El bono de productividad, un incentivo clave en muchas empresas, plantea interrogantes sobre su obligatoriedad según la Ley Federal del Trabajo (LFT) en México. Este bono, otorgado por el desempeño laboral, constituye un reconocimiento económico significativo para los trabajadores, pero su cumplimiento no es uniforme en todos los empleadores.
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La LFT no establece de manera explícita la obligatoriedad del bono de productividad, dejando su implementación y términos a la discreción de cada empresa. Este bono, que se basa en el rendimiento del empleado y varía según la política de cada compañía, es un componente fundamental para fomentar una competencia saludable entre los trabajadores y fortalecer la relación empresa-empleado.
¿Cómo obtener un bono de productividad?
Dentro de cada empresa, las áreas pertinentes definen los indicadores y criterios para evaluar el desempeño de los trabajadores, determinando quiénes son elegibles para recibir el bono de productividad.
El artículo 153 de la LFT define la productividad como el resultado de optimizar diversos factores en la empresa, con el propósito de incrementar ingresos, bienestar y distribuir beneficios entre los trabajadores.
Si bien la ley no obliga a los patrones a otorgar el bono de productividad, sí los compromete a proporcionar capacitación que eleve la competencia y productividad de los trabajadores. En consecuencia, el bono de productividad se erige como un incentivo adicional que contribuye al desarrollo profesional y económico tanto del empleado como de la empresa, por lo que para obtenerlo será necesario consultar en la empresa si se cuenta con este tipo de incentivo.