/ martes 12 de enero de 2021

Brega en el Edén | No hay que dramatizar la política

Los que se dicen conocedores de las realidades viven bajo la piedra de la ignominia; actualmente en medio de una crisis sanitaria y económica, no ha habido, no hay y por lo visto no habrá sensibilidad para atender las realidades que viven los tabasqueños, golpeados no solo por el virus, sino también por la desigualdad, la falta de empleos y de oportunidades.

Miles de niños y jóvenes tabasqueños regresaron a clases virtuales el pasado lunes, de nueva cuenta a través de las diversas plataformas tecnológicas, las cuales permiten a los maestros interactuar con sus alumnos, para muchos tedioso, poco didáctico, sin embargo, hasta ahora el único medio posible para avanzar los programas educativos.

La alianza entre los partidos PAN, PRD y PRI desafortunadamente no se logró, después de esto algunos actores han salido a medios a dramatizar, endosar o culpar al PRI principalmente de haber abortado la coalición; más vale la pena destacar algunos aspectos:

En principio, les quisiera comentar que en mi vida política he confirmado qué hay dos clases de políticos: los que se la pasan explicando, justificando o echando culpas y los que resuelven. Con esto quiero decir que por muchas vueltas que le demos el asunto es bastante claro.

Para generar una negociación efectiva, se requiere: voluntad, disposición y la determinación de que para lograr acuerdos todos deben ceder, que lo que se busca es anteponer los intereses mayores antes que los personales, así como generar opciones mutuamente satisfactorias y utilizar criterios objetivos.

A finales del mes de octubre del 2020, hubo una sorpresiva rueda de prensa del dirigente del PRD donde dieron a conocer públicamente la configuración de la paridad de género para su partido y por ende para la coalición, el dirigente se hizo acompañar de diversos liderazgos de este instituto político, esto, quizá fue una de las primeras señales de que las cosas no se estaban fraguando de la mejor manera, por el contrario, se basaban en meros apetitos electorales de un solo partido y no de manera consensuada como se había acordado. Después de eso la paridad fue inamovible.

Por acuerdo de la mesa, se estableció un principio de competitividad, es decir, donde hubieran más de dos perfiles competitivos debía realizarse una encuesta y ahí proponer al más posicionado con la ciudadanía, tampoco se cumplió.

Nadie debe sorprenderse de la posición del PAN, desde el principio se estableció que no comprometeríamos el crecimiento del partido, debíamos encontrar en la negociación un punto de equilibrio que permitiera tener espacios de competitividad que garantizaran la representación de nuestros militantes, así como lograr la acreditación.

En algunos municipios se advertía una tendencia clara de que partido tenía la mayor fortaleza para contender, ejemplo claro de ese caso es el municipio del Centro.

En lo personal, tuve que manifestar en la mesa que estábamos atorados y no avanzábamos por la paridad de género y era necesario buscar un esquema de coalición parcial que permitiera darle un respiro a todos, además de buscar la mayor de las coincidencias.

Como partido, nos dejaron de buscar, solo recibí una llamada del dirigente del PRD, ofreciéndome un municipio y un distrito, le dije que muchas gracias, esa no era la forma a como el PAN pensaba participar en esta elección.

Y como lo dijo Juan José Rodríguez Prats el día que presentamos oficialmente la coalición con el PRI, lo que salió, salió; y lo que no, debemos aceptarlo, no es momento de echar culpas, sino de construir opciones viables para Tabasco desde cualquier trinchera que nos toque participar, lo demás ya lo dirá el corrido.

Los que se dicen conocedores de las realidades viven bajo la piedra de la ignominia; actualmente en medio de una crisis sanitaria y económica, no ha habido, no hay y por lo visto no habrá sensibilidad para atender las realidades que viven los tabasqueños, golpeados no solo por el virus, sino también por la desigualdad, la falta de empleos y de oportunidades.

Miles de niños y jóvenes tabasqueños regresaron a clases virtuales el pasado lunes, de nueva cuenta a través de las diversas plataformas tecnológicas, las cuales permiten a los maestros interactuar con sus alumnos, para muchos tedioso, poco didáctico, sin embargo, hasta ahora el único medio posible para avanzar los programas educativos.

La alianza entre los partidos PAN, PRD y PRI desafortunadamente no se logró, después de esto algunos actores han salido a medios a dramatizar, endosar o culpar al PRI principalmente de haber abortado la coalición; más vale la pena destacar algunos aspectos:

En principio, les quisiera comentar que en mi vida política he confirmado qué hay dos clases de políticos: los que se la pasan explicando, justificando o echando culpas y los que resuelven. Con esto quiero decir que por muchas vueltas que le demos el asunto es bastante claro.

Para generar una negociación efectiva, se requiere: voluntad, disposición y la determinación de que para lograr acuerdos todos deben ceder, que lo que se busca es anteponer los intereses mayores antes que los personales, así como generar opciones mutuamente satisfactorias y utilizar criterios objetivos.

A finales del mes de octubre del 2020, hubo una sorpresiva rueda de prensa del dirigente del PRD donde dieron a conocer públicamente la configuración de la paridad de género para su partido y por ende para la coalición, el dirigente se hizo acompañar de diversos liderazgos de este instituto político, esto, quizá fue una de las primeras señales de que las cosas no se estaban fraguando de la mejor manera, por el contrario, se basaban en meros apetitos electorales de un solo partido y no de manera consensuada como se había acordado. Después de eso la paridad fue inamovible.

Por acuerdo de la mesa, se estableció un principio de competitividad, es decir, donde hubieran más de dos perfiles competitivos debía realizarse una encuesta y ahí proponer al más posicionado con la ciudadanía, tampoco se cumplió.

Nadie debe sorprenderse de la posición del PAN, desde el principio se estableció que no comprometeríamos el crecimiento del partido, debíamos encontrar en la negociación un punto de equilibrio que permitiera tener espacios de competitividad que garantizaran la representación de nuestros militantes, así como lograr la acreditación.

En algunos municipios se advertía una tendencia clara de que partido tenía la mayor fortaleza para contender, ejemplo claro de ese caso es el municipio del Centro.

En lo personal, tuve que manifestar en la mesa que estábamos atorados y no avanzábamos por la paridad de género y era necesario buscar un esquema de coalición parcial que permitiera darle un respiro a todos, además de buscar la mayor de las coincidencias.

Como partido, nos dejaron de buscar, solo recibí una llamada del dirigente del PRD, ofreciéndome un municipio y un distrito, le dije que muchas gracias, esa no era la forma a como el PAN pensaba participar en esta elección.

Y como lo dijo Juan José Rodríguez Prats el día que presentamos oficialmente la coalición con el PRI, lo que salió, salió; y lo que no, debemos aceptarlo, no es momento de echar culpas, sino de construir opciones viables para Tabasco desde cualquier trinchera que nos toque participar, lo demás ya lo dirá el corrido.