Llama Obispo a la prudencia ante la #NuevaNormalidad

Un llamado a la prudencia ciudadana hizo el Obispo de Tabasco, Gerardo de Jesús Rojas López ante el inicio de la “nueva normalidad”, para que el estado pueda ir reduciendo el número de personas muertas y contagiadas por coronavirus

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En torno al regreso a la actividad por mandato del gobierno estatal pese a que Tabasco se encuentra en semáforo rojo, el jerarca católico recomendó a los tabasqueños que si no tienen a qué salir que se queden en sus casas.

Hay –dijo- muchos enfermos. Hay dificultad ya por tanto enferma, vamos a pedir a Dios porque salgamos pronto de esta situación, pero que también nosotros pongamos nuestra parte, cuidemos nuestra vida y la de los demás.

Insistió en que aun cuando el decreto señala como fecha para la reapertura de espacios religiosos el 28 de junio, la iglesia católica no abrirá sus puertas hasta que baje la incidencia de la enfermedad para no exponer a los feligreses.

Apuntó que si los ciudadanos asumen su responsabilidad y tienen los cuidados suficientes conforme lo que han dictado las autoridades de salud, como la sana distancia, el cubrebocas, la higiene y el quédate en casa, entonces se podrá superar muy pronto de esta emergencia.

"Podremos lograrlo por nuestro bien, no es una imposición, es una necesidad de cuidar nuestras vidas, que es un don de Dios. Ante los problemas económicos, la Iglesia confía en la Divina Providencia, hay una frase muy hermosa que dice Dios proveerá", sostuvo.

En cuanto a la ley seca que estará de regreso el fin de semana, manifestó que el alcohol puede provocar violencia, y situaciones delicadas, por lo que si no hay vicios presentes en las fiestas sería mejor.

Abrazar con el alma a los papás en la pandemia

En el marco del Día del Padre, Monseñor refirió que debido a la pandemia es posible que no se pueda dar un abrazo y cubrir de besos a los padres, pero sí con el alma. “Y con la oración también que es más poderosa que un abrazo”, abundó.

Felicitó a los papás y pidió a Dios por aquellos padres enfermos y los que ya están en el cielo, “para que el Señor sea su consuelo y su bendición”.