El ayuntamiento de Centro colocó nuevos contenedores de basura en la ciudad, los cuales fueron adquiridos con la empresa Mac Tabasco que realiza “trabajos especializados de construcción”, como lo registra el propio gobierno municipal que preside Yolanda Osuna Huerta.
En total, la administración encabezada por la alcaldesa morenista, pagó 2 millones 435 mil pesos por 66 contenedores fabricados con plásticos de colores.
Lee más: Exigen locatarios de Ocuiltzapotlán destitución del administrador
Así consta en los datos proporcionados por el Ayuntamiento de Centro a El Heraldo de Tabasco vía transparencia, que ante la negativa de proporcionar las facturas de compra, sólo proporcionó el monto pagado, sin mencionar si éste es el monto final, y que asciende a 2 millones 435 mil pesos por 66 de los nuevos contenedores de basura.
La respuesta precisa que la propuesta inicial del proyecto contemplaba la compra de 70 contenedores; sin embargo, por insuficiencia presupuestal de la Coordinación de Limpia y Recolección de Residuos Sólidos, área encargada de la compra, solo se adquirieron 66 piezas con el proveedor Mac Tabasco S.A de C.V.
Recibe a partir de ahora las noticias más importantes directo a tu WhatsApp
En promedio, cada contenedor fabricado con plástico y puerta de aluminio costó al Ayuntamiento 36 mil 899 pesos, cantidad entregada a la empresa Mac Tabasco, constituida en el año 2008 y que en el Padrón de Proveedores y Contratistas del Ayuntamiento de Centro aparece como una empresa que realiza trabajos especializados para la construcción.
Dicha compañía es la misma que se ha adjudicado contratos para construcción de drenaje sanitario, la rehabilitación de planta de tratamiento de aguas residuales, pero también para mantenimiento de aires acondicionados, y ahora con la administración de Yolanda Osuna Huerta, provee al municipio de contenedores de basura.
Dos años atrás, el entonces presidente municipal, Evaristo Hernandez Cruz, adquirió 140 contenedores de mayor tamaño, ya que se destinaron para la basura generada en condominios, por los cuales pagó poco más de 7 millones de pesos, convirtiéndose la basura en un negocio y no solo para las empresas que la transportan al relleno sanitario, sino para quienes venden contenedores, aunque sean constructoras
