/ lunes 2 de agosto de 2021

Entorno | Prudencia y paciencia

“No hay ningún viento favorable para el que no sabe a qué puerto se dirige” Arthur Schopenhauer.

La cita, del filósofo alemán, conocido en su época (1788-1860) por su recalcitrante pesimismo profundo, es quizá una de las más “positivas” que en medio de una nueva ola de contagios de COVID-19 y una acometida de terror mediático, por la información que se difunde, está generando episodios personales, familiares, sociales que costará mucho desprenderse de ellos, lo que nos llama a tomar mejores decisiones, establecer un protocolo personal o mantener el que ha dado resultados, en lo que avanza la vacunación y disminuye la cadena de contagios.

La paranoia, es dueña de una buena parte del entorno colectivo, en el extremo opuesto, el relajamiento y la aceptación peligrosa de plegarse a la idea de lo inevitable, del contagio mismo, aunado a la alta trasmisibilidad de la variante Delta (que se detectó en octubre del 2020 en la India) podrían agravar el escenario contemplado y la tan ansiada vuelta a la normalidad, que, en los hechos, está en progreso.

En medio de ello, muchas personas por cuestiones laborales o por la irrenunciable necesidad de salir para poder llevar el sustento al hogar están expuestos y vulnerables, algunos afortunadamente vacunados, pero otros con una sola dosis o sin ninguna de ellas.

Esa imparable cifra de contagios que se mantiene en aumento complica la recuperación económica y con ello la estabilidad.

Además, la amenaza de una evolución mayor por el retorno de vacacionistas que acudieron a destinos por excelencia de tabasqueños; Cancún, Riviera Maya, Playa del Carmen, Tulum y otros en Quintana Roo o Mérida y diversos pueblos de Yucatán que tienen elevados índices de casos positivos de COVID-19 así como un intenso tráfico de personas provenientes del extranjero contribuirá con otra parte en el registro de nuevos casos y probablemente -ojalá y no- contagiados con la variante Delta, que desde el mes anterior ya fue detectada en un paciente de Tabasco.

Y también, el probable retorno a clases.

Paletas:

El planteamiento reiterado y hasta poco ortodoxo del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador para que se retorne a clases presenciales en todo el país a partir del próximo 30 de agosto “llueve, truene o relampagueé” podría tener dos justificaciones, una, estaría relacionado con el rezago escolar, en un país con bajos niveles de aprovechamiento en general, mantener las clases en línea y en contenidos televisivos han resultado un desastre por problemas de logística, tecnológicos y académicos, lo que abrió un frente que respalda el regreso inmediato a las aulas.

La segunda sin duda, podría ser de razones económicas, por todo lo que el sector mueve a favor de la economía local.

Pero, queda a un lado el tema de salud, por el “alto riesgo” y probabilidad de contagios que podrían presentarse entre alumnos dentro de un aula, de padres de familia y en general del personal educativo, aun y cuando el protocolo reza que ante la presencia de un caso positivo se aplicaría una cuarentena y cierre provisional de la escuela donde se presentase.

Y es aquí, donde cobra relevancia, la prueba PCR desarrollada en el Hospital Juan Graham en colaboración con científicos de Colonia, Alemania, que sería “la primera en todo el país” para detectar COVID-19 en la saliva de niños de edad escolar mediante un mecanismo de “paletas” que tendrían que aplicarla los propios padres a sus hijos en ayunas, sin que se precisen más detalles al respecto, ese solo hecho podría dar mucha seguridad al proceso, sin minimizar las otras posibilidades de contagio desde que un alumno y sus padres salen y regresan al hogar en un ciclo que se repetiría en las escuelas.

Más allá de la crítica sin propuesta, a la par de la atención a los casos positivos y las complicaciones de la enfermedad en determinados pacientes resulta importante que al interior del principal centro de atención se esté desarrollando investigación para identificar, aislar y contener la prevalencia del virus. Esto, es mejor que nada o resignarse.

Contorno

Y…la Consulta

En las elecciones presidenciales del año 2018, el presidente Andrés Manuel López Obrador y su partido MORENA obtuvo un total de 30.11 millones de votos.

En las elecciones intermedias del pasado mes de junio de este año, MORENA obtuvo en su conjunto un total de 17 millones 180 mil votos.

Ayer se celebró en todo el país, la consulta popular con una pregunta en la que se leía:

¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes con apego al marco constitucional legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos, encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas?

Esa interrogante solo tenía dos opciones a elegir: sí o no.

La cantidad de votos que no se conocían antes del cierre de esta columna será determinante para lo que viene, incluida la movilidad de funcionarios, el tiempo se agota para algunos y para otros, apenas comienza…

“No hay ningún viento favorable para el que no sabe a qué puerto se dirige” Arthur Schopenhauer.

La cita, del filósofo alemán, conocido en su época (1788-1860) por su recalcitrante pesimismo profundo, es quizá una de las más “positivas” que en medio de una nueva ola de contagios de COVID-19 y una acometida de terror mediático, por la información que se difunde, está generando episodios personales, familiares, sociales que costará mucho desprenderse de ellos, lo que nos llama a tomar mejores decisiones, establecer un protocolo personal o mantener el que ha dado resultados, en lo que avanza la vacunación y disminuye la cadena de contagios.

La paranoia, es dueña de una buena parte del entorno colectivo, en el extremo opuesto, el relajamiento y la aceptación peligrosa de plegarse a la idea de lo inevitable, del contagio mismo, aunado a la alta trasmisibilidad de la variante Delta (que se detectó en octubre del 2020 en la India) podrían agravar el escenario contemplado y la tan ansiada vuelta a la normalidad, que, en los hechos, está en progreso.

En medio de ello, muchas personas por cuestiones laborales o por la irrenunciable necesidad de salir para poder llevar el sustento al hogar están expuestos y vulnerables, algunos afortunadamente vacunados, pero otros con una sola dosis o sin ninguna de ellas.

Esa imparable cifra de contagios que se mantiene en aumento complica la recuperación económica y con ello la estabilidad.

Además, la amenaza de una evolución mayor por el retorno de vacacionistas que acudieron a destinos por excelencia de tabasqueños; Cancún, Riviera Maya, Playa del Carmen, Tulum y otros en Quintana Roo o Mérida y diversos pueblos de Yucatán que tienen elevados índices de casos positivos de COVID-19 así como un intenso tráfico de personas provenientes del extranjero contribuirá con otra parte en el registro de nuevos casos y probablemente -ojalá y no- contagiados con la variante Delta, que desde el mes anterior ya fue detectada en un paciente de Tabasco.

Y también, el probable retorno a clases.

Paletas:

El planteamiento reiterado y hasta poco ortodoxo del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador para que se retorne a clases presenciales en todo el país a partir del próximo 30 de agosto “llueve, truene o relampagueé” podría tener dos justificaciones, una, estaría relacionado con el rezago escolar, en un país con bajos niveles de aprovechamiento en general, mantener las clases en línea y en contenidos televisivos han resultado un desastre por problemas de logística, tecnológicos y académicos, lo que abrió un frente que respalda el regreso inmediato a las aulas.

La segunda sin duda, podría ser de razones económicas, por todo lo que el sector mueve a favor de la economía local.

Pero, queda a un lado el tema de salud, por el “alto riesgo” y probabilidad de contagios que podrían presentarse entre alumnos dentro de un aula, de padres de familia y en general del personal educativo, aun y cuando el protocolo reza que ante la presencia de un caso positivo se aplicaría una cuarentena y cierre provisional de la escuela donde se presentase.

Y es aquí, donde cobra relevancia, la prueba PCR desarrollada en el Hospital Juan Graham en colaboración con científicos de Colonia, Alemania, que sería “la primera en todo el país” para detectar COVID-19 en la saliva de niños de edad escolar mediante un mecanismo de “paletas” que tendrían que aplicarla los propios padres a sus hijos en ayunas, sin que se precisen más detalles al respecto, ese solo hecho podría dar mucha seguridad al proceso, sin minimizar las otras posibilidades de contagio desde que un alumno y sus padres salen y regresan al hogar en un ciclo que se repetiría en las escuelas.

Más allá de la crítica sin propuesta, a la par de la atención a los casos positivos y las complicaciones de la enfermedad en determinados pacientes resulta importante que al interior del principal centro de atención se esté desarrollando investigación para identificar, aislar y contener la prevalencia del virus. Esto, es mejor que nada o resignarse.

Contorno

Y…la Consulta

En las elecciones presidenciales del año 2018, el presidente Andrés Manuel López Obrador y su partido MORENA obtuvo un total de 30.11 millones de votos.

En las elecciones intermedias del pasado mes de junio de este año, MORENA obtuvo en su conjunto un total de 17 millones 180 mil votos.

Ayer se celebró en todo el país, la consulta popular con una pregunta en la que se leía:

¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes con apego al marco constitucional legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos, encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas?

Esa interrogante solo tenía dos opciones a elegir: sí o no.

La cantidad de votos que no se conocían antes del cierre de esta columna será determinante para lo que viene, incluida la movilidad de funcionarios, el tiempo se agota para algunos y para otros, apenas comienza…