Debido a las deficiencias existentes en el sistema jurídico de Tabasco, no hay impedimento para que, durante las elecciones, los familiares se registren como candidatos para los mismos puestos de elección popular o que los cargos en las alcaldías y diputaciones puedan heredarse. Esta observación fue hecha por Pedro García Falcón, miembro del Colegio de Abogados.
Sin embargo, señaló que, desde un punto de vista moral, los actores políticos deberían abstenerse de realizar estas prácticas, ya que administrativamente podrían considerarse actos de nepotismo.
Esta situación surge a raíz de que varios militantes de Morena se registraron junto con sus familiares durante el proceso interno para distintas candidaturas, dando la impresión de que los cargos son hereditarios, según denunció Francisco Javier Cabrera Sandoval, dirigente estatal del PRD. Se mencionaron casos específicos, como el de Evaristo Hernández Cruz, quien aspiraba a ser candidato al gobierno estatal mientras su hijo se postulaba para una diputación local. Asimismo, se destacó el caso de José Antonio de la Vega, quien busca ser legislador al mismo tiempo que su hija, y Hiram Llergo Latournerie, esposo de la alcaldesa de Teapa, Alma Espadas Hernández, que ahora busca el mismo cargo para suceder a su pareja.
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Otros, como Nelly Vargas Pérez, se registraron buscando más de una candidatura; en este caso, Vargas Pérez se postuló tanto para una diputación federal como para la alcaldía de Centro.
Cabrera Sandoval, dirigente estatal del PRD, considera que estas prácticas no son éticas ni morales, ya que parece que el poder queda en manos de las mismas familias, excluyendo a otras personas y socavando la democracia que tanto se presume.
En respuesta, el abogado Pedro García Falcón comentó que la ley establece ciertos requisitos, como tener más de 25 años, no ser funcionario público o, en su caso, separarse 90 días antes de la elección, y no ser ministro de culto religioso, entre otros. Sin embargo, ninguno de estos requisitos prohíbe que los familiares de los actuales funcionarios públicos, legisladores o presidentes municipales participen en una elección, lo cual atribuyó a deficiencias en el sistema jurídico debido a omisiones de los diputados actuales.
Reconoció que no hay impedimento legal para que los familiares participen, ya sean hermanos, esposos, hijos o tíos, lo cual considera un claro ejemplo de oportunismo, donde el estado se utiliza como si fuera un rancho, con acuerdos y concesiones que van más allá de lo moralmente correcto. En términos administrativos, señaló la existencia del nepotismo, que implica apoyar a un familiar sin verificar si cumple con los requisitos para el puesto, destacando que los partidos políticos deben considerar esto desde una perspectiva de moralidad, más allá de la legalidad.
