/ miércoles 22 de mayo de 2019

Centro, proyectos cambiantes

La voz fuereña del diputado federal petista, Gerardo Fernández Noroña, político polémico y atrabancado, se sumó a la andanada de críticas ciudadanas en Centro por sacar el Palacio Municipal de Villahermosa.

Tanto molestó a la administración municipal las declaraciones de Noroña que el alcalde Evaristo Hernández lo tachó de mantenido de toda la vida y de desconocer las necesidades en el municipio.

Necesidades que para la actual alcaldía pasan, o pasaban, por un teleférico o una mega ciclovía –de lo que ya nadie se acuerda-, un tren eléctrico elevado, un nuevo y lejano Palacio Municipal, en vez de la urgente rehabilitación de una desvencijada infraestructura urbana y suburbana, algo que lo que por cierto también son responsables varios ex alcaldes.

“El presidente municipal del Centro, Tabasco, no se entera que los bienes públicos son del pueblo y no de los alcaldes. No tiene ningún derecho a vender el inmueble de la presidencia municipal”, escribió Noroña en su cuenta de Twitter.

Eso bastó para desmontar el intento de politizar la molestia entre la gente, que el 2 de julio votó 6 de 6 por Morena ante el hartazgo de la gente por la falta de cumplimiento en sus necesidades básicas, el engaño, la corrupción y las malas decisiones basadas en negocios al amparo del poder.

Los ciudadanos se preguntan por qué no organizar una consulta pública acerca de vender el terreno del Palacio Municipal y sacarlo a 15 kilómetros de Villahermosa, al igual que el tema de la privatización del agua, y se siga el ejemplo del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien por cierto ha sido el más férreo opositor a las privatizaciones.

¿Qué cambió para que el alcalde modificara su opinión en el caso del servicio de agua?

Apenas en febrero pasado, en la reinstalación del Consejo Municipal de Desarrollo Rural Sustentable de Centro, Evaristo expuso que no estaba en sus planes privatizar el SAS y que buscaría que tuviera recursos suficientes para sostenerse porque el gasto estaba quebrando a la administración.

Desde luego el edil tiene razón en cuanto al bajo costo en la tarifa del agua y el incumplimiento en el pago. Lo extraño es que no impulse desde su gobierno un incremento suficiente para la operatividad y mejor calidad del agua y, en vez de ello, opte por la privatización y se entregue a particulares un bien que se puede considerar de seguridad nacional y un asunto de salud pública.

O tal vez es una propuesta que se planteó como cortina de humo ante el cuestionado asunto de la venta del Palacio Municipal y al final ceder en un proyecto, pero avanzar en el otro.

Tampoco es novedad que actores políticos de oposición aprovechen el enojo ciudadano para lucrar políticamente y desgastar al alcalde en turno, como todos lo han hecho antes cuando están fuera del poder.

Pero si se toman decisiones que el pueblo considera inviables, la misma autoridad extiende la alfombra a sus opositores.

Hasta el momento ha resultado cambiante e inesperada la toma de decisiones que ni siquiera se plantearon en campaña y eso contribuye a la sensación de que no existe una hoja de ruta, pues ahora hasta se retoman proyectos archivados de administraciones pasadas, de esas que hace poco se decía que habían sido fallidas.

Pero como dijera el propio alcalde, la decisión está tomada y no habrá marcha atrás. Así que dentro de dos años habrá que tomarse el tiempo necesario para ir hasta Altozano y prepararse para pagar una mayor tarifa del agua, por donde se iría el ahorro esperado con la nueva tarifa de luz. La casa nunca pierde.

La voz fuereña del diputado federal petista, Gerardo Fernández Noroña, político polémico y atrabancado, se sumó a la andanada de críticas ciudadanas en Centro por sacar el Palacio Municipal de Villahermosa.

Tanto molestó a la administración municipal las declaraciones de Noroña que el alcalde Evaristo Hernández lo tachó de mantenido de toda la vida y de desconocer las necesidades en el municipio.

Necesidades que para la actual alcaldía pasan, o pasaban, por un teleférico o una mega ciclovía –de lo que ya nadie se acuerda-, un tren eléctrico elevado, un nuevo y lejano Palacio Municipal, en vez de la urgente rehabilitación de una desvencijada infraestructura urbana y suburbana, algo que lo que por cierto también son responsables varios ex alcaldes.

“El presidente municipal del Centro, Tabasco, no se entera que los bienes públicos son del pueblo y no de los alcaldes. No tiene ningún derecho a vender el inmueble de la presidencia municipal”, escribió Noroña en su cuenta de Twitter.

Eso bastó para desmontar el intento de politizar la molestia entre la gente, que el 2 de julio votó 6 de 6 por Morena ante el hartazgo de la gente por la falta de cumplimiento en sus necesidades básicas, el engaño, la corrupción y las malas decisiones basadas en negocios al amparo del poder.

Los ciudadanos se preguntan por qué no organizar una consulta pública acerca de vender el terreno del Palacio Municipal y sacarlo a 15 kilómetros de Villahermosa, al igual que el tema de la privatización del agua, y se siga el ejemplo del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien por cierto ha sido el más férreo opositor a las privatizaciones.

¿Qué cambió para que el alcalde modificara su opinión en el caso del servicio de agua?

Apenas en febrero pasado, en la reinstalación del Consejo Municipal de Desarrollo Rural Sustentable de Centro, Evaristo expuso que no estaba en sus planes privatizar el SAS y que buscaría que tuviera recursos suficientes para sostenerse porque el gasto estaba quebrando a la administración.

Desde luego el edil tiene razón en cuanto al bajo costo en la tarifa del agua y el incumplimiento en el pago. Lo extraño es que no impulse desde su gobierno un incremento suficiente para la operatividad y mejor calidad del agua y, en vez de ello, opte por la privatización y se entregue a particulares un bien que se puede considerar de seguridad nacional y un asunto de salud pública.

O tal vez es una propuesta que se planteó como cortina de humo ante el cuestionado asunto de la venta del Palacio Municipal y al final ceder en un proyecto, pero avanzar en el otro.

Tampoco es novedad que actores políticos de oposición aprovechen el enojo ciudadano para lucrar políticamente y desgastar al alcalde en turno, como todos lo han hecho antes cuando están fuera del poder.

Pero si se toman decisiones que el pueblo considera inviables, la misma autoridad extiende la alfombra a sus opositores.

Hasta el momento ha resultado cambiante e inesperada la toma de decisiones que ni siquiera se plantearon en campaña y eso contribuye a la sensación de que no existe una hoja de ruta, pues ahora hasta se retoman proyectos archivados de administraciones pasadas, de esas que hace poco se decía que habían sido fallidas.

Pero como dijera el propio alcalde, la decisión está tomada y no habrá marcha atrás. Así que dentro de dos años habrá que tomarse el tiempo necesario para ir hasta Altozano y prepararse para pagar una mayor tarifa del agua, por donde se iría el ahorro esperado con la nueva tarifa de luz. La casa nunca pierde.