Llegó el turno de Adán Augusto López Hernández y la oportunidad de forjar su propia historia y legado como gobernante de Tabasco.
Ayer dio a conocer una decisión trascendental como lo es designar a su gabinete. Para quienes lo integran pidió un voto de confianza.
A Tabasco hay que reedificarlo en casi todo tras la pesadilla del nuñismo.
Adán comienza su gobierno con un bono democrático y de confianza otorgado de forma abrumadora en las urnas el pasado 1 de julio. Ahora, a su vez, pide a los ciudadanos extender esa confianza hacia quienes considera, tal como ayer lo expresó, como “tabasqueños de primera y gente honesta que conoce las áreas”.
En principio el reto de Adán y su gabinete es hacerle sentir al ciudadano ahora sí existe autoridad y un gobierno cercano, eficaz y transparente.
El tiempo mostrará si las investigaciones y responsabilidades por acusaciones de corrupción hacia el gobierno que fenece correrán paralelas al plan de gobierno para rescatar a Tabasco y la entidad esté, dentro de seis años exactos, en la senda del crecimiento.
Porque los últimos seis años se gobernó con base en el resentimiento y con el revanchismo como centro del ejercicio gubernamental.
Además, la historia de México se escribe hoy con un tabasqueño en la Presidencia.
Andrés Manuel López Obrador ha volteado hacia Tabasco y al sureste para tratar de convertir una región rezagada en una zona de oportunidades para la inversión y el crecimiento equilibrado de México.
Hay en puerta ya inversiones multimillonarias –refinería, Tren Maya, plantaciones-, más lo que se aporte desde el ámbito estatal y municipal en materia de infraestructura y programas sociales.
Adán Augusto y Tabasco tienen un aliado insuperable al que se suman el control legislativo federal y en el estado para diseñar una estructura gubernamental acorde a sus proyectos de gobierno.
En el ideario se concibe como el mejor de los escenarios para Tabasco.
El nuevo gobernador y sus funcionarios tienen ante sí el desafío de aterrizar y aprovechar esa oportunidad para darle la vuelta a los problemas actuales en interacción y colaboración con los distintos ámbitos de gobierno y de la sociedad civil.
Las expectativas se fincan en un gobierno que prometió la reconciliación en un Tabasco que no desea ni merece más decepciones como tampoco otro final de sexenio como el actual.
Sería un error, desde luego, pensar que rescatar al estado será labor de un solo hombre o de un equipo. Por ello será fundamental tender puentes y restablecer el tejido social, económico y político hasta donde sea necesario.
El panorama, pese a las dificultades por sortear, luce prometedor para Tabasco.
HOJAS SUELTAS…
El nuevo gobernador echó mano de tabasqueños que ha conocido de juventud y en su paso por responsabilidades administrativas, políticas y partidarias en las últimas tres décadas para formar su gabinete. El beneficio de la duda es obligado ante gente de experiencia que en su mayoría lo integra. Todos estarán, sin duda primero, bajo la lupa permanente del gobernante, así como de toda la sociedad.+++En esta última colaboración del año, le deseo a los lectores un 2019 lleno de metas cumplidas. Hasta el miércoles 2 de enero.
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