/ jueves 1 de junio de 2023

Democracia virtual | Desesperados por la macaniza

Morena mostró su desesperación en Coahuila y, después de hacer a un lado al PVEM y PT, finalmente los buscó para aliarse, solo que el acuerdo figuró en la cúpula y no en las bases, pues los candidatos de esas organizaciones se negaron a colaborar con el partido oficial.

Tanto Ricardo Mejía (PT) como Lenin Pérez Rivera (PVEM-UDC) rechazaron la presunta coalición con Morena y, el primero, señaló de plano que “sólo muerto dejaré esta lucha”.

La alianza de facto que intentó Morena con los dos partidos mencionados, simplemente puede tomarse como una crisis de angustia para impactar mediáticamente, pues en el partido de López Obrador saben que esa decisión no tendrá ningún efecto legal.

Tampoco podría traducirse en votos a favor de Armando Guadiana, porque la ley en la materia de aquel estado no prevé la disolución de coaliciones (el PVEM estaba aliado con (UDC) Unidad Democrática de Coahuila) y, por esa razón, los sufragios no pueden ser trasferidos entre partidos.

Esto podría tomarse también como una muestra del hartazgo que la gente manifiesta en contra de Morena, a casi cinco años de gobierno, porque tanto el presidente de la república como funcionarios de su gabinete y gobernantes en estados y municipios se han dedicado a desgobernar el país.

La insubordinación de Lenin Pérez y Ricardo Mejía a los acuerdos “en lo oscurito”, realizados por los dirigentes de los partidos que hasta esta semana los representaban, deja ver con claridad que las amenazas de Morena les hacen lo que el viento a Juárez.

Mario Delgado podrá presionar a los dirigentes del PVEM y PT con la condición de que si no van coaligados con Morena en Coahuila tampoco podrán ser sus aliados en las elecciones presidenciales de 2024, pero los candidatos en esa entidad son quienes tienen el respaldo de la ciudadanía.

En el Estado de México Morena tampoco tiene seguro nada. Al principio parecía que Delfina Gómez, por ser candidata del partido vino tinto sería la triunfadora, pero al paso del tiempo las cosas cambiaron y Alejandra del Moral creció y se dice que emparejó los números en las preferencias.

El triunfo en esta entidad es muy importante tanto para Morena como la alianza opositora conformada por PRI-PAN-PRD-PANAL, porque la lista nominal es de 12 millones 668 mil 695 ciudadanos.

Quien gane el Estado de México el próximo domingo 4 de junio podría afianzarse como la principal fuerza política del país para llevarse la victoria en las elecciones presidenciales de 2024. Ni más, ni menos.

Cuando Vicente Fox ganó en el año 2000 la Presidencia de la República, el PRI, desde el Estado de México, se rearticuló para volver al poder en el 2012 con Enrique Peña Nieto.

El tricolor conserva la maquinaria electoral más poderosa de México, solo es cosa de que sus principales actores se propongan ganar, se unan, y, en el caso de esta entidad, conserven el poder con miras a recuperar la presidencia en 2024.

Sin embargo, hay que ver a qué vetustas prácticas recurrirá Morena el próximo 4 de junio en su intento por ganar donde todos saben que está perdido, porque este partido también cuenta con una vigorosa maquinaria representada por los programas sociales.

Veremos, igual, si el presidente Andrés Manuel López Obrador es capaz de respetar la veda electoral, principalmente porque cuenta con un dictamen de tutela preventiva en su contra, dictado por el INE.

Sassón

Andrés Granier Melo reapareció con dos asuntos interesantes: la demanda en contra de Arturo Núñez y sus cómplices que lo mantuvieron seis años en la cárcel, y la autoría del libro “Es mi verdad”, en el que habla de lo que vivió en la cárcel, su vida personal, dolencias, traiciones, afectos. Es un libro “más que duro” de más de 600 páginas, afirmó El Químico.

Morena mostró su desesperación en Coahuila y, después de hacer a un lado al PVEM y PT, finalmente los buscó para aliarse, solo que el acuerdo figuró en la cúpula y no en las bases, pues los candidatos de esas organizaciones se negaron a colaborar con el partido oficial.

Tanto Ricardo Mejía (PT) como Lenin Pérez Rivera (PVEM-UDC) rechazaron la presunta coalición con Morena y, el primero, señaló de plano que “sólo muerto dejaré esta lucha”.

La alianza de facto que intentó Morena con los dos partidos mencionados, simplemente puede tomarse como una crisis de angustia para impactar mediáticamente, pues en el partido de López Obrador saben que esa decisión no tendrá ningún efecto legal.

Tampoco podría traducirse en votos a favor de Armando Guadiana, porque la ley en la materia de aquel estado no prevé la disolución de coaliciones (el PVEM estaba aliado con (UDC) Unidad Democrática de Coahuila) y, por esa razón, los sufragios no pueden ser trasferidos entre partidos.

Esto podría tomarse también como una muestra del hartazgo que la gente manifiesta en contra de Morena, a casi cinco años de gobierno, porque tanto el presidente de la república como funcionarios de su gabinete y gobernantes en estados y municipios se han dedicado a desgobernar el país.

La insubordinación de Lenin Pérez y Ricardo Mejía a los acuerdos “en lo oscurito”, realizados por los dirigentes de los partidos que hasta esta semana los representaban, deja ver con claridad que las amenazas de Morena les hacen lo que el viento a Juárez.

Mario Delgado podrá presionar a los dirigentes del PVEM y PT con la condición de que si no van coaligados con Morena en Coahuila tampoco podrán ser sus aliados en las elecciones presidenciales de 2024, pero los candidatos en esa entidad son quienes tienen el respaldo de la ciudadanía.

En el Estado de México Morena tampoco tiene seguro nada. Al principio parecía que Delfina Gómez, por ser candidata del partido vino tinto sería la triunfadora, pero al paso del tiempo las cosas cambiaron y Alejandra del Moral creció y se dice que emparejó los números en las preferencias.

El triunfo en esta entidad es muy importante tanto para Morena como la alianza opositora conformada por PRI-PAN-PRD-PANAL, porque la lista nominal es de 12 millones 668 mil 695 ciudadanos.

Quien gane el Estado de México el próximo domingo 4 de junio podría afianzarse como la principal fuerza política del país para llevarse la victoria en las elecciones presidenciales de 2024. Ni más, ni menos.

Cuando Vicente Fox ganó en el año 2000 la Presidencia de la República, el PRI, desde el Estado de México, se rearticuló para volver al poder en el 2012 con Enrique Peña Nieto.

El tricolor conserva la maquinaria electoral más poderosa de México, solo es cosa de que sus principales actores se propongan ganar, se unan, y, en el caso de esta entidad, conserven el poder con miras a recuperar la presidencia en 2024.

Sin embargo, hay que ver a qué vetustas prácticas recurrirá Morena el próximo 4 de junio en su intento por ganar donde todos saben que está perdido, porque este partido también cuenta con una vigorosa maquinaria representada por los programas sociales.

Veremos, igual, si el presidente Andrés Manuel López Obrador es capaz de respetar la veda electoral, principalmente porque cuenta con un dictamen de tutela preventiva en su contra, dictado por el INE.

Sassón

Andrés Granier Melo reapareció con dos asuntos interesantes: la demanda en contra de Arturo Núñez y sus cómplices que lo mantuvieron seis años en la cárcel, y la autoría del libro “Es mi verdad”, en el que habla de lo que vivió en la cárcel, su vida personal, dolencias, traiciones, afectos. Es un libro “más que duro” de más de 600 páginas, afirmó El Químico.