/ jueves 8 de junio de 2023

Democracia virtual | PVEM y PT cotizan alto

El asunto político en el país es singular: Morena pierde, pero gana. Los partidos satélites no se alían, pero sus bonos suben en el mercado electoral porque son necesarios para remontar a la organización vino tinto.


Las corcholatas que se mantienen en una prematura campaña desde hace dos años tienen su particularidad; por ejemplo, Adán Augusto López en vez de subir baja en las encuestas en la última semana y Marcelo Ebrard, a pesar de estar 20 puntos abajo de Claudia Sheinbaum quiere la nominación de su partido como candidato a la Presidencia de la República y se precipita a renunciar al cargo de Secretario de Relaciones Exteriores.


Asimismo, Ricardo Monreal se alista para solicitar licencia al Senado de la República la próxima semana, para participar en el proceso de selección de candidato de su partido, aunque se anticipa una negociación para ser postulado a la jefatura de gobierno para la Ciudad de México.


Gerardo Fernández Noroña, a su vez, llora como una “mojina” porque “el compañero presidente” lo excluyó de la “cena de negros” que se llevó a cabo en el restaurante El Mayor, localizado en la terraza de la editorial Porrúa, en el Centro Histórico de la capital del país.


En Movimiento Ciudadano, partido esquirol de la oposición, Luis Donaldo Colosio no quiere ser candidato a la Presidencia, pero encabeza las encuestas con un 31 por ciento de las preferencias electorales, sin embargo, su instituto político solo representa un tres por ciento en el país.


Asimismo, quien va arriba de las encuestas en el PAN es Santiago Creel, por lo que en el hipotético caso de que se convirtiera en el abanderado del bloque opositor sería prácticamente un “pan sin sal” que no emocionaría a nadie con su discurso.


En el PRI todavía no terminan de pelearse, porque ahora resulta que hasta Alfredo Del Mazo prefirió doblarse, al igual que todos los gobernadores de ese partido, ante la Cuarta de Andrés Manuel López Obrador, y abandonó a Alejandra del Moral en la contienda por el Estado de México.


En Tabasco cualquiera puede ser candidato de Morena y ganaría la elección a gobernador, en este momento, pero si las cúpulas deciden por alguien a quien los tabasqueños han rechazado en diferentes ocasiones no pueden esperar nada bueno para el 2024.


En Coahuila impusieron a un cacique representado en la persona de Guadiana y perdieron; en el Estado de México también impusieron a una mujer con antecedentes de corrupción y ganaron.

La diferencia fue, muy probablemente, el nivel de educación y preparación de la gente, además de que en el Estado de México a Alfredo del Mazo le faltó carácter para enfrentarse al poder, lo presionaron y entregó la plaza.


Sin embargo, queda comprobado que Morena no gana elecciones solo, tiene a fuerza que depender de los partidos rémoras que le aportan votos.

Esto, en la actualidad, lleva al PT y PVEM a cotizarse muy alto en la bolsa del poder político, y le da una extraordinaria oportunidad a Manuel Velasco Coello de negociar su candidatura a la Presidencia de México.

Además, El Güero podría llevar mano también en Chiapas, donde su amigo Julión Álvarez, sin manifestar que buscará la candidatura al gobierno del estado, puntea las encuestas.

Esto quiere decir que en el 2024 la negociación tendrá que ser sin la arrogancia que hasta antes del 4 de junio de 2023 caracterizaba a los actores del partido vino tinto.

No se necesita ser muy sabio o muy analista para darse cuenta. En Coahuila menospreciaron al Partido Verde y al PT y los resultados fueron catastróficos. Guadiana no solo perdió, sino que fue humillado con un resultado de tres a uno.

Los números para la coalición Morena-PVEM-PT, en lo general, no fueron muy alentadores. Sumados los votos del Estado de México y Coahuila, la diferencia con el bloque PRI-PAN-PRD fue solo de 54 mil 349 sufragios.

Para el 2024, si los partidos de oposición logran ponerse de acuerdo y salen a las calles con una buena propuesta, que tenga carácter para enfrentar al poder y no le tiemblen las corvas, podría conquistar la preferencia del electorado, provocarle un infarto al partido en el poder y recuperar la Presidencia de la República.

El asunto político en el país es singular: Morena pierde, pero gana. Los partidos satélites no se alían, pero sus bonos suben en el mercado electoral porque son necesarios para remontar a la organización vino tinto.


Las corcholatas que se mantienen en una prematura campaña desde hace dos años tienen su particularidad; por ejemplo, Adán Augusto López en vez de subir baja en las encuestas en la última semana y Marcelo Ebrard, a pesar de estar 20 puntos abajo de Claudia Sheinbaum quiere la nominación de su partido como candidato a la Presidencia de la República y se precipita a renunciar al cargo de Secretario de Relaciones Exteriores.


Asimismo, Ricardo Monreal se alista para solicitar licencia al Senado de la República la próxima semana, para participar en el proceso de selección de candidato de su partido, aunque se anticipa una negociación para ser postulado a la jefatura de gobierno para la Ciudad de México.


Gerardo Fernández Noroña, a su vez, llora como una “mojina” porque “el compañero presidente” lo excluyó de la “cena de negros” que se llevó a cabo en el restaurante El Mayor, localizado en la terraza de la editorial Porrúa, en el Centro Histórico de la capital del país.


En Movimiento Ciudadano, partido esquirol de la oposición, Luis Donaldo Colosio no quiere ser candidato a la Presidencia, pero encabeza las encuestas con un 31 por ciento de las preferencias electorales, sin embargo, su instituto político solo representa un tres por ciento en el país.


Asimismo, quien va arriba de las encuestas en el PAN es Santiago Creel, por lo que en el hipotético caso de que se convirtiera en el abanderado del bloque opositor sería prácticamente un “pan sin sal” que no emocionaría a nadie con su discurso.


En el PRI todavía no terminan de pelearse, porque ahora resulta que hasta Alfredo Del Mazo prefirió doblarse, al igual que todos los gobernadores de ese partido, ante la Cuarta de Andrés Manuel López Obrador, y abandonó a Alejandra del Moral en la contienda por el Estado de México.


En Tabasco cualquiera puede ser candidato de Morena y ganaría la elección a gobernador, en este momento, pero si las cúpulas deciden por alguien a quien los tabasqueños han rechazado en diferentes ocasiones no pueden esperar nada bueno para el 2024.


En Coahuila impusieron a un cacique representado en la persona de Guadiana y perdieron; en el Estado de México también impusieron a una mujer con antecedentes de corrupción y ganaron.

La diferencia fue, muy probablemente, el nivel de educación y preparación de la gente, además de que en el Estado de México a Alfredo del Mazo le faltó carácter para enfrentarse al poder, lo presionaron y entregó la plaza.


Sin embargo, queda comprobado que Morena no gana elecciones solo, tiene a fuerza que depender de los partidos rémoras que le aportan votos.

Esto, en la actualidad, lleva al PT y PVEM a cotizarse muy alto en la bolsa del poder político, y le da una extraordinaria oportunidad a Manuel Velasco Coello de negociar su candidatura a la Presidencia de México.

Además, El Güero podría llevar mano también en Chiapas, donde su amigo Julión Álvarez, sin manifestar que buscará la candidatura al gobierno del estado, puntea las encuestas.

Esto quiere decir que en el 2024 la negociación tendrá que ser sin la arrogancia que hasta antes del 4 de junio de 2023 caracterizaba a los actores del partido vino tinto.

No se necesita ser muy sabio o muy analista para darse cuenta. En Coahuila menospreciaron al Partido Verde y al PT y los resultados fueron catastróficos. Guadiana no solo perdió, sino que fue humillado con un resultado de tres a uno.

Los números para la coalición Morena-PVEM-PT, en lo general, no fueron muy alentadores. Sumados los votos del Estado de México y Coahuila, la diferencia con el bloque PRI-PAN-PRD fue solo de 54 mil 349 sufragios.

Para el 2024, si los partidos de oposición logran ponerse de acuerdo y salen a las calles con una buena propuesta, que tenga carácter para enfrentar al poder y no le tiemblen las corvas, podría conquistar la preferencia del electorado, provocarle un infarto al partido en el poder y recuperar la Presidencia de la República.