/ sábado 5 de septiembre de 2020

Democracia Virtual | Castigo a alcaldes caídos

Llegaron con toda la arrogancia de sentirse poderosos y derrocar al viejo régimen. Casi todos, en su mayoría, adoptaron la misma conducta andresmanuelista de enemistarse con medios de comunicación y negarse a reconocer la fuerza de grupos políticos en sus localidades, al fin y al cabo estaban cobijados por el poderoso Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y creían que nada ni nadie podía moverlos de sus cargos.

Se equivocaron rotundamente quienes pensaron de esa forma. A los alcaldes tabasqueños se les olvidó que cuando Andrés Manuel López Obrador rindió protesta como presidente de México, no solo aseguró que acabaría con la corrupción sino que a partir de diciembre de 2018 nadie quedaría impune; incluso, si su esposa e hijos cometieran algún delito tendrían que ser castigados.

En Tabasco ya van dos presidentes municipales que han tenido que separarse definitivamente del cargo, y se especula que ambos corrieron la misma suerte por presunta corrupción en el manejo del dinero del presupuesto público: hace cuatro meses cayó María Asunción Silván Méndez, de Jalapa, y esta semana Roberto Villalpando Arias, de Macuspana.

“La maestra Chonita”, desde antes de asumir el cargo ya había causado indignación entre los habitantes de su municipio, pues se paseaba por la ciudad con escoltas fuertemente armados. En mayo pasado se vio en la necesidad de solicitar licencia, luego que algunos regidores acudieron hasta el Congreso del Estado con un detallado informe del presunto saqueo que había en su administración.

Roberto Villalpando, a su vez, tuvo que separarse del cargo junto con 11 regidores porque su permanencia era insostenible en el municipio donde nació el presidente de Mexico. Cometió muchos errores pero vamos a destacar tres: primero, no supo operar un acto político para que se luciera Andrés Manuel López en la villa Benito Juárez. Allí, un pequeñísimo grupo financiado por adversarios de Villalpando hicieron enojar al oriundo de Tepetitán.

En vez de que López obrador sacara lo mejor de sí en un evento donde presumiría sus apoyos sociales, la eliminación de las pensiones a ex presidentes de la república, la disminución de gastos y el remate del avión presidencial, terminó tan molesto que regañó a los indígenas que le brindaron su apoyo desde el inicio del movimiento democrático en Tabasco; los mandó a callar y amenazó con retirarse del lugar.

Segundo, por una insignificante obra que el pueblo no quiere en esa misma villa, la policía reprimió a la gente en plena celebración del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, hubo disparos de armas de fuego y terminaron lesionadas algunas personas.

Tercero, los posibles actos de corrupción y mal manejo del dinero público, que inclusive llevaron al presidente de la Coparmex, José Luis Zúñiga Lozano, a pedir al Órgano Superior de Fiscalización (OSFE) que investigue a fondo y enjuicie judicialmente al ex alcalde, porque “únicamente de esta manera se podría sentar un precedente, de lo contrario los presidentes municipales seguirán saqueando, van a renunciar y se irán enriquecidos y en la impunidad”. ¿Les sabrá algo?

Así como a los alcaldes caídos, a Evaristo Hernández Cruz se le ha olvidado que Centro representa la capital económica del estado y es la joya de la corona, y a Antonio Alejandro Almeida, de Paraíso, no le ha caído el 20 que el presidente López Obrador eligió a su municipio para construir una de sus tres obras monumentales. Advertidos ya están.

Sassón

Los alcaldes tabasqueños de Morena se han creído que ganaron por sus propios méritos, no reconocen que a todos los arrastró el efecto López Obrador y el empujón de Arturo Núñez. Así también han pensado que tienen capacidad para administrar y gozan de impunidad para robar. ¡Dios nos libre del seis de seis!

Llegaron con toda la arrogancia de sentirse poderosos y derrocar al viejo régimen. Casi todos, en su mayoría, adoptaron la misma conducta andresmanuelista de enemistarse con medios de comunicación y negarse a reconocer la fuerza de grupos políticos en sus localidades, al fin y al cabo estaban cobijados por el poderoso Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y creían que nada ni nadie podía moverlos de sus cargos.

Se equivocaron rotundamente quienes pensaron de esa forma. A los alcaldes tabasqueños se les olvidó que cuando Andrés Manuel López Obrador rindió protesta como presidente de México, no solo aseguró que acabaría con la corrupción sino que a partir de diciembre de 2018 nadie quedaría impune; incluso, si su esposa e hijos cometieran algún delito tendrían que ser castigados.

En Tabasco ya van dos presidentes municipales que han tenido que separarse definitivamente del cargo, y se especula que ambos corrieron la misma suerte por presunta corrupción en el manejo del dinero del presupuesto público: hace cuatro meses cayó María Asunción Silván Méndez, de Jalapa, y esta semana Roberto Villalpando Arias, de Macuspana.

“La maestra Chonita”, desde antes de asumir el cargo ya había causado indignación entre los habitantes de su municipio, pues se paseaba por la ciudad con escoltas fuertemente armados. En mayo pasado se vio en la necesidad de solicitar licencia, luego que algunos regidores acudieron hasta el Congreso del Estado con un detallado informe del presunto saqueo que había en su administración.

Roberto Villalpando, a su vez, tuvo que separarse del cargo junto con 11 regidores porque su permanencia era insostenible en el municipio donde nació el presidente de Mexico. Cometió muchos errores pero vamos a destacar tres: primero, no supo operar un acto político para que se luciera Andrés Manuel López en la villa Benito Juárez. Allí, un pequeñísimo grupo financiado por adversarios de Villalpando hicieron enojar al oriundo de Tepetitán.

En vez de que López obrador sacara lo mejor de sí en un evento donde presumiría sus apoyos sociales, la eliminación de las pensiones a ex presidentes de la república, la disminución de gastos y el remate del avión presidencial, terminó tan molesto que regañó a los indígenas que le brindaron su apoyo desde el inicio del movimiento democrático en Tabasco; los mandó a callar y amenazó con retirarse del lugar.

Segundo, por una insignificante obra que el pueblo no quiere en esa misma villa, la policía reprimió a la gente en plena celebración del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, hubo disparos de armas de fuego y terminaron lesionadas algunas personas.

Tercero, los posibles actos de corrupción y mal manejo del dinero público, que inclusive llevaron al presidente de la Coparmex, José Luis Zúñiga Lozano, a pedir al Órgano Superior de Fiscalización (OSFE) que investigue a fondo y enjuicie judicialmente al ex alcalde, porque “únicamente de esta manera se podría sentar un precedente, de lo contrario los presidentes municipales seguirán saqueando, van a renunciar y se irán enriquecidos y en la impunidad”. ¿Les sabrá algo?

Así como a los alcaldes caídos, a Evaristo Hernández Cruz se le ha olvidado que Centro representa la capital económica del estado y es la joya de la corona, y a Antonio Alejandro Almeida, de Paraíso, no le ha caído el 20 que el presidente López Obrador eligió a su municipio para construir una de sus tres obras monumentales. Advertidos ya están.

Sassón

Los alcaldes tabasqueños de Morena se han creído que ganaron por sus propios méritos, no reconocen que a todos los arrastró el efecto López Obrador y el empujón de Arturo Núñez. Así también han pensado que tienen capacidad para administrar y gozan de impunidad para robar. ¡Dios nos libre del seis de seis!