Un corredor fantasma es en lo que se ha convertido la zona del periférico de Villahermosa, donde al menos permanecen abandonados 10 locales que antes operaban como discotecas y bares dando vida nocturna a la ciudad.
De este modo, lo que en otros tiempos parecía que se mantendría como una “zona de tolerancia”, poco a poco se diluyó con el cierre de varias empresas de ese giro, al grado que hoy sólo operan unas dos ó tres.
Fachadas descuidadas, accesos en mal estado y hasta espacios enmontados, que anteriormente se usaban como estacionamientos, dan cuenta de que en algunos casos los giros quebraron, y en otros más se ahuyentaron las inversiones por cuestiones propias de la inseguridad.
Durante un recorrido por el periférico de Villahermosa, en el tramo que comprende desde San Joaquín o el entronque con la carretera a la Isla, hasta el boulevard Adolfo Ruiz Cortines, se observó la misma constante de empresas de entretenimiento que dejaron de operar.
La vida en esa zona sólo es rescatable por varias empresas del giro de ferretería y talleres particulares que prestan servicio en forma normal, pero al caer las noches, estos establecimientos cierran sus cortinas dejando semi desierto en lugar.
Salvo una o dos cervecerías, hasta la tradicional “Quebradita”, que hace poco reinició operaciones, apenas conservan el auge que fue hace apenas unos 5 años.
Algunos inclusive ni retiraron la totalidad de los mobiliarios y accesorios de las fachadas que permanecen deteriorándose con el sol y las constantes lluvias, mientras que otros apenas son cuidados por uno o dos veladores.
Ni la presencia de una gasolinera en la zona de enfrente, así como un motel o incluso una bodega de venta de vinos y licores significan un mayor realce a esta zona, donde lo común es observar vehículos a altas velocidades, muchos de ellos de carga.
Sólo unos pocos transeúntes que se aventuran a cruzar por ahí, ya que de acuerdo a algunos trabajadores de la zona un problema por el que también atraviesan es la falta de seguridad, de modo que se han suscitado varios atracos ya entrada la noche.
De este modo, la zona que por un tiempo parecía se convertiría en un corredor de diversión y entretenimiento ha quedado reducido apenas a dos ó tres negocios que luchan por subsistir en la ciudad de Villahermosa.