/ lunes 21 de junio de 2021

Entorno | Empoderados y “la gran inmunidad”

“El mayor número de los males que sufre el hombre proviene del hombre mismo” Plinio, el joven.

“Nadie sabe lo que hace mientras actúa correctamente, pero de lo que está mal uno siempre es consciente” Wolfgang Von Goethe.

Por razones estrictamente personales recientemente fui a la ciudad de Puebla, en el sitio al que llegué me tocó observar a muchas personas de la tercera edad -arriba de los ochenta años, en una especie de convención- en parejas, en el lobby de un hotel, interactuando y bromeando entre ellos, algunos pocos, portando doble cubre boca y careta, pero la gran mayoría solo con mascarilla.

Entre los comentarios estridentes, un señor bromeó con el largo confinamiento para compartirles que ya se sentía seguro por estar vacunado, casi todos asintieron en señal de aprobación compartida, una señora, de las bien protegidas le corrigió: no, porque todavía nos podemos infectar y peor aún podemos contagiar. Fin de la historia.

Aquí en nuestra entidad, es cada vez más “normal” observar a adultos mayores de compras en el supermercado, en los mercados, en las calles, en el transporte público, en sus coches particulares, con sus familiares, algunos con cubre boca colocados de manera correcta y otros lo portan con la nariz descubierta, incluso por debajo de la barbilla.

Existe una falsa sensación de que, por el hecho de estar vacunados al 100 por ciento, son de cierta manera completamente inmunes al virus y a cualquier complicación lo que no es del todo real.

Así como el ejemplo de las personas adultas en Puebla, ocurre lo mismo en Tabasco, con el agravante de que por nuestra propia naturaleza “rebelde” -tenemos muchos ejemplos, incluso de carácter público- donde muchos más decidieron salir a las calles para “hacer sus propias cosas y sacar sus pendientes” sin importarles, el riesgo al que podrían enfrentarse con todo y su dosis completa de vacunas.

En el extremo, los jóvenes menores de 40 años, que también se debe de precisar constituyen -la fuerza laboral productiva más importante de la entidad- han comenzado a intensificar sus salidas en ciclos adicionales a la estricta competencia de trabajo, para tratar de normalizar su vida, con la seguridad plena, así lo asumen, de que sus abuelos o sus padres ya están inmunizados y con ello, en caso de una infección suya por Covid, el riesgo disminuiría drásticamente.

Lo anterior, nos deja un campo de cultivo fértil para observar lo que se está presentando en la entidad que también se registra en todo el país, el último reporte federal de la Secretaría de Salud da cuenta de un repunte, aunque no es nada extraordinario, así ocurrió en países de Europa, Asia y América en el pasado reciente y posteriormente disminuyó la tendencia de casos, con esta incidencia se presenta un fenómeno social, en donde a más casos, los ciudadanos procuran tomar más precauciones y se regulan solos, para no exponerse al virus.

Vacunados, infectados y…hospitalizados

Aunque por la secrecía e integridad de las personas hospitalizadas por Covid-19 en los últimos días, no es posible conocer la identidad informes internos y de familiares de pacientes ingresados por complicaciones del virus han confirmado con preocupación que algunos tenían una dosis de dos y otros la dosis completa, lo que se desconoce es sí en estos casos positivos había transcurrido el tiempo necesario para generar la inmunidad al 100 por ciento.

Por lo anterior, resulta necesario, que los responsables del sector salud insistan en los cuidados y en precisar que el hecho de estar vacunado no te hace inmune al virus y tampoco a contagiar a otras personas.

Es loable, la gestión pública para que arranque de inmediato aquí la vacunación a personas de 30 a 39 años, mientras los de 40 a 49 años esperan al menos un mes más para recibir su segunda dosis, pero aun faltan meses complicados para lograr estabilidad.

Seamos empáticos con todos. El aumento de casos nos afecta a todos en todos los órdenes.

CONTORNO

La mini rebelión:

Embriagados de poder, como sí sus victorias fueran eternas y sin reparar en los tiempos complicados que se viven, lo que les impide contemplarse en el espejo de sus antecesores, ciertos funcionarios electos comienzan a perder sentido del entorno lo que resulta sumamente grave.

Ojalá y sea algo momentáneo y que la cruda realidad los ubique.

javiermarinhdez@hotmail.com

“El mayor número de los males que sufre el hombre proviene del hombre mismo” Plinio, el joven.

“Nadie sabe lo que hace mientras actúa correctamente, pero de lo que está mal uno siempre es consciente” Wolfgang Von Goethe.

Por razones estrictamente personales recientemente fui a la ciudad de Puebla, en el sitio al que llegué me tocó observar a muchas personas de la tercera edad -arriba de los ochenta años, en una especie de convención- en parejas, en el lobby de un hotel, interactuando y bromeando entre ellos, algunos pocos, portando doble cubre boca y careta, pero la gran mayoría solo con mascarilla.

Entre los comentarios estridentes, un señor bromeó con el largo confinamiento para compartirles que ya se sentía seguro por estar vacunado, casi todos asintieron en señal de aprobación compartida, una señora, de las bien protegidas le corrigió: no, porque todavía nos podemos infectar y peor aún podemos contagiar. Fin de la historia.

Aquí en nuestra entidad, es cada vez más “normal” observar a adultos mayores de compras en el supermercado, en los mercados, en las calles, en el transporte público, en sus coches particulares, con sus familiares, algunos con cubre boca colocados de manera correcta y otros lo portan con la nariz descubierta, incluso por debajo de la barbilla.

Existe una falsa sensación de que, por el hecho de estar vacunados al 100 por ciento, son de cierta manera completamente inmunes al virus y a cualquier complicación lo que no es del todo real.

Así como el ejemplo de las personas adultas en Puebla, ocurre lo mismo en Tabasco, con el agravante de que por nuestra propia naturaleza “rebelde” -tenemos muchos ejemplos, incluso de carácter público- donde muchos más decidieron salir a las calles para “hacer sus propias cosas y sacar sus pendientes” sin importarles, el riesgo al que podrían enfrentarse con todo y su dosis completa de vacunas.

En el extremo, los jóvenes menores de 40 años, que también se debe de precisar constituyen -la fuerza laboral productiva más importante de la entidad- han comenzado a intensificar sus salidas en ciclos adicionales a la estricta competencia de trabajo, para tratar de normalizar su vida, con la seguridad plena, así lo asumen, de que sus abuelos o sus padres ya están inmunizados y con ello, en caso de una infección suya por Covid, el riesgo disminuiría drásticamente.

Lo anterior, nos deja un campo de cultivo fértil para observar lo que se está presentando en la entidad que también se registra en todo el país, el último reporte federal de la Secretaría de Salud da cuenta de un repunte, aunque no es nada extraordinario, así ocurrió en países de Europa, Asia y América en el pasado reciente y posteriormente disminuyó la tendencia de casos, con esta incidencia se presenta un fenómeno social, en donde a más casos, los ciudadanos procuran tomar más precauciones y se regulan solos, para no exponerse al virus.

Vacunados, infectados y…hospitalizados

Aunque por la secrecía e integridad de las personas hospitalizadas por Covid-19 en los últimos días, no es posible conocer la identidad informes internos y de familiares de pacientes ingresados por complicaciones del virus han confirmado con preocupación que algunos tenían una dosis de dos y otros la dosis completa, lo que se desconoce es sí en estos casos positivos había transcurrido el tiempo necesario para generar la inmunidad al 100 por ciento.

Por lo anterior, resulta necesario, que los responsables del sector salud insistan en los cuidados y en precisar que el hecho de estar vacunado no te hace inmune al virus y tampoco a contagiar a otras personas.

Es loable, la gestión pública para que arranque de inmediato aquí la vacunación a personas de 30 a 39 años, mientras los de 40 a 49 años esperan al menos un mes más para recibir su segunda dosis, pero aun faltan meses complicados para lograr estabilidad.

Seamos empáticos con todos. El aumento de casos nos afecta a todos en todos los órdenes.

CONTORNO

La mini rebelión:

Embriagados de poder, como sí sus victorias fueran eternas y sin reparar en los tiempos complicados que se viven, lo que les impide contemplarse en el espejo de sus antecesores, ciertos funcionarios electos comienzan a perder sentido del entorno lo que resulta sumamente grave.

Ojalá y sea algo momentáneo y que la cruda realidad los ubique.

javiermarinhdez@hotmail.com