No es que esté de moda, criticar al gobernador de Nuevo León, Samuel Alejandro García Sepúlveda, no, nada de eso. Simple y sencillamente: “es un pobre pendejo e idiota”.
Las olas de críticas en su contra, se las ganó a pulso, merecidamente. Pensó, y sus cortesanos y testaferros se encargaron, a fuerza de tanto susurrarle en el oído, que se creyera de verdad, de que estaba a punto de convertirse en una divinidad política. En un Dios.
¿Qué cree?, se le vino el mundo encima por gandalla, soberbio, arrogante, prepotente, oportunista y gandalla, y le han, y siguen acomodándole cada santa madriza que lo están dejando peor que palo de gallinero.
Políticamente sus contrincantes (Léase, PRI y PAN) lo pulverizaron. Literalmente se surrarón en él, y sobraron heces.
Ya se podrá imaginar el tamaño del berrinche que hizo cuando se enteró de que la única alternativa que tenía para que no llegará al gobierno un titular del Poder Ejecutivo contrario a sus intereses, con todos los riesgos que significaba, al grado tal, de que podría ir hasta a la cárcel, era renunciar de inmediato a sus entelequias presidenciales.
Y de pasó se llevó entre las patas, no nada más al dueño de Movimiento Ciudadano (MC), Dante Alfonso Delgado Rannauro, sino capitalmente, a la candidata presidencial de Morena, Claudia Sheinbaum Pardo.
Recordará que la estrategia de que el nuevoleonés se convirtiera en abanderado de MC para supuestamente restarle votos, sustancialmente sufragios de clases medias, en la elección presidencial de 2 de junio de 2024, fue maquinada y orquestada por los dirigentes nacionales de Morena, MC y la propia ex mandataria de la Ciudad de México.
Al final de cuenta, tronó la estratagema política-electoral.
La reventaron desde el Congreso de Nuevo León, los legisladores priístas y panistas, y por supuesto, Rafael Alejandro Moreno Cárdenas y Marko Antonio Cortés Mendoza.
Solo en el cerebro, si es que tiene, del pendejo de Samuel Alejandro García Sepúlveda, pudo habérsele ocurrido que los diputados opositores iban a dejar a su secretario de Gobierno como gobernador interino, cuando como mandamás, se dedicó a darles de palos.
No hay duda alguna de que: “La venganza se sirve en un plato frío”.
El caso es que se chingaron a samuelito y a sus aliados. Y, bien reventado.
Ni para dónde hacerse. No dejaron rendija abierta para salir.
“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI” (LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)
El ex delegado de los Programas para el Desarrollo de Tabasco, Daniel Casasús Ruz, tiene plena confianza de que será el candidato a la alcaldía de Centro.
La mayoría de la clase política tabasqueña, incluidos los que están en la Ciudad de México, coinciden de que así será por su amistad con “Andy” López Beltrán.
Desde luego, que ser amigo de uno de los hijos del presidente de la República te da cierta ventaja, aunque personalmente no consideró que sea determinante, definitivo, inevitable.
Y más cuando se trata de la presidencia municipal más importante de las 17 que estarán en juego el próximo año, tanto política, social y económicamente.
Tuve la oportunidad, junto con otros compañeros, de escucharlo durante un desayuno en conocido hotel de la capital tabasqueña, y quiero decirles que me dejo un buen sabor de boca.
De entrada es un político joven, abierto, seguro, carismático, inteligente, receptivo, agradable.
Con una “narrativa” fresca.
Si bien es cierto, que algunas de sus ideas con respecto al gobierno municipal, tienen algo de romanticismo, por su evidente falta de experiencia, sí, tiene muy claro que en el municipio hay que hacer cambios y ajustes.
Y uno de ellos, expuso, es nombrar a funcionarios capaces, preparados, competentes, eficientes y eficaces. Y, sustancialmente, entablar una mejor comunicación con sus gobernados.
Éste sería unos de sus principales ejes de su trabajo, sino es que el de mayor importancia.
Lo cierto es que, el ex funcionario federal, que renunció no porque la convocatoria lo exija, sino por moral y ética, según sus propias palabras, tiene más probabilidades para ganar el proceso interno del partido vinotinto que muchos de los que se inscribieron, aunque no sea un político tan conocido y con las mejores cartas de presentación, como algunos de sus competidores.
Para algunos va en caballo de Hacienda.
