Como muchos tabaqueños que siguen padeciendo la difícil situación económica debido a la pandemia, una pareja subsiste por medio de sus artesanías por las calles del centro de la ciudad y se las ven "negras" cuando no logran vender siquiera una de sus piezas.
El año esta por concluir y aún muchas personas siguen padeciendo la difícil situación económica que ha traído como consecuencia la pandemia de coronavirus.
Sin embargo, la necesidad de llevar el sustento a casa obliga a tener que autoemplearse ante la falta de un empleo remunerado.
Ellos elaboran y comercializan figuras de animales hechas de madera, particularmente relacionadas con la fauna del estado y el sureste del país.
Una de las que más se venden es el pejelagarto y se ha convertido en una especie de amuleto de buena suerte pues según comentan que cuando piensan que no venderán nada, es cuando alguien compra una de ellas.
