Si la vida es una gran aventura, el poder vivirla en pareja es doblemente reconfortante, y más aun cuando se trata de dos personas que comparten la misma pasión por los viajes, la naturaleza, la historia y la geografía.
Tal es el caso de Juan Pablo, conocido como JP Garza, y Xiomi de Garza, quienes desde hace casi 9 años viven una historia de amor romántica y peculiar.
El es ingeniero Mecánico Eléctrico de Profesión. Ella es maestra de primaria, y aunque a simple vista pareciera que no tienen nada en común, en casi una década de que sus caminos se cruzaron, han sabido compaginar sus gustos, intereses y compartir un proyecto de vida.
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No por nada llevan más de 25 mil kilómetros recorridos y explorados juntos, lo mismo en las cumbres del Kilimanjaro que Centro y Sudamérica, donde se han internado en lugares peligrosos como la selva de Darién, o han viajado en kayak por caudalosos ríos de Guatemala y Belice.
Eso sin mencionar escaladas a la montaña Taide, la más alta de España, y desde luego las más altas en México, incluyendo el Iztaccíhuatl y el Pico de Orizaba.
Estos 25 mil kilómetros que han recorrido juntos incluyen más de 15 mil kilómetros en cicloturismo en 10 países y un territorio, así como más de 10 mil kilómetros en kayak en México, Guatemala, Belice, Argentina, Uruguay y Paraguay.
El matrimonio tabasqueño es reconocido además por haber recorrido el territorio mexicano de extremo a extremo a través de 8 mil 716 kilómetros, en una travesía que duró 123 días de pedaleo utilizando para ello una bicicleta tándem o doble.
La bicicleta fue especialmente adaptada por ellos como una tándem para cumplir con el reto que ellos mismos llamaron “Ciclotour”, y que comenzó el 2 de mayo de 2021 y terminaría en el 13 de noviembre del mismo año con el regreso a casa.
“A mí siempre me ha gustado la aventura, toda la vida. Yo de niño soñaba con explorar”, señala JP Garza, originario de Villahermosa.
Antes de conocer a su esposa Xiomi, ya había realizado diversos viajes a países de Europa, Egipto, Canadá, Estados Unidos y Japón.
Sin embargo, por muchos kilómetros andados, países visitados y cimas conquistadas, JP Garza no se imaginaba que precisamente en uno de esos recorridos conocería a quien es hoy su compañera de vida y de aventuras, Xiomi, oriunda de Comalcalco.
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HT: ¿Cuándo se conocieron?
JP Garza: “Nos conocimos en el 2014, aunque empezamos a salir en el 2015. Un año completo ni nos hablamos ni para nada nos vimos, literalmente no nos vimos, aunque nos hicimos amigos en Facebook”, señalan.
El primer encuentro entre ellos se da en forma casual en las playas de Paraíso, en una temporada de Semana Santa ya que él se encontraba haciendo un recorrido en unas dunas a bordo de un jeep, en compañía de unos amigos, pero de regreso vio una camioneta atascada en la arena. Esa camioneta era conducida por Xiomi, quien momentos antes se había hundido.
HT: ¿Cómo se da ese reencuentro?
JP Garza: “La rescaté, terminamos de amigos en Facebook; pero por un año no tuvimos ningún tipo de contacto”, comenta.
Recuerda además que este incidente ocurrió en unas dunas de arena cerca de unas instalaciones petroleras.
“Cuando veníamos de regreso a las dunas me encuentro una camioneta que estaba atascadísima en la arena, pero más que en la arena era como que lodo de esos de perforación que utilizan las industrias petroleras. Estaba totalmente atascada la camioneta, y yo con mi jeep la saqué y de ahí estuvimos platicando, tenemos amigos en común, se tomaron fotos y terminamos de amigos en Facebook. Y durante un año no nos volvimos a ver, no platicamos, no absolutamente nada. Bueno a lo mejor un like tal vez de alguna publicación. A lo mejor ella me dio algún like, tal vez yo le di algún like, pero no hubo ningún contacto, ningún mensaje, absolutamente nada”, platica.
En tanto que Xiomi rememora emocionada ese día: “Lo que pasa es que, pues veníamos en la arena, ya habíamos salido de las dunas, íbamos hacia la orilla de la playa; yo venía manejando, y entonces vi como que todo plano, pero como por encima y había como una bajada que ya me dirigía directo a la playa y también se veía plano; o sea, parecía sólido.
Entonces yo le pregunté a la persona que iba conmigo si podía ir por ese camino que se me hacía como más fácil. Me dijo, pues sí, se ve bien. No nos dimos cuenta que realmente era lodo. Entonces cuando yo empiezo a bajar, la camioneta se estanca, o sea, se detiene completamente y pues no salía ni para atrás ni para adelante. Era una Wagoner, es un modelo de la Jeep”.
Ya sea por casualidad o por jugarreta del destino, sus caminos se cruzaron aunque en ese momento estaban lejos de saber lo que pasaría un año después.
No obstante, una pequeña chispa pareció iluminar las arenas de las playas de Paraíso. “A mi ella me dio ternura, me dio ternura porque estaba muy apenada, y el otro tripulante de la camioneta la estaba regañando, que le decía que había sido culpa de ella, entonces me dije pobrecita, o sea, Xiomi se veía muy apenada; yo con ella no platiqué, realmente no platiqué porque la pobre, es más, la única foto en que aparece Xiomi sale así como que medio escondida en la camioneta, como que no quería que la viera, ella estaba apenada por lo que había pasado, entonces realmente ni siquiera cruzamos palabras, pero a mí lo que lo que lo que yo sentí fue ternura, dije, pobrecita no fue su culpa y la están regañando”, comenta.
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Para ella, la reacción de conocerlo no fue tan diferente: “Pues yo la verdad si soy sincera, me llamó la atención, pero sabes así como que lo ves y dices mira, Pero no me imaginé, ni pensé, es más, yo pensé que la persona con la que él iba era su esposa, digo yo lo vi, yo dije está casado, viene con su esposa; pasó y ya. Luego que nos hacemos amigos en Facebook y además él empieza a subir fotos con una chava, que ya esa chava ya era su novia, entonces cuando yo vi la foto yo creí que era la misma persona con la que lo había visto en la playa, y que en efecto estaba casado.
Cabe señalar que JP Garza era divorciado, y tiene dos hijos de su primer matrimonio.
“Como dos meses después de eso, después de ese encuentro, siguió Semana Santa en que me fui yo con mi hijo a Japón; y de regreso me hice novio de una amiga, una amiga distinta, no con la que andaba en el Jeep, y esas eran las fotos con las que veía en Facebook, entonces ella pensó que yo estaba casado. Como realmente no me fijé ese día, fue algo así como que muy rápido de ‘ah, sí, nos ayudaron a sacar la camioneta y foto, y cada quien por su lado.
Ya fue hasta marzo del año siguiente que él se va de viaje de cicloturista y hace su primera publicación, las cuales empiezan a aparecer en la página de inicio del Facebook de Xiomi.
“No hay que olvidar que parte de mi proyecto de cicloturismo lo que yo planeaba era que cada día iba a hacer una publicación y en esa publicación platicaba, salí de tal lado, llegué a tal lado, fueron tantos kilómetros, vi esto, vi lo otro, entonces la primera publicación fue del día, el día uno fue Villahermosa, Emiliano Zapata y a esa le dio like Xiomi”.
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Posteriormente empezaron a mandarse mensajes por inbox, en donde él le explicaba los detalles de sus viajes y recorridos.
“Y a raíz de ese mensaje que le mandé, ya cuando tenía preguntas como que más específicas, este, pues ya me mandaba, me mandaba un mensaje de de Facebook. Empezamos a platicar por inbox”, señala.
“Exacto- interrumpe Xiomi- Así fue nuestro reencuentro. Y llegó un momento que, de hecho, prácticamente todos los días platicábamos.
Fue así que se fueron conociendo e iniciar una relación, que los llevó a contraer matrimonio un 24 de mayo.
HT: ¿Cuánto tiempo llevan juntos?
JP Garza: “La realidad es que ya éramos una pareja seria, formal, ya vivíamos juntos, inclusive nos íbamos a casar antes, un año antes, nos íbamos a casar un año antes y este y fuimos a pedir información en aquel pedimos información aquí en el registro civil de Atasta y como si fuera seguro nos dieron cita y en tres meses, y luego con el papeleo y nos dieron cita creo que para septiembre, total cuando llegó la cita resultó que andamos de viaje, hasta nosotros se nos olvidó la cita porque fue demasiado lejana”, comentan.
A raíz de ello, mucha gente se ha enterado de sus expediciones en kayak y de sus ciclotours, ya que en uno de ellos atravesaron todo México en bicicleta, y luego realizaron un ciclotour por Centroamérica.
Para ellos el viajar y el explorar en pareja es algo muy interesante y placentero que requiere realmente trabajo en equipo.
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“En el kayak y en la bicicleta doble dividimos el trabajo de manera equitativa; yo llevo el 70 por ciento del trabajo físico, por decirlo así en el kayak y en la bicicleta yo llevo la dirección, los frenos, los cambios, y ella lleva la parte intelectual. Es como de apoyo. Ella puede ir chateando”, platica JP Garza.
“Yo puedo llevar acá el teléfono, incluso cuando vamos en la bicicleta, yo en muchas ocasiones voy viendo el mapa, la altimetría, cuántos kilómetros faltan, el lugar donde nos vamos a quedar. Intensidad del viento, dirección del viento. Si nos va a llover, si no nos va a llover, donde nos podemos parar a comer, porque también tratamos de buscar como que el lugar más conveniente, porque para nosotros en la bicicleta pararnos a comer implica también descansar, entonces tratamos de que sea un lugar cómodo, que por lo menos tenga sombra, que haya un baño”, agrega Xiomi.
Eso los ha unido mucho más como pareja, ya que en sus viajes y recorridos sólo se tienen el uno al otro.
“Yo siento que si una pareja sobrevive sin pelearse, ya con que sobrevivan nueve meses en un kayak los dos atravesando la selva de Belice, 9 días, ya con eso superas cualquier cosa; es realmente un trabajo en equipo en el que yo sin ella me pierdo porque no sabría para dónde agarrar ni a dónde vamos a llegar, y ella sin mí pues no avanzaría porque yo soy el motor del kayak y de la bicicleta, por decirlo así, y ella es el intelecto y la parte pensante”, destaca JP Garza.
Aunque confiesan que no les gusta anunciar mucho sus planes, la pareja piensa continuar fomentando este estilo de vida, compartiendo además sus experiencias en una serie de conferencias sobre su travesía mexicana, además de promover el ciclismo como un buen modo de viaje.
