El 25 de marzo de 2019 fueron encontrados tres cuerpos en el interior de unas oficinas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) de Villahermosa. Se trataba de dos policías y un guardia de seguridad privada. Los cadáveres estaban amarrados y con bolsas en la cabeza, además tenían impactos de bala.
Las instalaciones que están ubicadas en Pedro C. Colorado y Allende, lugar donde miles de tabasqueños llegan a pagar el consumo de luz cada dos meses, en una ocasión fueron escenario de un robo millonario, pero los perpetradores del ilícito además de llevarse una gran cantidad de dinero, les quitaron la vida a unos uniformados.
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Los occisos fueron encontrados en la mañana de aquel día; los hombres fueron ejecutados en algún momento de la madrugada, eso, en realidad, era difícil de precisarse. Al llegar al lugar, la policía implementó un operativo de búsqueda para dar con los criminales, sin embargo, fue inútil.
Conforme salió la información periodística, se supo que los hombres de uniforme pertenecían a trabajos distintos; dos eran parte de la policía y uno más era guardia de seguridad privada. Las primeras notas daban a conocer los hechos y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadano (SSPC), a través de sus redes sociales, emitía un boletín donde corroboraba lo que medios de comunicación habían informado a la ciudadanía.
“Se trata de un integrante de la Policía Auxiliar, Bancaria, Industrial y Comercial (PABIC) y otro de la Policía Estatal Preventiva. En el lugar también fue encontrado sin vida el cuerpo de un vigilante de seguridad privada. En los tres se observan pies y manos amarrados, así como bolsas en sus cabezas. También hay indicios del robo de cajeros automáticos del lugar y presuntamente de cajas fuertes”, se podía leer en un párrafo del documento de las instancia.
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Una ironía, es que ocurrieran los asesinatos cuando el estado se encontraba blindado por la visita del presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, a Centla, a un evento organizado por la Secretaría de Marina (Semar). Durante las investigaciones en la escena del crimen, una foto fue tomada, la cual mostraba que los delincuentes abrieron una caja de seguridad y forzaron los cajeros.
Uno de los hombres, el uniformado de la preventiva, había perdido permiso para pasar la noche en el lugar, sin imaginarse que ahí lo estaba esperando la muerte. No se sabe a cuánto ascendió lo robado, lo único que quedó claro, es que tres personas perdieron la vida.
En redes sociales, las publicaciones mostraron la consternación de los ciudadanos, desde la lógica de ellos, si el objetivo era robar no había necesidad de matar a los policías y al vigilante; otros, agregaban que esto era parte de la inseguridad que desde hacía tiempo vivía Tabasco.