Mientras en algunos pasos pluviales la afluencia en las lanchitas ha disminuido hasta en un 80 por ciento, en otros más concurridos no se aplica ninguna medida de prevención al público usuario.
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Durante un recorrido, El Heraldo de Tabasco pudo constatar que ni siquiera se aplica gel antibacterial en las embarcaciones que prestan este peculiar servicio de transporte.
Ni los propios lancheros utilizan cubrebocas a pesar de que la contingencia por el COVID-19 entró en su fase dos en todo el país.
En el llamado paso del 'puente uno", se concentra un mayor número de personas por viaje, puesto que muchos habitantes de la zona de Gaviotas y La Manga, aunque no hay actividad laboral o escolar, cruzan a realizar sus compras al mercado público José María Pino Suárez.
Sin embargo, en los pasos El Duende y Macuilís, de acuerdo con los propios operadores la demanda ha bajado un 80 por ciento, debido a las recomendaciones de las autoridades para que la gente evite salir de casa.