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Un Raphael vital, con gran energía interpretó 26 baladas entre ellas algunas de corte rítmico, que acompañó con movimientos de manos y cadera, más que llevarles el paso con los pies, se presentó en el Auditorio Nacional la noche del sábado, como parte de su Tour 6.0 en la primera de dos noches, y se entregó completamente a sus seguidores.
En este escenario aparece bien plantado, vestido con prendas de color negro -el tono de su suerte-, sin corbata, y luciendo algunos adornos plateados.
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Interpretó temas clásicos como Ave Fénix, Vivir así es morir de amor, Digan lo que digan, Mi gran noche, Qué tal te va sin mí, Volveré a nacer y No puedo arrancarte de mí. Raphael dirigir palabras al público, desde las 20:09 y hasta las 22:11 horas, se dedicó a cantar su obra que lo colocó en la cumbre a nivel mundial y lo mantiene vigente también en plataformas de música.
Grandes momentos ante una audiencia que en su mayoría lo vio nacer como el Divo de Linares, se vivieron al escuchar piezas como Yo soy aquel, Estuve enamorado, Cierro mis ojos, Nostalgias y la apabullante interpretación de Se nos rompió el amor.
Raphael hizo un espacio especial y con el acompañamiento de guitarras interpretó canciones dedicadas a México: La Llorona, Fallaste corazón y Gracias a la vida, antes de finalizar el primer acto.
Regresó para brindar siete piezas musicales más para un cierre inolvidable sin reproches a que su voz mayormente limpia, por momentos se escuchó con cierta ronquera, que no significa nada más que su entrega de canto de dos horas.
Cuando tú no estás, Estar enamorado, En carne viva, Resistiré, Qué sabe nadie, Yo soy aquel, Escándalo y Como yo te amo, la cumbre del final.
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