Por fin se acabaron las campañas políticas y el pueblo de México descansará del bombardeo publicitario al que la ciudadanía estuvo expuesta en medios de comunicación tradicionales, electrónicos y redes sociales.
En teoría, el triunfo será para Morena en la Presidencia de la República y los nueve estados en los que se renovarán las gubernaturas.
La mayoría de las encuestas le dan una amplia ventaja al partido oficial, excepto algunas que advierten una elección cerrada y otras más temerarias avizoran su derrota.
Los números que utilizan algunos analistas afines al poder hacen ver que la jornada comicial será de puro trámite, pues al gobernar Morena 22 estados de la república, los votos duros son de alrededor de 21 millones 130 mil, más lo que representan los 35 millones de beneficiarios de los programas sociales.
Esa es la teoría, pero la realidad podría rebasar las expectativas, porque si bien es cierto que el partido oficial cuenta con todo el aparato de gobierno para enfrentar estos comicios, también es cierto que hay una amplia mayoría de la población harta de que no se resuelvan los problemas fundamentales de seguridad, salud y economía.
La clase media, la base trabajadora, los que producen en este país, que son la inmensa mayoría, se han visto engañados por el gobierno de Morena, pues les han cobrado más impuestos y sienten la carestía de la vida porque a ellos no les regalan nada, al contrario, tienen que trabajar todos los días para llevar el sustento a sus casas.
Los adultos mayores, que reciben su pensión del bienestar, no están conformes con la falta de médicos y medicamentos en los hospitales y ya se dieron cuenta que el apoyo que les dan tienen que invertirlo en sus enfermedades y no les alcanza, además de que saben que no se los pueden quitar. Por ello no irán a votar como borregos este 2 de junio.
La oposición ya ha advertido sobre la posibilidad de un gran fraude perpetrado desde el Poder Ejecutivo.
Además, se ha generado un clima de miedo y terror en el electorado, mediante actos de violencia.
Al 28 de mayo se contabilizaron 749 casos de violencia política a nivel nacional, registrados desde el 7 de septiembre de 2023, fecha en la que inició el proceso, y se estima que al término de las elecciones del 2 de junio la cifra se elevará a 760.
“Una de las huellas indelebles de este proceso electoral fue la violencia, los datos así lo demuestran. Prácticamente ya vamos al doble y de hecho es muy probable que se dupliquen, pero, más allá de estos números, el balance general es que hoy como nunca antes nuestra democracia está capturada por los grupos criminales a lo largo y ancho del país”, declaró Armando Vargas Hernández, consultor senior de Integralia.
Las estadísticas registradas por esta empresa consultora de asuntos políticos, señalan que, de las 749 víctimas, 316 han sido aspirantes o candidatos, 131 políticos o expolíticos, 130 funcionarios o exfuncionarios, 133 daños colaterales y 39 familiares.
De los 231 asesinatos, 34 fueron contra aspirantes, precandidatos o candidatos, cifra que también superó a la del proceso 2017-2018, cuando se registraron 24 precandidatos o candidatos ultimados.
Asimismo, de los 34 asesinatos, 88% de las víctimas aspiraban a un cargo de elección municipal; 15 de ellas pertenecían a Morena, seis al PRI, cuatro al PAN, tres al PVEM, dos a MC, uno al PRD, uno al PT, uno más al partido Chiapas Unidos y uno más al Partido Popular Chiapaneco.
También se teme que en la víspera de las elecciones sean secuestrados y asesinados líderes políticos y candidatos o candidatas de la oposición para que no puedan operar el 2 de junio a favor de sus partidos. Estos actos serían respaldados por el crimen organizado, como ya ha sido denunciado en comicios anteriores.
Sassón
La ciudadanía tiene tres días para reflexionar su voto. Este 2 de junio algunos emitirán el sufragio por lo mismo llamado continuidad, otros lo harán por la alternancia; de cualquier manera se hará la voluntad mayoritaria del pueblo y, esa decisión, determinará el futuro de México, los equilibrios en el Congreso de la Unión, el desarrollo de nueve estados de la república y el porvenir de mil 802 presidencias municipales. Lo más importante es que nadie se quede en su casa por miedo, sino que vaya a las urnas y, a la hora de tener la boleta en sus manos, en la intimidad de la casilla, haga lo que le dicte su conciencia.
