/ viernes 24 de mayo de 2019

El peso político del presidente

Que el presidente Andrés Manuel López Obrador diga que respeta la autonomía de los estados y de los municipios, es lo correcto en cuanto a la vertiente constitucional. Pero en lo político dejó caer todo el peso de sus convicciones sobre las propuestas del alcalde Evaristo Hernández Cruz, sobre vender un bien público y privatizar el servicio de agua potable.

Desde siempre el de Macuspana ha sido férreo opositor a las privatizaciones, como el transferir bienes o servicios en manos del Estado y hacia capitales privados.

En el caso del Palacio Municipal es sobre todo vender el terreno y demoler el edificio.

Ya limpia la superficie podría dar paso a un desarrollo inmobiliario, que en un paralelismo al tema del aeropuerto de Texcoco, se proyectaba hacer sobre el aeropuerto Benito Juárez de la Ciudad de México y fue uno de los motivos que llevaron al presidente a cancelar Texcoco.

Ahí la postura presidencial no tiene vuelta de hoja; eso sin contar las dificultades de movilización de empleados y usuarios con los costos adicionales por salir de la ciudad, donde está el grueso de los problemas, hacia un palacio en una zona prácticamente rural.

¿Qué alternativas hay si la razón que ahora esgrimen con más fuerza los defensores del proyecto es que se busca salvaguardar la vida de los empleados porque el edificio se puede desplomar?

Si hubo más de 10 millones de pesos malgastados en las albercas, entonces sí hay de dónde sacar para efectuar una rehabilitación al edificio, además de explorar si el municipio tiene por allí algunos predios que pueda vender.

Veremos si Evaristo desoye la opinión presidencial, pues basta recordar que en 2015 cuando intentó ser alcalde bajo las siglas del PRI, obtuvo casi 52 mil votos.

Pero por la forma en que le espetó hace poco a un ciudadano a quien casi le dijo que el presupuesto es de él y hará lo que quiera, está convencido que los 226 mil votos logrados en 2018 -172 mil votos más que tres años antes- los ganó por sí mismo y no por el arrastre de López Obrador y su arenga 6 de 6.

El alcalde ha dado muestras que no dará un paso atrás. Incluso nombró un vocero para no desgastarse. Desde Morena si bien no ha recibido críticas al proyecto, tampoco lo respaldan sin cortapisas y ya ni se diga de la oposición.

Por necesidad deberá existir una reacción del presidente municipal ante las consideraciones presidenciales a sus propuestas, más allá del argumento que se le plantearon preguntas tendenciosas, aunque las respuestas de López Obrador no lo fueron, sino por el contrario, resultaron demoledoras.

HOJAS SUELTAS…

Da la impresión que al edil Evaristo se le acabó pronto el bono democrático tras asumir el cargo. Lleva casi ocho meses y sus actitudes frente a ciudadanos que lo han increpado le acarrearon más antipatías. Solo así puede entenderse el evidente rechazo no solo en redes sociales sino en tertulias. Dejó correr demasiado el tiempo. Tan impopulares han resultado las iniciativas del edil que eclipsaron en la opinión pública temas trascendentales como el acuerdo con la CFE, el próximo arranque de la refinería y una serie de inversiones estatales encaminadas al desarrollo económico y social.+++La apertura del mercado chino para los plataneros mexicanos, Tabasco en lo particular, es alentador para el sostén de esa economía y hasta de potencial crecimiento. El gobernador Adán Augusto López resaltó que frente al caudal de inversiones en el sector petrolero, se apostará al campo para que a largo plazo no ocurra otra crisis.

Que el presidente Andrés Manuel López Obrador diga que respeta la autonomía de los estados y de los municipios, es lo correcto en cuanto a la vertiente constitucional. Pero en lo político dejó caer todo el peso de sus convicciones sobre las propuestas del alcalde Evaristo Hernández Cruz, sobre vender un bien público y privatizar el servicio de agua potable.

Desde siempre el de Macuspana ha sido férreo opositor a las privatizaciones, como el transferir bienes o servicios en manos del Estado y hacia capitales privados.

En el caso del Palacio Municipal es sobre todo vender el terreno y demoler el edificio.

Ya limpia la superficie podría dar paso a un desarrollo inmobiliario, que en un paralelismo al tema del aeropuerto de Texcoco, se proyectaba hacer sobre el aeropuerto Benito Juárez de la Ciudad de México y fue uno de los motivos que llevaron al presidente a cancelar Texcoco.

Ahí la postura presidencial no tiene vuelta de hoja; eso sin contar las dificultades de movilización de empleados y usuarios con los costos adicionales por salir de la ciudad, donde está el grueso de los problemas, hacia un palacio en una zona prácticamente rural.

¿Qué alternativas hay si la razón que ahora esgrimen con más fuerza los defensores del proyecto es que se busca salvaguardar la vida de los empleados porque el edificio se puede desplomar?

Si hubo más de 10 millones de pesos malgastados en las albercas, entonces sí hay de dónde sacar para efectuar una rehabilitación al edificio, además de explorar si el municipio tiene por allí algunos predios que pueda vender.

Veremos si Evaristo desoye la opinión presidencial, pues basta recordar que en 2015 cuando intentó ser alcalde bajo las siglas del PRI, obtuvo casi 52 mil votos.

Pero por la forma en que le espetó hace poco a un ciudadano a quien casi le dijo que el presupuesto es de él y hará lo que quiera, está convencido que los 226 mil votos logrados en 2018 -172 mil votos más que tres años antes- los ganó por sí mismo y no por el arrastre de López Obrador y su arenga 6 de 6.

El alcalde ha dado muestras que no dará un paso atrás. Incluso nombró un vocero para no desgastarse. Desde Morena si bien no ha recibido críticas al proyecto, tampoco lo respaldan sin cortapisas y ya ni se diga de la oposición.

Por necesidad deberá existir una reacción del presidente municipal ante las consideraciones presidenciales a sus propuestas, más allá del argumento que se le plantearon preguntas tendenciosas, aunque las respuestas de López Obrador no lo fueron, sino por el contrario, resultaron demoledoras.

HOJAS SUELTAS…

Da la impresión que al edil Evaristo se le acabó pronto el bono democrático tras asumir el cargo. Lleva casi ocho meses y sus actitudes frente a ciudadanos que lo han increpado le acarrearon más antipatías. Solo así puede entenderse el evidente rechazo no solo en redes sociales sino en tertulias. Dejó correr demasiado el tiempo. Tan impopulares han resultado las iniciativas del edil que eclipsaron en la opinión pública temas trascendentales como el acuerdo con la CFE, el próximo arranque de la refinería y una serie de inversiones estatales encaminadas al desarrollo económico y social.+++La apertura del mercado chino para los plataneros mexicanos, Tabasco en lo particular, es alentador para el sostén de esa economía y hasta de potencial crecimiento. El gobernador Adán Augusto López resaltó que frente al caudal de inversiones en el sector petrolero, se apostará al campo para que a largo plazo no ocurra otra crisis.