Todo empezó, en el 2021, en el festejo morenista, por el tercer año del triunfo de López Obrador, donde se dio una especie de “destape”, de Claudia Sheinbaum, la supuestamente favorita, jefa de gobierno de la CDMX; muchos la vitorearon y le aclamaron "¡Presidenta! ¡Presidenta!”.
Su principal competidor, con un mejor curriculum, el canciller Ebrard, estaba en París. Días después, al poner en marcha, el teleférico, Sheinbaum fue saludada, otra vez, con el grito de "¡Presidenta! ¡Presidenta!”.
Quizás por ello, López Obrador, inmediatamente, el 5 de julio, dio el banderazo de la sucesión; agregando más nombres: Junto a Sheinbaum y Ebrard; colocó a Juan Ramón de la Fuente; Esteban Moctezuma; Tatiana Clouthier; y a Rocío Nahle. Hoy ya no se habla de ellos.
El sábado 10 de julio, en Ocoyoacac, Estado de México se dio una reunión. A ella, asistieron cerca de 150 personas, para escuchar a Ebrard, anunciar sus aspiraciones presidenciales para 2024. Días después, en una “mañanera”, ante el Presidente y los Medios, ratificó su anhelo.
“Ya no hay tapados, yo soy el destapador y mi “corcholata” favorita va a ser la del pueblo”; habría dicho el presidente de la República, en ese entonces.
El 12 de julio pasado, AMLO, reconoció que Adán, podría ser incorporado a su gabinete. Muchos especularon que sería al final de ese año. Empero, algo adelantó la especie, por lo que el ahora Secretario de Gobernación, fue llamado al rancho de Palenque, para una larga charla.
Fue así, que a finales de agosto de ese 2021, Adán Augusto López Hernández, fiel aliado del proyecto de AMLO, desde “enenantes”; solicitó licencia al cargo de Gobernador Constitucional de Tabasco, para hacerse cargo, de la cartera más política de cualquier gabinete: la Secretaria de Gobernación. Inmediatamente, el imaginario colectivo, lo enlistó entre los presidenciables.
En tal contexto, hace unas horas, en una reunión del Presidente López Obrador, con diputados de Morena, del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y del Partido del Trabajo (PT); dio la nota política del momento, al ponderar la labor de negociación que ha tenido el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández.
En una improvisada y “juguetona” encuesta, López Obrador pidió a los legisladores mencionados calificar la función del titular de Gobernación la cual fue positiva con gritos y porras al exgobernador de Tabasco e incluso con gritos de “¡Presidente, Presidente!”.
Al día siguiente, trató de atenuar el inusual e imprevisto “destape”; afirmando que quien aspire a ser candidato en 2024 por su partido deberá pasar por la encuesta.
“En el caso de Adán, lo que hice ayer fue preguntarle a los legisladores, pero no sobre la Presidencia, porque sabía que iba a ser la respuesta, si consideraban que era un buen secretario y dijeron que sí”, acotó.
“…la verdad es que es un extraordinario secretario de Gobernación, lo otro no me corresponde a mí, eso lo decide la gente”, dijo, al asegurar que como todo mexicano tiene derecho a votar y ser votado. Es decir, va. Marcelo y Claudia, ya no están solos.
Huelga decir que en enero pasado, fue el propio secretario de Gobernación quien rechazó tener interés en participar en el proceso electoral presidencial de 2024. “Yo no sudo calenturas ajenas. Ya les comenté que yo tengo un compromiso con el señor presidente, que me invitó a acompañarlo en esta tarea”, dijo.
Sin embargo, lo que debe quedar claro, es que AMLO, no es un ningún improvisado. Todo lo hecho y dicho, puede ser parte de su estrategia. Tiene todo el control de la agenda mediática, y el tema de la sucesión va incluido.
Además debe recordarse que el pleito, es también entre los dos grupos prevalecientes en MORENA: los de los fundadores, donde van incluidos los radicales, igualmente llamados “los duros”; y, los aliados, sumados al proyecto. Se han dado con todo, por lo que el amago puede ser: “sosiéguense o ni Marcelo, ni Claudia, irían”.
Adán, tampoco es un desbocado ambicioso. Sabe que su futuro está, únicamente, ¡en las manos de un solo hombre!.
