/ martes 2 de junio de 2020

Punto y Aparte | ¿Qué pasó en Jalapa?

El efecto AMLO benefició a muchos candidatos, sin experiencia política, ni administrativa-financiera. Uno de esos casos fue la profesora María Asunción Silván Méndez, quien resultó electa alcaldesa del municipio de Jalapa.

Ella, no era la candidata, pero por cuestión de género, descartaron a quien según las encuestas, iba arriba.

Para quedarse y legitimarse hubo de dar concesiones a los diversos grupos de aquel municipio. Desde luego, hizo lo propio con el varón que cedió el espacio.

Así, se formaron 2 grandes grupos dentro del equipo gobernante del municipio: uno, conformado por ella y por quien se hizo a un lado, a pesar de su mayor popularidad.

El otro, fue el conformado, por las negociaciones políticas con quienes políticamente contribuyeron a lograr los triunfos electorales.

Ello originó una creciente disputa hacia dentro del Ayuntamiento, ya que no eran de las totales confianzas de la primera regidora y su equipo.

Ya en el ejercicio gubernamental, y, convencida que había ganado por ella misma y no por el efecto AMLO, María Asunción, no se rodeó de probados asesores en materia política y en manejo de Medios. Su arrogancia le impidió aceptar que necesitaba malicia para poder gobernar.

A pesar de su fuerte carácter, no logró darse cuenta que algunos “le empezaron a comer el mandado”, y, desde su mismo equipo, le empezaron a mover el tapete.

Increíblemente, hasta los que ella pretendía impulsar políticamente, le metieron el pie o simplemente se hicieron de la vista gorda.

Medias verdades y algunas mentiras, fueron minando su estático gobierno, hasta generar la idea de negligencia y omisión.

Incluso lograron sembrar dudas sobre su honestidad y de un supuesto mal manejo de recursos, hablándose de 32 millones, cuando en realidad, el faltante real, es de 6 millones de pesos, producto, principalmente, de un préstamo a finales del 2019, para proveerse de efectivo, para pagar salarios y prestaciones laborales.

Su equipo financiero-administrativo también le falló, ya que se aprovecharon de su confianza y de su falta de experiencia, haciendo lo que quisieron con el erario municipal.

Todo ello, originó que varios de sus antiguos aliados, más algunos espontáneos, intentarán, primero, lograr más prebendas y canonjías y posteriormente, intentar desbancarla para hacerse del poder.

Los regidores además se conformaron en 2 grupos, caldeándose los ánimos políticos, al grado de que una regidora convenció a un Director, de colarle información relevante de la administración. Fue destituido.

Ya para entonces, el grupo disidente contó con el amplio apoyo político y logístico de 2 ex presidentes municipales. La alcaldesa recompuso el equipo pero fue demasiado tarde.

La gota que derramó el vaso, se dio cuando en una sesión de Cabildo, de dudosa legalidad; encabezada por la presidente municipal; se ordenó la destitución de cuatro regidores que cuestionaban sus acciones.

Tras dicha acción, les tomaron protesta, como titulares, a los cuatro suplentes. Arrecieron los enconos por doquier. El supuesto fundamento lo encontraron en la Ley de Responsabilidades Administrativas.

Empero, eso fue lo público. En realidad, la medida fue en respuesta a una acción del otro grupo, quienes sesionaron, también indebidamente, intentando nombrar Secretario y Contralor, municipales.

Antes tanto desgarriate, la alcaldesa fue citada, a Villahermosa, el domingo 24 de mayo, para plantearle la posibilidad de la licencia, habiéndolo aceptado.

Ahí mismo se armó la terna de Concejales, siendo la primera considerada, por género, la actual Primera Concejal, Martha Elena López Pérez, quien en esos momentos era funcionaria municipal y cercana a la alcaldesa con licencia.

Por cierto, nunca se conoció la renuncia previa de la nueva mandamás, misma que debía darse ante el Secretario del Ayuntamiento, ante la ausencia jurídica de Silván.

La tensión entre la Primera Concejala y su anterior jefa y amiga, subió de tono y se esperan medidas políticas y jurídicas por ello. Incluso, algunos de los participantes en este alboroto, así como los ex presidentes municipales involucrados, se relamen los bigotes, ante la “nueva normalidad” política de aquel municipio de la Sierra.

Pronto, analizaremos los perfiles políticos de los nuevos Concejales, y si se puede, de su equipo. Hay tela.

El efecto AMLO benefició a muchos candidatos, sin experiencia política, ni administrativa-financiera. Uno de esos casos fue la profesora María Asunción Silván Méndez, quien resultó electa alcaldesa del municipio de Jalapa.

Ella, no era la candidata, pero por cuestión de género, descartaron a quien según las encuestas, iba arriba.

Para quedarse y legitimarse hubo de dar concesiones a los diversos grupos de aquel municipio. Desde luego, hizo lo propio con el varón que cedió el espacio.

Así, se formaron 2 grandes grupos dentro del equipo gobernante del municipio: uno, conformado por ella y por quien se hizo a un lado, a pesar de su mayor popularidad.

El otro, fue el conformado, por las negociaciones políticas con quienes políticamente contribuyeron a lograr los triunfos electorales.

Ello originó una creciente disputa hacia dentro del Ayuntamiento, ya que no eran de las totales confianzas de la primera regidora y su equipo.

Ya en el ejercicio gubernamental, y, convencida que había ganado por ella misma y no por el efecto AMLO, María Asunción, no se rodeó de probados asesores en materia política y en manejo de Medios. Su arrogancia le impidió aceptar que necesitaba malicia para poder gobernar.

A pesar de su fuerte carácter, no logró darse cuenta que algunos “le empezaron a comer el mandado”, y, desde su mismo equipo, le empezaron a mover el tapete.

Increíblemente, hasta los que ella pretendía impulsar políticamente, le metieron el pie o simplemente se hicieron de la vista gorda.

Medias verdades y algunas mentiras, fueron minando su estático gobierno, hasta generar la idea de negligencia y omisión.

Incluso lograron sembrar dudas sobre su honestidad y de un supuesto mal manejo de recursos, hablándose de 32 millones, cuando en realidad, el faltante real, es de 6 millones de pesos, producto, principalmente, de un préstamo a finales del 2019, para proveerse de efectivo, para pagar salarios y prestaciones laborales.

Su equipo financiero-administrativo también le falló, ya que se aprovecharon de su confianza y de su falta de experiencia, haciendo lo que quisieron con el erario municipal.

Todo ello, originó que varios de sus antiguos aliados, más algunos espontáneos, intentarán, primero, lograr más prebendas y canonjías y posteriormente, intentar desbancarla para hacerse del poder.

Los regidores además se conformaron en 2 grupos, caldeándose los ánimos políticos, al grado de que una regidora convenció a un Director, de colarle información relevante de la administración. Fue destituido.

Ya para entonces, el grupo disidente contó con el amplio apoyo político y logístico de 2 ex presidentes municipales. La alcaldesa recompuso el equipo pero fue demasiado tarde.

La gota que derramó el vaso, se dio cuando en una sesión de Cabildo, de dudosa legalidad; encabezada por la presidente municipal; se ordenó la destitución de cuatro regidores que cuestionaban sus acciones.

Tras dicha acción, les tomaron protesta, como titulares, a los cuatro suplentes. Arrecieron los enconos por doquier. El supuesto fundamento lo encontraron en la Ley de Responsabilidades Administrativas.

Empero, eso fue lo público. En realidad, la medida fue en respuesta a una acción del otro grupo, quienes sesionaron, también indebidamente, intentando nombrar Secretario y Contralor, municipales.

Antes tanto desgarriate, la alcaldesa fue citada, a Villahermosa, el domingo 24 de mayo, para plantearle la posibilidad de la licencia, habiéndolo aceptado.

Ahí mismo se armó la terna de Concejales, siendo la primera considerada, por género, la actual Primera Concejal, Martha Elena López Pérez, quien en esos momentos era funcionaria municipal y cercana a la alcaldesa con licencia.

Por cierto, nunca se conoció la renuncia previa de la nueva mandamás, misma que debía darse ante el Secretario del Ayuntamiento, ante la ausencia jurídica de Silván.

La tensión entre la Primera Concejala y su anterior jefa y amiga, subió de tono y se esperan medidas políticas y jurídicas por ello. Incluso, algunos de los participantes en este alboroto, así como los ex presidentes municipales involucrados, se relamen los bigotes, ante la “nueva normalidad” política de aquel municipio de la Sierra.

Pronto, analizaremos los perfiles políticos de los nuevos Concejales, y si se puede, de su equipo. Hay tela.