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La Secretaría de Bienestar aplicó durante los años 2019 y 2020, un total de 332 millones de pesos para la creación y mantenimiento de tres viveros forestales manejados por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en el estado de Tabasco, los mismos que producen los árboles forestales del programa Sembrando Vida; sin embargo, la producción vegetal ha venido de más a menos en los tres centros de producción, así como el personal y los recursos económicos.
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El 8 de octubre del 2018 se presentó el proyecto federal, Sembrando Vida (SV), el cual respondía al compromiso de campaña de reforestar un millón de hectáreas en 19 estados del país. A cada beneficiario se le entrega 5 mil pesos mensuales, de los cuales 4 mil 500 se les deposita a través del banco del Bienestar y 500 pesos se transfieren a un fondo de ahorro que se entrega cada determinado tiempo.
En el programa intervienen de forma directa la Secretaría de Bienestar y la Secretaría de la Defensa Nacional. A ésta última le corresponde producir las plantas en sus viveros y a la Secretaría de Bienestar la distribución y el suministro de las mismas a los beneficiarios del programa para sembrarlos en sus terrenos.
En el acuerdo de coordinación entre estas dos Secretarías, que se firmó el 7 de enero del 2019, se comprometieron la transferencia de 769 millones 256 mil pesos para la producción forestal en ocho viveros militares distribuidos en el sureste del país.
Por Tabasco se consideró la creación de dos viveros, uno en Balancán y otro en Cárdenas, a los cuales se destinarían 332 millones 950 mil pesos para la producción de 34 millones 766 mil árboles forestales. Así mismo, durante el arranque del programa en la entidad, se sumó un tercer vivero forestal en Tenosique, el cual ya existía, por lo que sólo se adaptó a las necesidades del programa.
Sin embargo, a más de tres años la producción forestal se ha reducido junto al personal que labora en dichas unidades de producción y los recursos para su mantenimiento.
Los datos proporcionados por la Sedena a El Heraldo de Tabasco vía transparencia muestran por un lado que la producción forestal comprometida para los años 2019 y 2020 fue superada sin ningún problema. Durante los primeros dos años del programa SV en Tabasco la Sedena logró una producción forestal de más de 57 millones y medio de plantas, superando los 34 millones comprometidos en el convenio firmado con la Secretaría de Bienestar.
Sin embargo, los datos proporcionados por la dependencia federal también muestran una caída en la producción de especies vegetales en los viveros.
Durante el primer año del programa, en los tres viveros del estado se produjeron 40 millones 266 mil 411 plantas. Dicha producción se redujo a 17 millones 400 mil arbolitos durante el 2020, y el 2021 cerró con una producción de 4 millones 925 mil 809 plantas, lo que representa una caída del 90 por ciento en la producción vegetal en los viveros a cargo de la Sedena con respecto a la alcanzada en 2019.
La misma situación se presenta en el número de personas que laboran en los viveros. Durante el 2019 se tenía un registro de un total de 782 personas, entre civiles y militares, laborando en los tres viveros. El mayor número de trabajadores se registró en el vivero de Cárdenas, donde laboraron 509 civiles y 7 militares para hacer producir el vivero.
Para el año 2020, el número de personas laborando en los viveros fue de 639 civiles y 20 militares. En ese año el mayor número de personal se reportó en Balancán con 263 personas haciendo producir el vivero.
En 2021 el número de trabajadores se redujo aún más. En ese año la Sedena reporta 368 civiles y 17 militares laborando en los tres viveros. En tres años, la plantilla laboral a cargo de producir plantas para el programa SV se ha reducido en más de la mitad.
La dependencia a cargo del General Luis Cresencio Sandoval González menciona que las personas que laboran en los viveros forestales perciben sueldo que van desde los 6 mil 772 pesos, hasta los 14 mil 331 pesos mensuales, así mismo se les ofrecen diversas prestaciones sociales.
En lo que respecta a la aplicación de los recursos en los viveros forestales, la Sedena señala que durante el 2019 se destinaron 136 millones 338 mil 773 pesos para la construcción de los viveros de Cárdenas y Balancán, ya que el de Tenosique ya existía. La mayor inversión se realizó en el vivero de Cárdenas, con más de 105 millones de pesos para su construcción.
Por su parte, durante los tres años del programa de la Secretaría de Bienestar se han destinado 41 millones 86 mil 613 pesos para mantenimiento de los tres viveros, entre esos recursos se encuentran 20 millones de pesos para el acondicionamiento del de Tenosique para las necesidades del programa. Así mismo, a cada vivero se le dotó con vehículos, tractores, remolques, cuatrimotos y plantas eléctricas de emergencia.
La Secretaría de Bienestar señala que con la producción lograda en los viveros militares y la producida por los beneficiarios, se ha logrado reforestar 141 mil 425 hectáreas en los 17 municipios del estado, con especies como macuilis, palo de rosa, cachaua, cacao, tinto, plátano, achiote, guanábana, tatúan, caracolillo, pimienta, tamarindo, hule, bojón de montaña y nogal, principalmente.
En total, hasta finales del 2021, la Secretaría de Bienestar reporta que en la entidad se han sembrado 120 millones de plantas, entre las producidas en los viveros militares, las producidas por los propios beneficiados y las adquiridas en viveros comerciales.
El municipio de Balancán es el que registra el mayor número de terreno reforestado con 24 mil 917 hectáreas sembradas con estas especies, seguido por Tenosique, donde se han reforestado 14 mil 315 hectáreas.
En el convenio de enero del 2019 se menciona que los acuerdos entre la Sedena y Bienestar para la producción forestal se mantienen vigentes hasta que se den por terminados de manera formal.
Sin embargo, en febrero del 2021, el secretario del Bienestar, en ese entonces Javier May Rodriguez, señaló que se habían alcanzado el millón de hectáreas reforestadas con el programa SV. Lo que coincide con la caída de la producción forestal en los viveros, la reducción de personal y de recursos para el mantenimiento de una inversión que, tan solo en Tabasco superó los 332 millones de pesos y que apuntan a quedar en desuso.
