Dracón fue un legislador de Atenas, Grecia, que se volvió célebre luego de redactar un Código sumamente severo. A esas leyes se les conoció como draconianas donde se imponía la autoridad del Estado en materia judicial y reducían el poder los clanes familiares, de ahí nace la expresión conocida.
En lo que ahora nos ocupa por la Pandemia de Covid-19 su rápida propagación y contagio desde que apareció en Wuhan, China, al primer caso confirmado le sucedieron imágenes de arrestos de conductores chinos –con uso de la fuerza pública- porque se negaban a someterse a estrictos controles de movilidad.
La medida se replicó después principalmente en España e Italia, donde los propios ciudadanos aterrorizados por amigos y familiares contagiados y hospitales colapsados de pacientes con una larga estela de muertos, desde los balcones insultaban a los peatones y aplaudían a la policía cuando realizaban detenciones.
En el caso de Tabasco en la actualidad existe una férrea oposición a las medidas implementadas por el Gobierno de la entidad para contener la enorme movilidad –no esencial- de muchos tabasqueños que pese a la contingencia se mantienen visitando a familiares en municipios e incluso de simple paseo.
La sociedad está dividida entre los que claman porque no se impongan estas medidas y quienes las aplauden.
Aplauden la medida –y que parecen mayoría- son aquellos que permanecen en sus casas, confinados, aterrados por la ola de contagios y por los primeros lugares que ocupa la entidad.
Los que se oponen –los menos- son aquellos que desafortunadamente por alguna razón especial necesitan estar en la calle.
En medio de ellos están las personas que obligatoriamente tienen que trabajar y que deben soportar las extenuantes filas de horas que se comenzaron a formar desde el miércoles pasado, luego del decreto anunciado por el gobernador Adán Augusto López Hernández.
Al final radica otro problema, la actitud de algunos ciudadanos y también de los elementos policiacos, entre discusiones estériles, se pierden minutos e incluso horas con embotellamientos y conductores amontonados increpando a los policías, elevando la posibilidad de más contagios.
Hace falta capacitación en los oficiales, pero también tolerancia en los ciudadanos.
Lo que deberían de entender es que entre más rápido disminuya la ola de contagios más acelerada será nuestra reactivación social y económica, eso tendría que ser lo más importante para todos.
CONTORNO
Dato curioso:
Apenas se consignó aquí el pasado lunes que “la más alta aprobación nacional del Presidente está en Tabasco” lo que podría ser un reflejo de la sociedad tabasqueña imitando la postura inicial del mandatario federal respecto al incipiente coronavirus.
48 horas después, a nivel nacional, en la mañanera misma, el experto de la Secretaría de Salud Federal que presentó datos sobre el patrón más alto en la tasa de contagios por municipios ubicó a dos de ellos como los que se proyectaban con un crecimiento exponencial importante entre los más de 2 mil 500 municipios del país y eran: Macuspana, Tabasco y Palenque, Chiapas.
O sea el lugar donde nació y el que lo acogió, donde el mismo ha dicho que pasará al retiro...
La esperanza de la recuperación:
El comunicado oficial emitido a mediados de semana por la Secretaría de Salud de Tabasco respecto a la recuperación del 44 por ciento del total de pacientes contagiados por COVID-19 en la entidad es una excelente noticia.
Pero, eso no implica que podamos salir a las calles es momento de resistir un poco más en las casas y tomar todas las medidas recomendadas –en casi todo el mundo- para evitar un eventual contagio.
