/ viernes 24 de junio de 2022

Entorno | Quince pesos

Diálogo, amenaza, cobro o cuota.

Una práctica común en cualquier mercado o negocio.

En el año 2016, cuarto de la administración de Arturo Núñez Jiménez se abordó aquí el aumento del delito de extorsión, una especie de cobro por derecho de piso de parte de organizaciones criminales, pequeñas bandas locales y los goteros práctica en la que aparecen involucrados personas de nacionalidad colombiana, sin generalizar a ciudadanos valiosos de ese origen que han dado mucho por esta entidad.

En ese 2016 por circunstancias y los asesinatos registrados en las calles de Gaviotas o de Tamulté en las que claramente se apuntaba a la implicación y participación de estas bandas extranjeras por impagos obligó a la Fiscalía General del Estado de Tabasco a pronunciarse un par de veces sobre estos hechos y enunciar la apertura de sendas carpetas de investigación. No pasó nada más.

Sin embargo, sobre este último grupo, conforme pasaron los años se advirtió de una presencia cada vez más importante en los principales negocios al menudeo de Villahermosa donde a diario se manejan millones de pesos en efectivo.

Su modo de operación inicial era facilitar préstamos iniciales de 2 mil 500 pesos a pagar en siete días con un interés de entre 10 y 15 por ciento, es decir, por esa cantidad quien aceptaba sus condiciones además de reintegrar los 2 mil 500 pesos, adicionalmente pagaba desde 250 hasta 325 pesos más.

La “asesoría financiera callejera” de los sudamericanos hacia los tabasqueños que son los más afectados –porque el otro grupo fuerte de comerciantes de la entidad de origen poblano avecindados en la entidad desde hace años se mantienen al margen- con esos préstamos era en apariencia práctica y sencilla, la recomendación a sus deudores era restar de la utilidad de una semana para pagar el capital y el interés.

La gran mayoría cumple con el pago del capital y el interés de la primera ministración colombiana, algunos atienden el “consejo financiero” incrementando precios muy por encima del mercado para compensar los pagos y otros toman fondos diversos pero pagan, el problema viene después.

Los montos de los nuevos préstamos para ese tipo de comerciantes que son patrón, con un empleado o hasta los que tienen dos o tres trabajadores oscilan desde los 5 mil hasta los 50 mil pesos, incluso cantidades superiores.

Al final, el universo de los goteros son los pequeños comercios y para quienes incumplen con el pago del interés y del capital, les imponen una cuota diaria de 15 pesos, por ejemplo, sino abren el domingo el lunes tienen que pagar el importe de dos días y así sucesivamente.

Esos 15 pesos amparan los –gastos operativos de estas bandas- y no se descuenta de la deuda original ni del rédito, que, por cierto, aumenta progresivamente.

Si hubiese una investigación profunda muchos estarían dispuestos a hablar. Hay quienes cerraron o traspasaron sus negocios, otros han enfermado gravemente, los menos terminaron cediendo sus locales, por deudas impagables.

Y derecho de piso a los negocios más exitosos…

Nadie se salva, otros grupos delictivos asolan taquerías que tienen mucho prestigio y clientes, así como otros negocios tienen que pagar cuotas para no enfrentar consecuencias.

Resulta increíble concebir que tantas células de este tipo operen desde años atrás sin enfrentar consecuencias, de ninguna índole.

CONTORNO


Seguridad: ¿bien o mal?

El planteamiento, añejo por cierto, para que se modifique el horario de labores de policías estatales -que tiene jornadas de 24 por 48 horas de descanso- al que volvió a referirse el secretario de seguridad pública y protección ciudadana, Hernán Bermúdez Requena porque sostiene que “no sabe” a que se dedican los elementos policiacos durante dos días consecutivos que se convierten en cuatro durante una semana despierta suspicacias respecto a esta declaración pública.

El señalamiento no es menor, porque la mayor parte de la corporación policiaca se acoge a este horario.

Aunque la información oficial sostiene que existe una mejoría integral en la seguridad pública, el asalto común se mantiene y de manera desafortunada aumenta probablemente por un efecto de la crisis económica aunque su origen es multifactorial.

Que la mayoría de las víctimas no interponga una demanda por el tiempo que se pierde es otra realidad que podría arrojar cifras engañosas. Ojalá y solo sea un fenómeno atípico.

Diálogo, amenaza, cobro o cuota.

Una práctica común en cualquier mercado o negocio.

En el año 2016, cuarto de la administración de Arturo Núñez Jiménez se abordó aquí el aumento del delito de extorsión, una especie de cobro por derecho de piso de parte de organizaciones criminales, pequeñas bandas locales y los goteros práctica en la que aparecen involucrados personas de nacionalidad colombiana, sin generalizar a ciudadanos valiosos de ese origen que han dado mucho por esta entidad.

En ese 2016 por circunstancias y los asesinatos registrados en las calles de Gaviotas o de Tamulté en las que claramente se apuntaba a la implicación y participación de estas bandas extranjeras por impagos obligó a la Fiscalía General del Estado de Tabasco a pronunciarse un par de veces sobre estos hechos y enunciar la apertura de sendas carpetas de investigación. No pasó nada más.

Sin embargo, sobre este último grupo, conforme pasaron los años se advirtió de una presencia cada vez más importante en los principales negocios al menudeo de Villahermosa donde a diario se manejan millones de pesos en efectivo.

Su modo de operación inicial era facilitar préstamos iniciales de 2 mil 500 pesos a pagar en siete días con un interés de entre 10 y 15 por ciento, es decir, por esa cantidad quien aceptaba sus condiciones además de reintegrar los 2 mil 500 pesos, adicionalmente pagaba desde 250 hasta 325 pesos más.

La “asesoría financiera callejera” de los sudamericanos hacia los tabasqueños que son los más afectados –porque el otro grupo fuerte de comerciantes de la entidad de origen poblano avecindados en la entidad desde hace años se mantienen al margen- con esos préstamos era en apariencia práctica y sencilla, la recomendación a sus deudores era restar de la utilidad de una semana para pagar el capital y el interés.

La gran mayoría cumple con el pago del capital y el interés de la primera ministración colombiana, algunos atienden el “consejo financiero” incrementando precios muy por encima del mercado para compensar los pagos y otros toman fondos diversos pero pagan, el problema viene después.

Los montos de los nuevos préstamos para ese tipo de comerciantes que son patrón, con un empleado o hasta los que tienen dos o tres trabajadores oscilan desde los 5 mil hasta los 50 mil pesos, incluso cantidades superiores.

Al final, el universo de los goteros son los pequeños comercios y para quienes incumplen con el pago del interés y del capital, les imponen una cuota diaria de 15 pesos, por ejemplo, sino abren el domingo el lunes tienen que pagar el importe de dos días y así sucesivamente.

Esos 15 pesos amparan los –gastos operativos de estas bandas- y no se descuenta de la deuda original ni del rédito, que, por cierto, aumenta progresivamente.

Si hubiese una investigación profunda muchos estarían dispuestos a hablar. Hay quienes cerraron o traspasaron sus negocios, otros han enfermado gravemente, los menos terminaron cediendo sus locales, por deudas impagables.

Y derecho de piso a los negocios más exitosos…

Nadie se salva, otros grupos delictivos asolan taquerías que tienen mucho prestigio y clientes, así como otros negocios tienen que pagar cuotas para no enfrentar consecuencias.

Resulta increíble concebir que tantas células de este tipo operen desde años atrás sin enfrentar consecuencias, de ninguna índole.

CONTORNO


Seguridad: ¿bien o mal?

El planteamiento, añejo por cierto, para que se modifique el horario de labores de policías estatales -que tiene jornadas de 24 por 48 horas de descanso- al que volvió a referirse el secretario de seguridad pública y protección ciudadana, Hernán Bermúdez Requena porque sostiene que “no sabe” a que se dedican los elementos policiacos durante dos días consecutivos que se convierten en cuatro durante una semana despierta suspicacias respecto a esta declaración pública.

El señalamiento no es menor, porque la mayor parte de la corporación policiaca se acoge a este horario.

Aunque la información oficial sostiene que existe una mejoría integral en la seguridad pública, el asalto común se mantiene y de manera desafortunada aumenta probablemente por un efecto de la crisis económica aunque su origen es multifactorial.

Que la mayoría de las víctimas no interponga una demanda por el tiempo que se pierde es otra realidad que podría arrojar cifras engañosas. Ojalá y solo sea un fenómeno atípico.