/ sábado 21 de marzo de 2020

Punto y Aparte | Doña Pili, una filántropa cardenense, vergonzosamente injuriada

Al lado de la bondad y de las ganas de hacer el bien, que todo ser humano tiene, también existe su lado oscuro; tal vez por miedo, temor o simple maldad. Así, nos comportamos, en ocasiones, con crueldad y hasta con cierta perversidad.

Para muestra reciente, está el caso de la primera persona que se le detectó en Tabasco, el ya famoso, mundialmente, coronavirus (Covid-19): la química María del Pilar Ávila Pino.

La oriunda de Cárdenas, Tabasco fue detectada con un cuadro gripal en el filtro sanitario implementado en el Aeropuerto Internacional de Villahermosa “Carlos A. Rovirosa Pérez”, luego de arribar en un vuelo procedente de la Ciudad de México, tras un viaje por Europa.

Aunque la secretaria de Salud, al dar a conocer el hallazgo, no reveló la identidad de la mujer; casi de inmediato, por las redes sociales, se supo que se trataba de la señora María del Pilar. El odio digital se hizo presente, en medio del anonimato principalmente.

Incluso, hasta fotos de ella y su familia, circularon en redes sociales. Lo triste fue la alevosía y la forma despiadada, e increíblemente grosera y soez, con la que algunas personas, trataron su asunto, llenos de rencor, desprecio; poniendo, incluso, en peligro la integridad de ella y su familia.

Doña Pilar nació en Cárdenas, Tabasco. Tiene 61 años y es hija del Dr. Gamaliel Ávila Márquez, impulsor de la UPCH; y, de la señora María del Pilar Pino Méndez. Hermana de Claudia, Gamaliel y Pilar.

Viuda del Dr. José Ramón Rosique Maldonado, con quien procreó a: Pilar Victoria, Paolo José, y, Emilio.

Fue embajadora de su municipio en 1976. Es egresada de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas, del Instituto Politécnico Nacional (IPN).

Actualmente se dedica a atender su Laboratorio de Análisis Clínicos, uno de los más antiguos de Cárdenas, así como cumplir sus obligaciones dentro del Patronato de la Upch. Asimismo, procura servir a su prójimo, de todas las maneras posibles.

En el 2018 fue precandidata externa de MORENA, por el Distrito II local, aunque otros partidos políticos, intentaron los representara. Antes, fue Consejera Electoral propietaria del INE (Segundo Distrito Federal Electoral), en los procesos 2009, 2012, y 2015.

El caso muestra que el linchamiento digital mueve masas y provoca cambios en el acontecer de la vida política y social de cualquier comunidad.

Se entiende por linchamiento digital el resultado de todo tipo de ataques, insultos y acoso generados a través de las redes sociales, normalmente de manera viral, en contra de una persona y/o su opinión.

Los linchamientos digitales tienen origen, como es lógico, en las redes sociales y, igual que al acoso virtual surgen de la facilidad que da Internet para encubrir la identidad de alguien y, por lo tanto, para dar la sensación a aquel quien está atacando, de que como no lo está haciendo, en persona, las consecuencias serán mucho menos graves.

No se trata de agresiones sin sentido o al calor de una discusión; la gente que participa se erige como vigilante o juez porque considera que defiende una buena causa.

Hay quienes sostienen, que con el linchamiento digital, la gente intenta expiar sus culpas y proyecta sus fantasías. “El problema existe y debe ser explorado, sobre todo porque las redes sociales son el vehículo idóneo para que esas agresiones sean virales y destruyan vidas….”.

Lo cierto es que tan pronto como existió la Red, aparecieron las ciberturbas, que pueden arrasar vidas por “crímenes” reales o imaginarios sin recurso ni alivio posible. Hay en la especie humana, un punto oscuro, que se expresa mediante la hostilidad y el rechazo al diferente, casi siempre, en momentos muy complicados, como es el caso de la actual pandemia.

Así, mientras el ser humano sea capaz de hacer el mal, habrá tendencia a formar turbas y a perseguir y castigar, con razones o sin ellas, a aquellos que la masa cree culpables.

Definitivamente, parodiando a Madame Roland, ¡Oh, Covid-19!, ¡cuántos crímenes se cometen en tu nombre!

Al lado de la bondad y de las ganas de hacer el bien, que todo ser humano tiene, también existe su lado oscuro; tal vez por miedo, temor o simple maldad. Así, nos comportamos, en ocasiones, con crueldad y hasta con cierta perversidad.

Para muestra reciente, está el caso de la primera persona que se le detectó en Tabasco, el ya famoso, mundialmente, coronavirus (Covid-19): la química María del Pilar Ávila Pino.

La oriunda de Cárdenas, Tabasco fue detectada con un cuadro gripal en el filtro sanitario implementado en el Aeropuerto Internacional de Villahermosa “Carlos A. Rovirosa Pérez”, luego de arribar en un vuelo procedente de la Ciudad de México, tras un viaje por Europa.

Aunque la secretaria de Salud, al dar a conocer el hallazgo, no reveló la identidad de la mujer; casi de inmediato, por las redes sociales, se supo que se trataba de la señora María del Pilar. El odio digital se hizo presente, en medio del anonimato principalmente.

Incluso, hasta fotos de ella y su familia, circularon en redes sociales. Lo triste fue la alevosía y la forma despiadada, e increíblemente grosera y soez, con la que algunas personas, trataron su asunto, llenos de rencor, desprecio; poniendo, incluso, en peligro la integridad de ella y su familia.

Doña Pilar nació en Cárdenas, Tabasco. Tiene 61 años y es hija del Dr. Gamaliel Ávila Márquez, impulsor de la UPCH; y, de la señora María del Pilar Pino Méndez. Hermana de Claudia, Gamaliel y Pilar.

Viuda del Dr. José Ramón Rosique Maldonado, con quien procreó a: Pilar Victoria, Paolo José, y, Emilio.

Fue embajadora de su municipio en 1976. Es egresada de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas, del Instituto Politécnico Nacional (IPN).

Actualmente se dedica a atender su Laboratorio de Análisis Clínicos, uno de los más antiguos de Cárdenas, así como cumplir sus obligaciones dentro del Patronato de la Upch. Asimismo, procura servir a su prójimo, de todas las maneras posibles.

En el 2018 fue precandidata externa de MORENA, por el Distrito II local, aunque otros partidos políticos, intentaron los representara. Antes, fue Consejera Electoral propietaria del INE (Segundo Distrito Federal Electoral), en los procesos 2009, 2012, y 2015.

El caso muestra que el linchamiento digital mueve masas y provoca cambios en el acontecer de la vida política y social de cualquier comunidad.

Se entiende por linchamiento digital el resultado de todo tipo de ataques, insultos y acoso generados a través de las redes sociales, normalmente de manera viral, en contra de una persona y/o su opinión.

Los linchamientos digitales tienen origen, como es lógico, en las redes sociales y, igual que al acoso virtual surgen de la facilidad que da Internet para encubrir la identidad de alguien y, por lo tanto, para dar la sensación a aquel quien está atacando, de que como no lo está haciendo, en persona, las consecuencias serán mucho menos graves.

No se trata de agresiones sin sentido o al calor de una discusión; la gente que participa se erige como vigilante o juez porque considera que defiende una buena causa.

Hay quienes sostienen, que con el linchamiento digital, la gente intenta expiar sus culpas y proyecta sus fantasías. “El problema existe y debe ser explorado, sobre todo porque las redes sociales son el vehículo idóneo para que esas agresiones sean virales y destruyan vidas….”.

Lo cierto es que tan pronto como existió la Red, aparecieron las ciberturbas, que pueden arrasar vidas por “crímenes” reales o imaginarios sin recurso ni alivio posible. Hay en la especie humana, un punto oscuro, que se expresa mediante la hostilidad y el rechazo al diferente, casi siempre, en momentos muy complicados, como es el caso de la actual pandemia.

Así, mientras el ser humano sea capaz de hacer el mal, habrá tendencia a formar turbas y a perseguir y castigar, con razones o sin ellas, a aquellos que la masa cree culpables.

Definitivamente, parodiando a Madame Roland, ¡Oh, Covid-19!, ¡cuántos crímenes se cometen en tu nombre!