/ miércoles 7 de noviembre de 2018

Olivia, una tabasqueña nacida en Veracruz

Actriz, escritora y productora, pero sobre todo, sobreviviente a la adversidad, la soprano, con un rango de voz de más de cinco octavas, Olivia Gorra Ramón, es una de las cantantes nacionales más reconocidas.

Estará en Villahermosa, los días 8 y 9 del presente, viene al Panteón de Macultepec a rendir tributo a sus ancestros, entre otras interesantes actividades.
Aunque oriunda de Coatzacoalcos, Veracruz; Olivia proviene de familias tabasqueñas. Su madre, Manuela Ramón Payró, nació en Macultepec, siendo hija de Valentina Ramón Payró, quien lavaba carros para sacar adelante a sus hijos, y de Miguel Ramón, quien era lechero, gente trabajadora, originario también de Macultepec, municipio de Centro, Tabasco.
El padre de Olivia, Marco Antonio Gorra Ojeda, nacido en Coatzacoalcos, era hijo de María Victoria Ojeda López, cuyo oficio era costurera, y lo ejerció hasta que falleció a los 94 años y de Antonio Gorra Villafuerte, quien era músico, ambos oriundos de Frontera, Tabasco.
Sin duda, la tabasqueñidad de Olivia, queda más que demostrada, partiendo además del supuesto multicitado por algún paisano, de que a Tabasco no se le lleva en las plantas de los pies, sino en el corazón.
En la primaria comenzó a cantar imitando a Manuela Torres, José José, Lupita D’Alessio, Emmanuel y Angélica María. Muy pronto se corrió la voz: La niña Olivia canta bonito, y en fiestas o reuniones todos coreaban: ¡Que cante, que cante!
La mamá de Salma Hayek, doña Diana Jiménez, fue quien la descubrió e impulsó. Estaba en un certamen de belleza allá en Coatzacoalcos y vio que tenía ciertas facultades en el canto y la invitó a su coro ‘¿Sabes qué?’, le preguntó, ‘Voy a traer a Coatza a un maestro de Bellas Artes y quiero que le entres’.
Diana reconoció su brío, tesón, y, la pasión de su alumna y asumió reeducarla para impulsarla a brillar. Inclusive le ofreció becarla para que participara en la Escuela de Valores Artísticos, bajo la dirección del maestro Antonio González.
Después pasó a la Escuela Superior de Música, dependiente del INBA, donde unos de sus mentores, Jimmy Demster, en complicidad con Fernando García Torres, el director de la escuela, mandó en secreto una grabación de su voz, a la Manhattan School of Music, una de las instituciones más reconocidas del mundo.
Le concedieron beca completa. Y de ahí para el real, no sin obstáculos, sinsabores, ni tropiezos. Pero guerrera siempre, ¡triunfó!
Olivia nació en Coatzacoalcos, Veracruz, el 10 de agosto de 1969. Casada, desde enero de 1992, con el guerrerense Aureliano Cantú, quien fue bailarín de la compañía de Martha Graham en Nueva York; ahora fabrica vestuario para bailarines. Padres de, Ámbar de Jesús y de Jade.
En 1997, tras dar a luz a su hijo Ámbar, meses después, fue contratada para hacer La Traviata en Sacramento. El pago era bueno y la pareja tuvo que tomar una decisión crucial. ¿Quién de los dos sacrificaba su carrera para cuidar al pequeñito? Por común acuerdo, él se retiró de la danza.
En 2014, fundó el Centro Cultural “Olivia Gorra”, donde ejerce como maestra y, con el apoyo de las escuelas de música rusas, la Academia de Perm auspicia el concurso: Stars of Prima Donna Olivia Gorra.
En 2015, instituyó, el Concurso de Canto Lírico “Olivia Gorra”, que lleva tres ediciones, en las que han participado artistas de varios países interpretando melodías mexicanas.
Su disco “Bésame Mucho España”, producido por ella misma, fue nominado en 2014 al Grammy Latino en la categoría de Música Ranchera.
Olivia es sencilla y humilde, pero a la vez intensa, apasionada, picara y explosiva. En los escenarios es un “monstruo” inalcanzable, pero afuera es una mujer accesible, que lo mismo hace mole, que tamales o chilaquiles.
Canta ópera como un ángel, pero cuando canta ranchero, hasta al más abstemio, le da ganas de beber tequila y llorar.
Ella les acompañaría con mezcal, limón; y mandarinas. ¡Es chocoveracruzana! habrá que disfrutar su estancia. Bienvenida.

Actriz, escritora y productora, pero sobre todo, sobreviviente a la adversidad, la soprano, con un rango de voz de más de cinco octavas, Olivia Gorra Ramón, es una de las cantantes nacionales más reconocidas.

Estará en Villahermosa, los días 8 y 9 del presente, viene al Panteón de Macultepec a rendir tributo a sus ancestros, entre otras interesantes actividades.
Aunque oriunda de Coatzacoalcos, Veracruz; Olivia proviene de familias tabasqueñas. Su madre, Manuela Ramón Payró, nació en Macultepec, siendo hija de Valentina Ramón Payró, quien lavaba carros para sacar adelante a sus hijos, y de Miguel Ramón, quien era lechero, gente trabajadora, originario también de Macultepec, municipio de Centro, Tabasco.
El padre de Olivia, Marco Antonio Gorra Ojeda, nacido en Coatzacoalcos, era hijo de María Victoria Ojeda López, cuyo oficio era costurera, y lo ejerció hasta que falleció a los 94 años y de Antonio Gorra Villafuerte, quien era músico, ambos oriundos de Frontera, Tabasco.
Sin duda, la tabasqueñidad de Olivia, queda más que demostrada, partiendo además del supuesto multicitado por algún paisano, de que a Tabasco no se le lleva en las plantas de los pies, sino en el corazón.
En la primaria comenzó a cantar imitando a Manuela Torres, José José, Lupita D’Alessio, Emmanuel y Angélica María. Muy pronto se corrió la voz: La niña Olivia canta bonito, y en fiestas o reuniones todos coreaban: ¡Que cante, que cante!
La mamá de Salma Hayek, doña Diana Jiménez, fue quien la descubrió e impulsó. Estaba en un certamen de belleza allá en Coatzacoalcos y vio que tenía ciertas facultades en el canto y la invitó a su coro ‘¿Sabes qué?’, le preguntó, ‘Voy a traer a Coatza a un maestro de Bellas Artes y quiero que le entres’.
Diana reconoció su brío, tesón, y, la pasión de su alumna y asumió reeducarla para impulsarla a brillar. Inclusive le ofreció becarla para que participara en la Escuela de Valores Artísticos, bajo la dirección del maestro Antonio González.
Después pasó a la Escuela Superior de Música, dependiente del INBA, donde unos de sus mentores, Jimmy Demster, en complicidad con Fernando García Torres, el director de la escuela, mandó en secreto una grabación de su voz, a la Manhattan School of Music, una de las instituciones más reconocidas del mundo.
Le concedieron beca completa. Y de ahí para el real, no sin obstáculos, sinsabores, ni tropiezos. Pero guerrera siempre, ¡triunfó!
Olivia nació en Coatzacoalcos, Veracruz, el 10 de agosto de 1969. Casada, desde enero de 1992, con el guerrerense Aureliano Cantú, quien fue bailarín de la compañía de Martha Graham en Nueva York; ahora fabrica vestuario para bailarines. Padres de, Ámbar de Jesús y de Jade.
En 1997, tras dar a luz a su hijo Ámbar, meses después, fue contratada para hacer La Traviata en Sacramento. El pago era bueno y la pareja tuvo que tomar una decisión crucial. ¿Quién de los dos sacrificaba su carrera para cuidar al pequeñito? Por común acuerdo, él se retiró de la danza.
En 2014, fundó el Centro Cultural “Olivia Gorra”, donde ejerce como maestra y, con el apoyo de las escuelas de música rusas, la Academia de Perm auspicia el concurso: Stars of Prima Donna Olivia Gorra.
En 2015, instituyó, el Concurso de Canto Lírico “Olivia Gorra”, que lleva tres ediciones, en las que han participado artistas de varios países interpretando melodías mexicanas.
Su disco “Bésame Mucho España”, producido por ella misma, fue nominado en 2014 al Grammy Latino en la categoría de Música Ranchera.
Olivia es sencilla y humilde, pero a la vez intensa, apasionada, picara y explosiva. En los escenarios es un “monstruo” inalcanzable, pero afuera es una mujer accesible, que lo mismo hace mole, que tamales o chilaquiles.
Canta ópera como un ángel, pero cuando canta ranchero, hasta al más abstemio, le da ganas de beber tequila y llorar.
Ella les acompañaría con mezcal, limón; y mandarinas. ¡Es chocoveracruzana! habrá que disfrutar su estancia. Bienvenida.