Cuando las personas son mayores corren el riesgo de sufrir caídas y esto va en aumento con el paso de los años. Estas caídas son sumamente peligrosas ya que se pueden reflejar en una quebradura o en problemas más fuertes.

Las caídas son una señal de alerta, por lo tanto deben analizarse no solamente las causas, sino también las consecuencias y circunstancias en las que estas se produjeron.

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¿Cuáles son los factores de riesgo para las caídas?

Existen muchos factores de riesgo entre ellos están el mismo proceso de envejecimiento o las circunstancias de ese momento, por ejemplo puede ser que el adulto mayor ya haya sufrido una caída previa o que sufra algún tipo de atrofia muscular o alteraciones musculoesqueléticas.

Así mismo pueden haber factores que no dependan de las personas, sino más bien de las condiciones del lugar. A nivel del domicilio puede haber falta de iluminación, desorden, suelos irregulares o que resbalan, alfombras o cables. También el uso de calzado inadecuado puede aumentar el riesgo de caídas.

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Las consecuencias de las caídas en las personas

Entre las consecuencias físicas están aquellas que están relacionadas a la caída, como pueden ser fracturas, heridas o cualquier otro tipo de lesión ya que el cuerpo ya no reacciona de la misma manera.

Entre las consecuencias psicológicas está el miedo que existe que esta caída se repita lo cual está asociado a un impacto emocional. Esto puede hacer que la persona disminuya sus actividades normales.

Las caídas conllevan un aumento de los recursos necesarios para atender a la persona afectada. Por otra parte, a nivel sanitario, incrementa el número de consultas, ingresos hospitalarios, cirugías o rehabilitación.

¿Cuál es la mejor forma de evitar las caídas?

Para prevenir las caídas es necesario hacer cambios en la vivienda, tales como instalar la iluminación adecuada, mantener seco el baño o colocar alfombras antideslizantes. Si hay escaleras en la casa, asegúrate de que todos los peldaños son regulares y no resbalen, y que haya una barandilla fija a ambos lados de la escalera.

Se recomienda la práctica de ejercicio de intensidad leve o moderada. De esta forma, aumenta la fuerza, disminuye la depresión, mejora el dolor articular y desciende el riesgo de diabetes y enfermedad cardiovascular. Además, es aconsejable hacer una revisión periódica tanto de las gafas como de los audífonos.