgos en el documento, que habla de afectación en la calidad del agua, emisiones contaminantes, desplazamiento de fauna, así como de inundación, erosión y sismos.

Pero en el mismo estudio presentado por Pemex, se indica que se aplicarán medidas para controlar y mitigar los riesgos, así como programas de manejo y rescate de fauna, reforestación y demás acciones en ese propósito.

Para reforzar la idea de que la refinería es un proyecto seguro, la titular de Energía, Rocío Nahle, se remitió a lo que ha pasado en Dos Bocas desde 1985 cuando la terminal marítima petrolera se asentó allí y no ha sufrido ningún fenómeno, ni de inundación, ni de sismo ni de erosión.

A ese razonamiento que suena sólido, agregó que para eso se hacen estudios de ingeniería, tal como se hizo para abrir la terminal marítima hace 34 años.

“Recibimos en Dos Bocas más de un millón de barriles diarios de petróleo, nunca se ha inundado, la refinería tampoco se va a inundar”, fue la afirmación que hizo Nahle en el Congreso Mexicano del Petróleo, en León, Guanajuato.

Sobre las siete empresas que se prevé participen en la construcción de Dos Bocas, dijo que Pemex ya entregó invitaciones para los seis paquetes que se van a construir para la refinería y así empezar con los trabajos de ingeniería.

Más allá de ser uno de los tres proyectos de infraestructura en los que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha echado su resto –el aeropuerto de Santa Lucía y el Tren Maya son los otros-, cada que pasa más el tiempo se retrasa la detonación económica en Tabasco.

Muestra de ello son las más de 30 mil solicitudes de empleo recibidas para la refinería, aunque inversiones privadas han dado mínimo respiro, pero insuficientes para las necesidades de desempleados por la crisis y de jóvenes profesionistas egresados.

Veremos si hay luz verde para la refinería. Por lo pronto ni remotamente está en la idea del gobierno federal echar atrás un proyecto que hoy recibe embestidas, pero no de fenómenos naturales, sino vientos y mareas de otro tipo.

HOJAS SUELTAS…

El cierre de filas de gobernadores priistas y de liderazgos regionales permitió que el proceso para renovar su dirigencia nacional sorteara bien la salida de José Narro, un académico que jamás compitió por un cargo de elección en el PRI y era prácticamente un desconocido para la militancia, no así para la cúpula que pretendía imponerlo y llora hoy el abandono. Su salida rompió el bloque de cuatro aspirantes que buscaban empujar a uno de ellos contra el aspirante a vencer, el campechano, Alejandro Moreno Cárdenas. Es más, otro de ese bloque, José Ramón Martel, se sumó ayer a la campaña del ex mandatario de Campeche, a quien varios diputados locales y líderes priistas en municipios han comenzado a promover con fuerza en Tabasco.

La manifestación de impacto ambiental que hizo pública la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente, la llamada ASEA, cuyo titular Luis Vera ha sido objeto de graves señalamientos por parte del gobernador, Adán Augusto López Hernández, -corrupto y chantajista, le ha dicho-, generó una andanada contra la refinería en Dos Bocas, pero también la determinación del gobierno federal por defender el proyecto de construcción.

De acuerdo a la legislación ambiental vigente, desde el 2 de marzo de 2015, las obras o actividades del sector hidrocarburos son competencia de la ASEA, ya no de la SEMARNAT, cuya jurisdicción es similar pero en obras y actividades ajenas al sector.

Se resaltó el capítulo de riesgos en el documento, que habla de afectación en la calidad del agua, emisiones contaminantes, desplazamiento de fauna, así como de inundación, erosión y sismos.

Pero en el mismo estudio presentado por Pemex, se indica que se aplicarán medidas para controlar y mitigar los riesgos, así como programas de manejo y rescate de fauna, reforestación y demás acciones en ese propósito.

Para reforzar la idea de que la refinería es un proyecto seguro, la titular de Energía, Rocío Nahle, se remitió a lo que ha pasado en Dos Bocas desde 1985 cuando la terminal marítima petrolera se asentó allí y no ha sufrido ningún fenómeno, ni de inundación, ni de sismo ni de erosión.

A ese razonamiento que suena sólido, agregó que para eso se hacen estudios de ingeniería, tal como se hizo para abrir la terminal marítima hace 34 años.

“Recibimos en Dos Bocas más de un millón de barriles diarios de petróleo, nunca se ha inundado, la refinería tampoco se va a inundar”, fue la afirmación que hizo Nahle en el Congreso Mexicano del Petróleo, en León, Guanajuato.

Sobre las siete empresas que se prevé participen en la construcción de Dos Bocas, dijo que Pemex ya entregó invitaciones para los seis paquetes que se van a construir para la refinería y así empezar con los trabajos de ingeniería.

Más allá de ser uno de los tres proyectos de infraestructura en los que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha echado su resto –el aeropuerto de Santa Lucía y el Tren Maya son los otros-, cada que pasa más el tiempo se retrasa la detonación económica en Tabasco.

Muestra de ello son las más de 30 mil solicitudes de empleo recibidas para la refinería, aunque inversiones privadas han dado mínimo respiro, pero insuficientes para las necesidades de desempleados por la crisis y de jóvenes profesionistas egresados.

Veremos si hay luz verde para la refinería. Por lo pronto ni remotamente está en la idea del gobierno federal echar atrás un proyecto que hoy recibe embestidas, pero no de fenómenos naturales, sino vientos y mareas de otro tipo.

HOJAS SUELTAS…

El cierre de filas de gobernadores priistas y de liderazgos regionales permitió que el proceso para renovar su dirigencia nacional sorteara bien la salida de José Narro, un académico que jamás compitió por un cargo de elección en el PRI y era prácticamente un desconocido para la militancia, no así para la cúpula que pretendía imponerlo y llora hoy el abandono. Su salida rompió el bloque de cuatro aspirantes que buscaban empujar a uno de ellos contra el aspirante a vencer, el campechano, Alejandro Moreno Cárdenas. Es más, otro de ese bloque, José Ramón Martel, se sumó ayer a la campaña del ex mandatario de Campeche, a quien varios diputados locales y líderes priistas en municipios han comenzado a promover con fuerza en Tabasco.