Las flores de nochebuena son populares y engalanan las fiestas decembrinas mexicanas, tienen un alto valor comercial, pero hay muchos datos que se desconocen de ellas, por ejemplo pocos saben que en realidad no es una flor, lo que conocemos como flor se trata de una curiosa característica que hace que sus grupos de hojas cambien de coloración.
Las hojas de la planta por lo general son verdes todo el año pero en la temporada de otoño a invierno cambian su coloración generalmente a color rojo pero también hay otras llamativas variedades que cambias el tono de sus hojas a color rosa, blanco, amarillo y algunas otras combinaciones que la naturaleza crea caprichosamente.
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Esa característica está ligada a algo conocido como fotoperiodo, lo que hace que la noche buena requiera días cortos y noches más largas para resaltar la tonalidad de sus hojas y mantenerlas así.
La presencia de luz adecuada es crucial para mantener el color y evitar la caída de las hojas ya coloreadas. Pues requieren luz pero no demasiada y no de forma directa. Así que mantenerla en interiores es posible siempre y cuando les llegue un poco de luz solar.
Aunque hablando de flores, la planta si produce flores femeninas de estructura sencilla, desprovistas de pétalos y sépalos, rodeadas por flores masculinas contenidas en una estructura denominada ciatio.
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En términos generales la nochebuena es una planta arbustiva que puede llegar a alcanzar una altura de hasta 5 metros en su entorno natural, en áreas cercanas a ríos, quebradas y lagos, así como en espacios abiertos y terrenos empinados con sombra, especialmente en las regiones occidentales de México, en los bosques tropicales de las costas del Pacífico, desde Sinaloa, en México, hasta Guatemala. También en el norte de Guerrero y Morelos.
Nochebuena en latín: La más bella
El nombre científico de la nochebuena es euphorbia pulcherrima, que traducido al español significa “la más bella". En México el nombre nochebuena se le da porque es justo para esas fechas decembrinas cuando la planta alcanza su máximo esplendor en cuanto a su coloración.
Pero también es popularmente conocida como flor de navidad en Estados Unidos, flor de pascua o guacamayo en Latinoamérica, en el estado de Durango también le llaman bandera, bebeta en Veracruz, catalina, flor de Santa Catalina y Santa Catarina en diversas regiones de Oaxaca.
También es Cuitlaxóchitl en lengua nahualt, en Chiapas es conocida como aijoyó en lengua zoque, en Oaxaca se le conoce como gule-tiini en lengua zapoteca y lipa-que-pojua en lengua chontal, en la región de El Tajín Veracruz es conocida como pastushtln que proviene de la lengua totonaca, en Michoacán se le conoce como uanipeni y en Morelos es poscuaxúchitl una lengua mexicana de Tetelcingo que ya está casi extinta.
Esta planta ya era importante para Mexico antes de la llegada de los españoles, desempeñó un papel significativo en las prácticas rituales de la antigua tribu de los Mexicas. En tiempos remotos, esta flor se asociaba con la vida nueva y la integridad de los guerreros caídos, simbolizando su sangre a través de su distintivo color. La nombraron cuitlaxóchitl que se traduce como "flor marchita" o "flor de cuero", por esta característica en su cambio de color, que les ayudaba a marcar las fechas de ceremonias rituales.
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Un dato curioso es que de acuerdo con la investigación titulada Datos históricos y diversidad genética de las nochebuenas, publicada en la Revista Mexicana de Biodiversidad, la planta de nochebuena era cultivada en los jardines de Nezahualcóyotl y Moctezuma.
Con la llegada del Imperio español a la región, la flor de noche buena experimentó una transformación en su uso, siendo cristianizado su significado, convirtiéndose en un elemento decorativo de las representaciones de los nacimientos, usada como decoración de las iglesias especialmente durante la celebración navideña, gracias a su llamativo color rojo, que los frailes franciscanos de Taxco ligaron a la celebración del nacimiento de Jesús, debido a que su época de cambio de coloración coincide con las fechas de festividades decembrinas.
Cuándo se popularizó en todo el mundo
En el siglo XIX, su presencia se extendió a nivel mundial, impulsada por Joel Roberts Poinsett, quien fue el embajador de México en los Estados Unidos en 1825 y que ofrecía fiestas decembrinas decorando sus salones con esta magnifica flor, motivo por el cual en muchos lugares se conoce como Poinsettia. De hecho Roberts Poinsett, formaba parte de la sociedad científica de América, y aprovechó que estaba en Filadelfia para hacer una expedición en México.
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Su intervención generó que vinieron varios naturalistas interesados en la minería y químicos, zoólogos. Que siguieron la ruta de Humboldt de lo que era el centro de México hacia Guerrero. En esta expedición recolectaron muchas plantas, animales, minerales y demás. Cuando Poinsett regresó deciden mandar la planta de nochebuena al jardín botánico más importante de ese entonces que es el de Bartram y ahí llegan las plantas.
Una vez que la nochebuena llegó a los Estados Unidos se comenzó a escribir sobre la peculiar planta de flores rojas proveniente de México, pero allá fue presentada con el nombre de Poinsettia pulcherrima, en reconocimiento a Poinsett.
En 1889 los estadounidenses la presentaron en su feria de flores y frutos. Como Poinsett era el personaje más relacionado con esta planta, pues le ponen poinsettia en honor a él. La planta a partir de ese momento comenzó a ser cultivada en invernaderos y años después es llevada a Europa.
Actualmente, las nochebuenas fueron introducidas a Estados Unidos y al resto del mundo, han sido modificadas por el manejo local, mejoramiento genético y biotecnología, lo que ha dado origen a más de 300 cultivares. Desde entonces es la preferida para adornar durante estas festividades, pues destaca su distintivo color rojo, en contraste con las hojas verdes, que aunque existen otras tonalidades, guarda una innegable relación con la Navidad dentro de la tradición cristiana y celta.
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Importancia economica
La planta también se cultiva en otras regiones de Centroamérica y por su popularidad su cultivo se ha vuelto más industrial por su demanda en el mercado de plantas ornamentales, pues en diversas regiones del mundo, durante la temporada de diciembre, se llevan a cabo decoraciones que incorporan estas flores, contribuyendo a crear un ambiente colorido, festivo y alegre.
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Por lo mismo sus ventas anuales superan los 100 millones de dólares tan solo en los Estados Unidos, debido a que es el símbolo floral de la Navidad. En México la actividad económica vinculada con esta especie produce anualmente más de tres mil empleos directos y conduce a la venta de 40 millones de plantas, equivalente a más de 23 millones de dólares, cuya producción se concentra en los estados de Morelos, Michoacán, Ciudad de México, Puebla, Jalisco, Estado de México y Oaxaca, que producen alrededor de 30 variedades de Nochebuena.
